Foto referencial de vacuna para pez. Imagen: Archivo Salmonexpert.

Industria acuícola noruega está cerca de eliminar el uso de antimicrobianos

Noruega: El Instituto Veterinario Noruego informó que la vacunación y otras medidas de bioseguridad están cerca de eliminar la necesidad de tratamientos antibacterianos de los peces de cultivo noruegos. Debido al bajo consumo de antibióticos en la acuicultura noruega, el riesgo de desarrollo de resistencia antimicrobiana, y de esta forma la transmisión de esta resistencia a los humanos vía la carne de pescado, es considerado casi inexistente. 

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Toda la producción de animales es afectada por enfermedades infecciosas causadas por microorganismos, como los virus, bacterias y parásitos. Estas infecciones deben ser controladas para minimizar las pérdidas, además de razones por bienestar animal, según informó el portal Aquahoy.

El tratamiento con fármacos, incluidos los antibióticos contra las infecciones bacterianas, es inevitable en la crianza a gran escala, terrestre y acuática. El tratamiento con antibacterianos, en humanos y en animales, es el mayor factor de riesgo para el desarrollo de bacterias resistentes.

En el caso de la producción de animales para consumo, las bacterias resistentes a los antibióticos y los genes de resistencia pueden ser transferidos a los humanos a través de los alimentos. La ocurrencia de la resistencia está asociada con las cantidades de antibacterianos usados. El consumo de antibacterianos debe ser el más bajo posible, sin comprometer el bienestar animal, que enfatice la importancia de otros métodos profilácticos para el control de las enfermedades.

El salmón de cultivo en Noruega es un ejemplo de sistema de producción animal en el cual las medidas de bioseguridad, como la vacunación, casi han reemplazado totalmente el tratamiento antibacteriano.

En el 2014, la producción de salmónidos noruegos excedió los 1,3 millones de toneladas, con el salmón Atlántico siendo la especie más importante, y la trucha arcoíris representando aproximadamente el 5% de la producción en volumen. El mismo año, las ventas totales de agentes antibacterianos para su uso en peces de cultivo fue de 523 kg de sustancia activa, correspondiendo a 0,39 mg/kg de salmónidos producido. En comparación, esto es aproximadamente un décimo del consumo de antibacterianos por kilogramo de carne de animales de cultivo en Noruega, los cuales también son muy bajos, registrando el consumo más bajo en todos los países europeos.

Los antibacterianos son obtenidos sólo mediante prescripción, y todas las prescripciones son reportados a las autoridades. La mayor parte de los tratamientos de salmónidos en el 2014 incluyeron alevines durante la fase en agua dulce.

Sólo 11 prescripciones para antibacterianos destinados a la etapa de la engorda de salmón en agua de mar fueron registrados. Esto indica que solo el 1% de cerca de 1000 centros de agua de mar que reportaron actividad durante el 2014, estuvieron sujetos a tratamientos antibacterianos simples. El riesgo de residuos de antibacterianos en los productos de los peces de cultivo por consiguiente es minúsculo.

Durante la fase temprana de la industria salmonicultora en los años ochenta, se experimentaron serios problemas de enfermedades. En el año 1987, el uso de antibacterianos alcanzó las 50 toneladas para una producción total de pescado de 50 mil toneladas. El mismo año, las vacunas contra la principal enfermedad bacteriana en Noruega, vibriosis de agua fría, fueron introducidas, y el consumo de antibióticos disminuyó. Sin embargo, en el año 1990, el uso de medicamentos creció nuevamente, esta vez debido a la enfermedad furunculosis.

Las medidas de bioseguridad general que han sido implementadas y reguladas son controles estrictos en los centros de cultivo; regulación del transporte de los peces vivos; una sola generación de peces en cada centro; seguimiento entre las generaciones; desinfección del abastecimiento del agua en los hatcheries; y desinfección de las aguas residuales de las plantas de proceso.

El número de brotes de ISA se redujo de un máximo de 80 en 1990. Durante los últimos cinco años, los brotes anuales han caído a 10 o menos. Las medidas de bioseguridad implementados a inicios de los noventa contribuyeron significativamente a una situación de salud favorable en la acuicultura noruega, respecto de las enfermedades infecciosa en general.

No obstante, aún existen problemas de salud significativos para la industria salmonicultora noruega. La enfermedad del virus infeccioso del páncreas (PD, por sus siglas en inglés) es de más fácil diseminación que el ISA. La regulación aplicada no ha sido suficiente para detener la diseminación de la enfermedad; el primer caso de PD fue descrito durante los años ochenta, incrementándose a un máximo de 142 brotes en el 2014.

Las mayores cantidades de fármacos prescritos en la actualidad son para el control del piojo del salmón. La exposición por largo tiempo a varios medicamentos está causando un creciente problema de resistencia. Sin embargo, en contraste a la resistencia a los antibióticos, la resistencia del piojo del salmón a los quimioterapéuticos no posee una amenaza directa para la salud humana.

Para mayor información contactar al líder del proyecto, Atle Lillehaug, al correo atle.lillehaug@vetinst.no