Eduardo Ebensperger, gerente general del Banco de Chile. Imagen: Banco de Chile.

“La situación de la salmonicultura chilena todavía no es la óptima”

Chile: El gerente general del Banco de Chile, Eduardo Ebensperger, admitió a Salmonexpert que el sector salmón nacional está más sano que años atrás y que se mira con más confianza, pero aseguró que aún hay desafíos que le falta superar en términos sanitarios y financieros.

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Para el gerente general del Banco de Chile, Eduardo Ebensperger, hay una mayor sanidad en la industria salmonicultora nacional que años atrás y una recuperación de confianzas de las entidades financieras hacia ella. Sin embargo, en entrevista con Salmonexpert, afirmó que la situación del sector local todavía no es la óptima, aunque se está avanzando en ese camino.

Es que el ejecutivo señaló que en términos sanitarios falta ver cómo se asignarán las concesiones y los cambios de éstas, cuáles se podrán ocupar en mayor cantidad y cómo entre las empresas del mercado aplicarán las medidas ante epidemias. Asimismo, “hay que cumplir los ciclos. Existen financiamientos que han avanzado muchísimo, otros que se han pagado, algunos se han reestructurado, pero quedan varios por completar para cerrar esta etapa”.

En tanto, Ebensperger espera una estructura financiera más sana para las salmonicultoras chilenas, con menos deuda y más capital de trabajo. Han avanzado compañías como Aquachile, Multiexport, Camanchaca, Australis y Ventisqueros, pero todavía queda espacio de perfeccionamiento, a su juicio. “El 2018 será el año en que podremos evaluar de mejor manera la recuperación de esta industria”, manifestó.

¿La industria chilena del salmón es confiable hoy para la banca local?

Te lo respondo de la siguiente manera: es mucho más confiable de lo que era hace 8 años atrás. Y como en la crisis del virus ISA hubo empresas que actuaron mejor que otras y salieron fortalecidas, las realidades las crean las compañías en sus méritos y eso vamos evaluando para financiamiento.

El gerente general del Banco de Chile aseguró que la industria salmonicultora requiere de un mayor aporte de capital que otras industrias. Imagen: Banco de Chile.

¿Por eso ha estado más activa la banca europea que la chilena en financiamiento para el sector?

Siempre la banca europea ha estado presente en el mundo salmonicultor. Entidades como DNB Bank y Rabobank tienen una historia bastante más larga de financiamiento a este negocio y al contar con un amplio mix de cartera, esto es, inyecciones de capital en Chile, Noruega, Escocia, Canadá, Islas Faroe, logrando diversificar el riesgo ya que cuando un país productor está en crisis financiera, por ejemplo, otro se encuentra en condiciones óptimas.

Esta transversalidad les hace un poco más fácil apoyar a esta industria. Los bancos chilenos, en cambio, están básicamente financiando a salmonicultoras locales, concentrando así su operación. Por eso es que entidades como DNB Bank y Rabobank volvieron más rápido a este sector.

Adicionalmente, cuando uno ve la banca extranjera, está con una actividad relativamente baja, pero con el mercado salmonicultor nacional tiene oportunidades de entregar créditos que rentan más que las opciones que poseen actualmente en Europa. Mientras que, en el caso de las entidades chilenas, este negocio acuícola compite con otros en términos de financiamiento.

¿Cómo mira la banca chilena al mercado salmonicultor nacional?

Hay una recuperación en muchos aspectos en la industria chilena del salmón, como la estabilización de los precios de venta en buenos niveles, los avances en la regulación que ha sido positivamente acogida e implementada, y la adecuación de las cargas financieras de las empresas. Todo este contexto hace que miremos con mayor interés a este sector, siendo nuevamente atractivo.

La gran pregunta que queda por resolver es si efectivamente todas las compañías locales están con la convicción de que este es un negocio que requiere de una estructura de capital-deuda distinta a la que operaban antes de la crisis del virus ISA, ya que, si bien esperamos que Dios mediante no ocurran eventos así a futuro, este mercado tiene riesgos de problemas naturales como el bloom de algas al trabajar con seres vivos y debe sortearlos sólidamente.

