El proyecto investiga el potencial del biofouling para actuar como un reservorio para diferentes patógenos del salmón. Foto: Trond Einar Isaksen.

Estudio revela que lavado de redes puede aumentar riesgo de AGD

Noruega: ¿Pueden las amebas que causan la Amebiasis Branquial (AGD, por sus siglas en inglés) esconderse en el biofouling? ¿Y cómo el lavado de redes afecta esto? Los resultados preliminares de la investigación del organismo Uni Research de Noruega deben caracterizarse como “muy interesantes”.

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Muchos han temido desde hace tiempo y pensaban que la ameba Paramoeba perurans puede vivir y crecer en las redes de centros de cultivo y dañar a los peces desde allí.

Ensayos experimentales realizados por comunidades de investigación en Bergen, indican que el biofouling liberado por el lavado de las redes tiene un efecto negativo en la salud general de los peces.

"Las pruebas comenzaron el otoño pasado, por lo que todavía estamos en la fase inicial del proyecto. El propósito de esta iniciativa es investigar el potencial que los organismos tienen como agentes infecciosos para varios patógenos del salmón como Paramoeba perurans, enfermedad del páncreas, Tenacibaculum finnmarkense y Piscirickettsia salmonis, que causa SRS, un problema particularmente grande en la salmonicultura en Chile", explicó Trond Einar Isaksen, investigador de Uni Research Environment, en la página hermana de Salmonexpert, kyst.no.

Paneles

Hasta ahora, los ensayos han implicado la recuperación de paneles de redes con biofouling desde centros de cultivo salmón en el oeste de Noruega, para situarlos en un tanque en ILAB, y luego insertar peces infectados con los diversos patógenos mencionados anteriormente.

Los peces fueron dejados en los tanques por dos semanas antes de ser retirados. Los paneles de red se trasladaron a tanques nuevos y, después de dos días, se agregaron peces no infectados, tanto salmón como peces limpiadores. La última parte de la prueba de infección duró un mes, con muestreo regular.

Trond Einar Isaksen, enfatiza que no es seguro que encuentren amebas, pero en cualquier caso han observado una puntuación de agalla que coincide con los signos clínicos de AGD.

Algunos peces también se vertieron en un tanque donde los paneles de red se lavaron con una lavadora a presión para simular el lavado de la red. Aquí el pez se metió en el agua con fragmentos de biofouling durante 30 minutos, el tiempo que tomó antes de que el agua se aclarase. Luego, se eliminaron todos los residuos de crecimiento en el fondo, por lo que los peces pasaron el resto del experimento en los tanques sin paneles de red o cualquier biofouling.

Signo de AGD

"En los muestreos, vimos que había una cierta puntuación de agallas en el pez. No vimos un puntaje más grave que 3, pero vimos un poco de 1 y 2. Vimos la mayor prevalencia en los tanques donde habíamos simulado lavado de red", explica Isaksen.

Actualmente, se analiza si esta puntuación de las agallas puede ser explicada por las amebas, usando métodos de PCR. Este es el trabajo que hará la UiB. Se está probando aproximadamente 1.000 muestras de diferentes tejidos de los peces que pueden analizarse para detectar varios agentes infecciosos.

Imagen referencial de branquia. Foto: Fish Vet Group.

"Es posible que no podamos encontrar las amebas, pero al menos hemos observado un cierto puntaje de agallas que coincide con los signos clínicos de la AGD, que es lo suficientemente interesante en sí mismo", dice Isaksen.

Nuevas amebas

El proyecto también encontró y aisló cinco amebas nuevas, que no se habían descrito anteriormente en salmónidos en Noruega.

"Actualmente estamos secuenciando el ADN de éstas. Luego verificaremos si pueden causar enfermedades en el salmón. Las especies dentro de la familia de las amebas identificadas hasta ahora por secuenciación de ADN se han aislado de las branquias y otras muestras de tejidos de diferentes especies de peces en otras partes del mundo. Entre otras cosas, desde branquias de centros de cultivo de salmón Atlántico en Tasmania e Irlanda", comenta Isaksen.

El proyecto durará hasta 2020. Los resultados de estos primeros ensayos de infección finalizarán durante el próximo otoño (hemisferio norte).