Alboroto-Inia. Foto: Inia Carillanca.

Lupino dulce: una eficaz alternativa de sustitución en dietas para salmónidos

Chile: Investigación del Inia Carillanca destaca las propiedades de este cultivo, ya que posee un gran de óptima calidad con un alto contenido proteico.

Una de las misiones principales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), perteneciente al Ministerio de Agricultura, es generar variedades mejoradas de plantas cultivadas. En el caso del lupino dulce, la trayectoria es reciente si se compara con la de los cereales.

No obstante, en corto plazo el Inia ha logrado obtener una variedad, llamada Alboroto-INIA, que reúne una serie características deseables.

“En primer lugar, una variedad va a ser adoptada en la medida que los agricultores la consideren conveniente. No sacamos nada con tener una variedad cuyo grano tiene óptima calidad para los salmones, si agronómicamente no se comporta bien. En ese sentido, Alboroto-INIA está cumpliendo con lo que demanda el agricultor. Por el lado de la salmonicultura, las pruebas realizadas indican que cumple también”, explicó Mario Mera, ingeniero agrónomo, investigador del Inia Carillanca y fitomejorador de leguminosas de grano del Instituto.

Lupinus albus

A juicio del profesional, en lupino hay cuatro especies cultivadas. “Los ensayos del INIA indican que la especie agronómicamente más conveniente para producir proteína en el sur de Chile es la especie Lupinus albus, conocido como lupino blanco. Supera a las otras especies en rendimiento de grano, facilidad para controlar malezas, tolerancia a plagas y facilidad de cosecha.

Por su mayor rendimiento de grano, produce la mayor cantidad de proteína por hectárea. Otra especie, Lupinus luteus, conocido como lupino amarillo, tiene mayor contenido proteico en el grano pero su rendimiento es bajo, de manera que su producción de proteína por hectárea es significativamente menor.

"Ciertamente a la salmonicultura le interesaría el lupino amarillo, pero como sus costos de producción son más altos y el rendimiento inferior, el agricultor no lo sembrará a menos que reciba probablemente el doble del precio del lupino blanco. Bajo estas condiciones, el precio de la proteína que contiene el lupino amarillo sobrepasa al precio de la proteína contenida en la harina de soya importada. Por lo anterior, Inia tiene como objetivo generar nuevas variedades dentro de la especie L. albus”, destacó Mera.

Mario Mera, ingeniero agrónomo, investigador del Inia Carillanca y fitomejorador de leguminosas de grano del Instituto. Foto: Inia Carillanca.

Conveniencia

Como carnívoros, los salmones están adaptados al consumo de proteína animal. Sin embargo, la fuente principal de proteína animal, la harina de pescado, es cada vez más costosa y la producción mundial será insuficiente para cubrir la demanda global por proteína.

“No hay otra opción que sustituir, y la opción más viable y sustentable, al menos por ahora, es sustituir parcialmente por proteína vegetal. Según los especialistas, los salmones se adaptan a tal reemplazo tanto metabólica como fisiológicamente. Por supuesto, la proteína vegetal no tiene el balance aminoacídico de la proteína animal, por ello el reemplazo es parcial, y frecuentemente se suplementa metionina”, comentó el investigador del Inia.

Según lo expresado por Mera, el lupino dulce se ocupa desde hace años en las dietas para salmones. En 2003 y 2004, Fundación Chile organizó diversos seminarios sobre agricultura y salmonicultura y en ese entonces se estimaba que del total de las fuentes proteicas vegetales (harina de soya, raps, maravilla, otras leguminosas, gluten de trigo y maíz) el lupino participaba en 15%. Por tanto, el lupino es un ingrediente conocido en salmonicultura.

“La digestibilidad de la proteína de lupino blanco evaluada in vivo en ratas se ha estimado en 90,9% (Monteiro et al., Mundo da Saúde, Sao Paulo, 38, 2014). En Australia, Glencross et al. (Aquaculture 237, 2004) encontraron que, en salmón del Atlántico, la digestibilidad de la proteína de Lupinus angustifolius (conocido en Chile como lupino australiano) era superior a la digestibilidad de la proteína de la soya”, dijo el ingeniero agrónomo.

Principios antinutricionales

Los granos de lupinos dulces contienen menos de 0,05% de alcaloides totales y en el caso del lupino blanco (L. albus) hay fluctuaciones usuales entre 0,015 y 0,045% dependiendo de la variedad y la temporada. Estos niveles son inocuos en alimentación animal. Cabe señalar que el sector agrícola debe velar por que no haya contaminación con lupinos amargos -que contienen concentraciones altas de alcaloides-, los que se producen para exportación en algunos sectores de la región de La Araucanía.

“Los lupinos tienen niveles insignificantes de otros principios antinutricionales, como inhibidores de tripsina, taninos, saponinas o lectinas (Petterson, 1998). El contenido de fitatos es la mitad del de la soya y los inhibidores de tripsina presentes en la soya son 138 veces aquellos del lupino blanco (Allen 1998) (hay un concentrado de soya libre de antinutricionales, pero es caro). La literatura científica consistentemente ha calificado a los lupinos dulces como ingredientes seguros para alimentación animal y humana”, explicó Mera.

Alboroto-Inia. Foto: Inia Carillanca.

¿Existe interés de parte de la industria por contar con esta proteína e incorporarla a las dietas para peces? ¿Por qué la industria debiera preferir este producto?

Esa es una pregunta que debe responder la industria de alimento para peces. Y al sector agrícola del sur del país le encantaría escucharla. Desde el sector del "agro" entendemos perfectamente que la industria de alimento para peces considerará al lupino como ingrediente en la medida que sea competitivo con otras fuentes de proteína vegetal. Sabemos que la referencia está dada por la soya, el grano que actualmente está supliendo la demanda creciente de proteína a escala mundial.

La demanda proviene principalmente de China e India y está siendo satisfecha por soya de Sudamérica (Argentina y Brasil, mayoritariamente, pero también Bolivia, Paraguay y Uruguay). En este escenario donde Chile es un actor irrelevante, hay que pensar que si la demanda mundial no es adecuadamente satisfecha, el precio de la soya podría elevarse significativamente. En ese momento la industria de alimento para peces buscará fuentes proteicas alternativas, pero dado que los volúmenes requeridos son muy altos, producirlas en Chile tomará varios años.

Nosotros estimamos que el lupino puede competir con la soya importada en las condiciones de precios actuales. Si la salmonicultura lo demanda a un precio razonable, la superficie con lupino en el sur de Chile puede crecer rápidamente.

¿Qué capacidad tienen los productores para cumplir con la demanda de esta proteína? ¿Cuál es el rol que cumple el Inia en esta transferencia?

La agricultura del sur se basa en cereales y la incorporación de una leguminosa como el lupino acarrearía muchos beneficios para el suelo y para la rentabilidad del sistema agrícola. Se ha dicho que el lupino podría llegar a 250-300 mil hectáreas en Chile, pero eso es ilusorio. En teoría, podría llegar a la mitad de la superficie con trigo, por las restricciones que impone una buena rotación de cultivos. Ello significa que se podría llegar a unas 100 mil hectáreas de lupino desde Biobío al sur. Tal superficie podría llegar a producir 300 mil toneladas de grano.

El Inia es una institución que realiza transferencia, pero no tiene la capacidad para llegar directamente a los productores en forma masiva, de manera que actúa capacitando a los transferencistas del sector público o privado. La producción de lupino funciona con un sistema de contratos, donde las empresas ofrecen semilla, asesoría y un precio para la cosecha. Actualmente Inia está trabajando con la empresa Soprodi, y entrega capacitación a sus profesionales.