¿A qué se refiere?

Este sector requiere de un mayor aporte de capital que otras industrias. Hay que recordar que los inversionistas toman el desafío de estar en el negocio, que de todos modos les renta bastante bien, pero los bancos van con un retorno más de préstamo. Por tanto, los riesgos deben compartirse más adecuadamente, porque no es posible que cuando ocurre una crisis, se traspasen los riesgos de los inversionistas hacia la banca, que no ha rentado tanto como dichos accionistas.

Se ha avanzado en mejores estructuras de capital-deuda, de más largo plazo, pero cuando se logre este necesario fortalecimiento en todas las salmonicultoras, los bancos locales volverán más firmemente al negocio. De hecho, ya varias entidades nacionales están apoyando paulatinamente al sector, en menor grado que las europeas, eso sí. Incluso nosotros hemos hecho cosas puntuales, con firmas sanas financieramente.

Esta mejor estructura se da con deuda de largo plazo -que debe ser la mitad o menos que la que se operaba antes de la crisis del virus ISA-, capital propio y recursos obtenidos, por ejemplo, por medio de aperturas a Bolsa, fusiones y adquisiciones.

La industria está muchísimo mejor que hace algunos años, los empresarios han colaborado para ello y reconocido lo que hizo la banca en su minuto: darles la oportunidad de salir adelante tras la crisis del virus ISA con relevantes reestructuraciones de deuda. Queremos, por tanto, que las compañías sigan volviendo a los mercados, pero con una lección aprendida.

Hoy existen 22 actores en el sector salmón chileno y se espera una nueva ola de consolidación que podría reducir el número a la mitad. ¿Le parece adecuado para una mejor operatividad?

Si uno compara a la industria salmonicultora chilena con la noruega, entiende que lo sano es que haya no más de 10 o 12 empresas operativas a nivel local, pero nadie está llamado a decir el máximo de compañías del mercado nacional. De todos modos, la consolidación natural se dará producto de la asignación de los recursos, que son escasos, de la necesidad de un mejor uso de las concesiones y del camino hacia una mayor sustentabilidad.

Camanchaca anunció que se abrirá a la Bolsa de Oslo y otras salmonicultoras miran con interés la opción, ya que sus valorizaciones serían mejores allá que en la plaza chilena. ¿Es una buena oportunidad para el sector en cuanto a conseguir capital fresco?

Cada empresario quiere maximizar su rentabilidad y si el ratio de precio/utilidad es mucho más alto en un mercado extranjero, es razonable ir a buscar ese capital que rinde más. Pero no hay que olvidar que las realidades son distintas, al igual que los riesgos. En Noruega se conoce más el negocio del salmón, que a su vez es diferente al chileno, dado que el país nórdico controla su producción en base al alimento que efectivamente vende, no cae en sobreproducciones, y reacciona más rápido ante epidemias cumpliendo con las reglas, cosa que el sector local está aprendiendo y avanzando.

Cada compañía tiene que valorarse en sus méritos. Por eso es importante que la información que se entregue al mercado sea transparente en estos procesos. Camanchaca a nivel nacional, lo ha hecho bien en ese sentido, y seguramente esta oportunidad que está tomando para abrirse en la Bolsa de Oslo, donde los ratios son distintos a la plaza local, la miran con interés otras salmonicultoras chilenas. Lo relevante es que operaciones como ésta hagan sentido con un sector que maneje su negocio de la mejor manera.

¿Estos ratios diferentes se deben a la desconfianza de los inversionistas locales hacia la industria chilena del salmón?

Sucede que en Chile se viene saliendo de una crisis financiera que, aunque fue hace un tiempo, existen inversionistas que ingresaron al negocio salmonicultor y que registraron pérdidas a causa de ello. Por lo que ese dato está fresco para este grupo de personas. Pero a su vez, como la información es cada vez más transparente, en la Bolsa de Oslo saben perfectamente lo que pasa en nuestro país. Por eso digo que cada mercado evaluará los riesgos de las empresas en su mérito, pese a que lo de abrirse en la plaza nórdica es una oportunidad para las firmas nacionales.