Tomás Monge, director territorial de SalmonChile; Giulio Bonazzi, CEO de Aquafil y Julio Compagnon, co-fundador de Atando Cabos. Foto: Loreto Appel, Salmonexpert.

Chile será uno de los principales proveedores mundiales de reciclaje de redes

Chile: El acuerdo proyecta una inversión de US$11 millones y la generación de 30 puestos de trabajo, convirtiendo así a nuestro país en el primero de América Latina que trabaje en reciclar redes acuícolas.

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Un acuerdo de colaboración se firmó ayer entre SalmonChile, Aquafil y Atando Cabos, en el marco de los esfuerzos de sustentabilidad que ha realizado el gremio salmonicultor. El objetivo de la asociación es recoger y reciclar las redes usadas en acuicultura para favorecer la economía circular.

De acuerdo con lo manifestado por el gremio, la colaboración con Aquafil y Atando Cabos es un paso más para acortar las brechas de la actividad, reducir su huella de carbono y garantizar que la mayor parte del material utilizado en los procesos se recicle. Con una proyección de inversión de US$11 millones y la creación de aproximadamente 30 puestos de trabajo, la asociación se basa en un plan de trabajo de cuatro años que incluirá los procesos de recogida, reciclaje, medición y presentación de informes que harán que este esfuerzo tenga éxito.

“Como SalmonChile llevamos seis años trabajando en una iniciativa denominada ‘Comprometidos con el mar’, que tiene por objetivo recuperar el borde costero de las regiones donde se desarrolla la salmonicultura. Esta actividad la llevamos a cabo en conjunto con la pesca artesanal, sacando todas redes del borde costero para su reciclaje y reutilización. Esta alianza evitará que las redes terminen en un vertedero y poder darles un valor para convertirlas en nuevos productos. El programa, si bien abarca la macro zona sur, tiene su punta de lanza en la Región de Aysén”, explicó Tomás Monge, director territorial de SalmonChile.

En estos seis años, la iniciativa “Comprometidos con el Mar” ha retirado más de 25 mil metros cúbicos de residuos de las playas y fiordos. Este proyecto ha permitido recuperar más de 5 mil kilómetros de costa gracias al trabajo conjunto con pescadores artesanales, pueblos originarios y municipios, entre otros grupos, fomentando un trabajo colaborativo y basado en la economía circular.

El reciclaje de las redes se convertirán en bolsos, zapatos y chaquetas. Foto: SalmonChile.

Aquafil ha implantado con éxito este tipo de iniciativas en Noruega en colaboración con Nofir, empresa líder en Europa en recoger y tratar redes de pesca y acuicultura al final de su ciclo de vida. Recientemente, Aquafil entró en el capital de Nofir y gracias a la experiencia adquirida en el campo aplicará las mejores prácticas de este esfuerzo a la nueva asociación en Chile.

“Como compañía, estamos comprometidos con una economía circular más sostenible y esta asociación es una expansión de nuestra capacidad para recoger, reciclar y regenerar diferentes residuos de nylon en Econyl que se utilizarán para crear productos como trajes de baño, bolsos, chaquetas, zapatos, así como también productos industriales. La operación en Chile se centrará en trabajar para recuperar y reciclar todo el nylon 6 de los aparatejos de pesca, redes y otros residuos en todo Chile, y potencialmente en el resto de Sudamérica, en colaboración con los líderes de la industria y el Gobierno”, sostuvo el CEO y presidente del Grupo Aquafil, Giulio Bonazzi.

En tanto, Julio Compagnon, co-fundador de Atando Cabos, cleantech company centrada en el reciclaje de plásticos para ayudar a preservar los ecosistemas, destacó que sí se pueden hacer negocios rentables, resolviendo problemas importantes.

“Uno de nuestros primero focos fue la industria salmonicultora, donde vimos que había mucho plástico en desuso que no se le daba utilidad. Transformamos en nuevos productos las cuerdas, boyas y planzas. Pero siempre supimos que uno de los grandes problemas eran las redes y vimos que Aquafil tiene la única tecnología en el mundo para transformar esta materia prima en nuevos productos”.

“Actualmente, además transformamos estos ‘desechos’ en materiales de construcción, productos de logística, cajas agrícolas, pisos industriales, entre otros, con una completa trazabilidad, que permite saber de dónde proviene el plástico. Esto es economía circular 2.0, porque lo llevamos más allá del reciclaje, sino que lo devolvemos a la economía de una manera que sea reciclable y trazable para siempre”, argumentó Compagnon.