Hans Kleivdal. Foto: Kyst.no.

Las algas pueden ser una solución para el crecimiento de la salmonicultura

Noruega: El alimento representa actualmente hasta el 60% de la huella medioambiental de la industria y se necesita encontrar otras fuentes de materias primas, distintas a harina y aceite de pescado y a productos vegetales como la soya.

Publicado Actualizado

La Conferencia de Algas de Tekna, en Noruega, se realizó ayer de manera digital. Hans Kleivdal, gerente de proyecto de National Algae Pilot Mongstad y vicepresidente ejecutivo de Medio Ambiente en NORCE, señaló la importancia de desarrollar materias primas alternativas para su uso en la alimentación del salmón, en una nota del medio asociado a Salmonexpert, Kyst.no.

Él cree que el cultivo de salmón y otras especies de peces ya es una de las formas más sostenibles de producción de proteínas, pero señala que hay un punto que debe resolverse si se quiere lograr el crecimiento.

“El alimento representa actualmente hasta el 60% de la huella medioambiental de la salmonicultura. Necesitamos encontrar otras fuentes de materias primas que se sumen a la producción agrícola actual. Aquí las algas pueden entrar como un as en la manga”, afirmó el ejecutivo.

“Técnicamente, podemos cerrar instalaciones en mar, ponerlas en tierra, pero si queremos aumentar los volúmenes dos o tres veces, se necesitan fuentes de alimentación más sostenibles. Este será un cuello de botella”, aseguró Kleivdal.

Históricamente, se ha debatido mucho sobre la reducción de la denominada relación FIFO. La solución ha sido reemplazar gran parte de la harina y el aceite de pescado por productos vegetales tales como la soya. 

“La última innovación es que se han comenzado a utilizar microorganismos fermentadores. Esto reduce el FIFO, pero al mismo tiempo aumenta la presión sobre los productos agrícolas, como el azúcar. Entonces el azúcar pasa a formar parte de la impronta del salmón”, indicó el gerente de proyecto de National Algae Pilot Mongstad.

Él cree que las llamadas algas fototróficas, algas o plantas que se alimentan de material inorgánico y que utilizan la luz como fuente de energía para la acumulación de sustancias orgánicas, permiten obtener beneficios a distancias más cortas y sin competir con la agricultura existente.

“Podemos producir mucha más biomasa de algas utilizable por área que la que pueden manejar las plantas tradicionales. Las algas no producen tallos ni raíces y, además, son un paquete alimenticio concentrado”, apuntó el vicepresidente ejecutivo de Medio Ambiente en NORCE.

“En Mongstad, comenzamos a combinar la producción industrial de CO2 con la producción de microalgas hace 10 años a través del Piloto Nacional de Algas”, reveló Kleivdal, agregando que han examinado 10.000 líneas de algas diferentes tomadas de diferentes áreas marinas, probado diferentes fuentes de CO2 y cómo afectan la producción “para asegurarnos que no hay problemas con, por ejemplo, metales pesados o aminas. Y luego debe haber economía en esto”.