Imagen referencial de piscicultura. Foto: Archivo Salmonexpert.

Científicos alertan papel de pisciculturas como entes diseminadores de bacterias resistentes

Portugal: Un estudio publicado en el Journal “Science of the Total Environment” utilizó como ejemplo la bacteria Enterococcus spp. para concluir que las pisciculturas actúan como un lugar de transferencia, recombinación y diseminación de genes de resistencia entre bacterias.

A pesar del tremendo aumento en la producción acuícola en todo el mundo, las medidas de bioseguridad y políticas de regulación del uso de antibióticos implementadas por los distintos países no son las mismas.

En Europa, una producción acuícola sustentable supone un uso controlado de antibióticos, vacunación, buenas prácticas de higiene y uso de agua de alta calidad acorde a lo establecido por la Directiva del Marco de Referencia Europeo del Agua (EWFD por sus siglas en ingles). Sin embargo, ellos no recomiendan la evaluación de bacterias o genes de resistencia los antimicrobianos como un criterio para la evaluación de la calidad del agua.

Los datos sobre la diseminación de los genes de resistencia a través del medioambiente acuático europeos en los alrededores de las pisciculturas y a los humanos a través del consumo de pescado, siguen siendo escasos, sobre todo en el caso del cultivo de truchas.

Hace un tiempo surgió la necesidad de incluir agentes bacterianos y genes de resistencia “indicadores” de la calidad de agua, pero debían ser raros en ecosistemas acuáticos y terrestres no contaminados con el fin de rastrear la propagación ambiental, temporal y espacial de bacterias resistentes en el agua.

Entre estos agentes indicadores se encuentra el Enterococcus spp., bacteria altamente diseminada en el ambiente, resistente a diferentes condiciones fisicoquímicas, a menudo involucrado en eventos de transferencia horizontal de genes y clasificado como un importante patógeno oportunista en las infecciones intrahospitalarias del mundo.

Enterococcus spp. como modelo de resistencia

El trabajo “Water supply and feed as sources of antimicrobial-resistant Enterococcus spp. in aquacultures of rainbow trout (Oncorhyncus mykiss), Portugal” realizado por científicos de diversas instituciones de España y Portugal buscó evaluar cómo las pisciculturas rurales de flujo abierto influencian en la diseminación de Enterococcus (como ejemplo de bacteria resistente a antibióticos) y de los genes de virulencia a través del medio ambiente y la cadena alimenticia; así como también, identificar las fuentes de contaminación de las mismas pisciculturas.

Como modelo de estudio se evaluaron dos pisciculturas de flujo abierto ubicadas en ríos secundarios que no utilizaban antibióticos en su producción y estaban sometidas a constante vigilancia sanitaria por entidades oficiales.

Las muestras para el estudio se tomaron desde el sedimento río arriba (antes de la entrada a la piscicultura) y rio abajo (después del paso por la piscicultura); desde agua y sedimento de los estanques; desde el alimento y desde los músculos y vísceras de los peces. En las muestras también se incluyeron truchas obtenidas desde supermercados.

Se evaluó la susceptibilidad a 12 antibióticos: vancomicina, teicoplanina, ampicilina, tetraciclina, eritromicina, quinupristina/dalfopristina, ciprofloxacino, cloranfenicol, nitrofurantoína, linezolid, gentamicina y estreptomicina.

Pisciculturas como fuente de cepas resistentes

En las distintas muestras analizadas (río arriba, río abajo, estanques, truchas, pellets, y trucha comercializadas) por los investigadores, encontraron bacterias Enterococcus spp. resistentes a antibióticos considerados de importancia crítica por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como quinolonas, aminoglucósidos, macrólidos o tetraciclinas. También se identificaron bacterias con susceptibilidad disminuida a eritromicina, quinupristin/dalfopristina, cloranfenicol, ciprofloxacina, nitrofurantoína y también con bajos niveles de resistencia a ampicilina o gentamicina

Segú sus resultados, las tasas de resistencia a antibioticos fueron similares río arriba, dentro de la piscicultura y río abajo, posicionando a la acuicultura como una fuente de cepas resistentes a múltiples fármacos (MDR). Interesantemente, los científicos encontraron mayor cantidad de E. faecium MDR en el alimento, los estanques y músculo comparado con las muestras río arriba, lo que sugieren que el pellet es una fuente de contaminación adicional en la acuicultura.

“Si las bacterias con múltiples características provienen río arriba o si la transferencia de genes y la recombinación ocurren en los estanques mezclando Enterococcus proveniente de fuentes río arriba con los provenientes del alimento, queda en duda, pero destaca la necesidad de estar alerta ante la posibilidad de que los estanques son potenciales “hotspots” para la diversificación bacteriana.

En sus conclusiones los autores destacan la necesidad de definir el nivel máximo de aceptación de los genes o bacterias resistentes como parámetro evaluador de la calidad del agua y para monitorear las cepas resistentes en los alimentos; requisitos esenciales para mantener una producción acuícola sustentable.

Lea el artículo aquí