Per-Roar Gjerde. Foto: Marine Harvest.

“Las nuevas regulaciones no motivan a reestructurar la industria chilena del salmón”

Chile: En entrevista con Salmonexpert, Per-Roar Gjerde, COO Farming de Marine Harvest, afirmó que los reglamentos aplicados actualmente al sector nacional no impulsan una mejor gestión sanitaria y que, de paso, aumentarán los costos de producción.

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La salmonicultora más grande del mundo, Marine Harvest, experimentó resultados récord en el segundo trimestre de este año, impulsados por los altos precios de venta. Y el buen momento de la empresa noruega se vive también en su filial chilena, que logró disminuir sus costos de producción y cuyo EBIT operacional por kilo fue de 1,46 euros en el período, esto es, US$ 1,72, cifras que nuevamente se ubicaron en terreno positivo tras un largo tiempo de pérdidas.

En entrevista con Salmonexpert, Per-Roar Gjerde, COO Farming de Marine Harvest en Chile y Noruega, afirmó que seguirán buscando un menor costo para las operaciones en el país que en el segundo trimestre alcanzó US$ 5,07 por kilo GWE, con avances que se centrarán en mejoras biológicas y productivas. En este último punto, la compañía anotará 44 mil toneladas en 2017, lo que representa un crecimiento de 19% en comparación a las 37.000 toneladas de 2016, nivel que de todos modos está lejano a las 62 mil toneladas de 2015.

Según la última presentación de la firma nórdica, Chile ha presentado mayores cosechas en el actual ejercicio, con un crecimiento fuerte en los pesos de los peces. Tanto es así, que la oferta del país ligada a salmón Atlántico se expandirá hasta 10% este año computando 499 mil toneladas, el doble que la actividad mundial que con esta especie avanzará un máximo de 5% llegando a un total de 2.053.000 toneladas, de acuerdo con el más reciente informe de la compañía.

Pero más allá de este auspicioso escenario que atraviesa el sector local, Per-Roar Gjerde dio a conocer los desafíos que debe afrontar la industria chilena del salmón para ser sostenible en el tiempo y mantener una mayor estabilidad en sus operaciones.

-¿Enfermedades como la SRS y el Caligus son obstáculos para lograr mejores costos productivos? ¿Cómo resolver estos problemas, más allá de la aplicación de antibióticos?

Además de la vacuna contra la SRS que se ha implementado, planeamos optimizar la situación biológica en nuestras operaciones chilenas. También pedimos regulaciones que puedan ayudar a la industria a reestructurarse con una mayor distancia entre los centros de cultivo y una mejor estructura del área de trabajo. Esto impulsará al sector nacional a resolver los desafíos sanitarios que enfrenta desde hace un tiempo.

 -¿El nuevo reglamento en Chile ayuda a bajar costos o los aumenta? ¿Es la solución para una mejor gestión sanitaria?

Es probable que las nuevas regulaciones aumenten los costos y no motiven para mejorar las necesidades básicas y, por lo tanto, no son la solución adecuada para una gestión sanitaria correcta. Estos reglamentos no establecen un techo en la producción y no motivan a reestructurar la industria chilena. Sería ideal si la licencia y el sitio de cultivo estuvieran separados, entonces podríamos comenzar a reformar el negocio para ser más sostenible en el tiempo.

-¿Cree que la buena situación de la industria salmonera chilena, de altos precios de venta, importantes utilidades y menores costos, es sostenible en el tiempo?

Creemos que Chile es un país muy bueno para producir salmón y que este mercado tiene una gran oportunidad para generar una comida sabrosa, saludable y buena a nivel nacional y para el mundo. Pero, como hemos señalado, necesitamos mejores regulaciones en el mercado local que hagan a esta industria sostenible y estable en el tiempo.

-En tanto, en sus últimos estados de resultados, admitieron que esperan que su nivel de precios en el tercer trimestre de este año se vea afectado negativamente en US$ 2,5 millones, por problemas de vencimiento en algunos centros de cultivo en Chile. ¿Podría detallar este tema?

Esto se relaciona con la madurez en los peces en un par de sitios en la región de Aysén. Esto provoca la degradación de calidad superior de los salmones en esos lugares y tienen que ser vendidos a un precio más bajo. ¡Se han tomado medidas para evitar este problema en el futuro!