Foto: Congreso Futuro.

Elevado uso de antibióticos en salmón chileno ¿afecta la salud de la población?

Chile: Investigadores, la FAO, el gobierno, la industria y ONG’s debatieron acerca de la efectividad de que, a mayor utilización de antimicrobianos, se genere resistencia de las bacterias a la acción de éstos, y que dicho problema se traspase de peces a humanos.

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Fuego cruzado hubo ayer en el seminario “Antibióticos en la producción de alimentos. Salmón: ¿paciente terminal?” organizado por Congreso Futuro junto a la vicepresidencia del Senado en el marco de los ciclos Aire-Agua-Tierra.

Abrió la jornada Felipe Cabello, profesor del New York Medical College y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, quien afirmó que mientras más se usan antibióticos, menos útiles son, por las altas resistencias que generan las bacterias. Esto sucede en Chile, donde se utilizan 382 toneladas de antimicrobianos para la producción salmonicultora, 700 veces más que Noruega, país que empleó 523 kilos.

Problemas para las personas

Según estudios exhibidos por Cabello, esto significa un problema de salud pública chilena, ya que se observó una gran cantidad de bacterias resistentes a los antibióticos en el sedimento acuícola de centros de cultivo -principalmente en la Región de Los lagos-, afectando el ambiente marino y a las personas, pues además se comprobó la transferencia de genes de este tipo a los humanos, con consecuencias en el tratamiento efectivo de enfermedades.

El académico e investigador aseguró que el mayor generador de resistencia microbiana en Chile es el uso de antibióticos en salmones, golpeando de paso el desarrollo de la industria. Asimismo, Ana Millanao, Doctora en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Austral de Chile, señaló que las importaciones de estos tratamientos para animales son reguladas por el SAG y por Sernapesca, pero las decisiones de utilización son individuales, no existiendo la vigilancia adecuada.

Millanao alertó que el 95% de los antimicrobianos importados son usados en animales -en buena parte por la salmonicultura, pese a que tendrían que ser utilizados nada más que en personas-, y solamente el 5% en humanos, provocando problemas de salud en la población debido a la transferencia de resistencia a bacterias. Lo que se podría solucionar con mayor fiscalización, vacunas y mejor tecnología, como sucede en Noruega.

Desafíos

Felipe Cabello, profesor del New York Medical College y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, afirmó que mientras más se usan antibióticos, menos útiles son. Foto: Congreso Futuro.

José Miguel Burgos, director de Sernapesca, dejó en claro que por ley se pueden usar los antibióticos sólo para controlar enfermedades como el SRS y no de manera preventiva y que el consumo de éstos cayó en Chile de 557 toneladas del 2015 a 382 toneladas en 2016 en el sector salmonicultor. Pero Juan Carlos Cárdenas, director ejecutivo de Ecocéanos, puso en duda esto, apuntando que es imposible que las casi 400 toneladas de antimicrobianos se utilicen a modo curativo, llamando a las empresas a transparentar cómo operan en este aspecto.

En tanto, Felipe Sandoval, presidente de SalmonChile, subrayó que los antibióticos se usan en el sector con prescripción médica y que los países de destino tienen exigentes estándares que son cumplidos por las compañías. Eso sí, reconoció que debe disminuirse más aún la utilización de antimicrobianos y elaborarse estudios con todas las visiones para analizar si éstos dañan o no la salud humana y si es así, incrementar la regulación -de hecho, el senador Guido Girardi presentará un proyecto de ley en esa dirección- y la inversión para aplicar mejor tecnología.

Marisa Caipo, Oficial de Inocuidad y Calidad de los Alimentos y Punto Focal Regional en Resistencia a los Antimicrobianos de la FAO, indicó que falta más investigación para encontrar alternativas de combate contra enfermedades de los salmones. Más todavía que al 2030 habrá 9.700 millones de habitantes en el mundo y se necesitará 60% más de alimentos, sobre todo acuícolas, surgidos de una producción sustentable.

Por su parte, Fernando Villarroel, gerente general de Marine Harvest Chile, admitió que el alto uso de antibióticos afecta al país y la competitividad de la industria nacional. Por tanto, deben desarrollarse vacunas efectivas contra enfermedades como el SRS y el Cáligus y perfeccionarse la actual regulación sectorial, con un reordenamiento territorial que permita una producción de salmón más predictiva, esto es, menos concesiones, más grandes y alejadas entre sí, relocalizadas a mejores sitios.