Imagen: Archivo Salmonexpert.

Nuevo análisis ubica a Chile liderando la producción mundial de trucha arcoíris

Perú: El Gobierno peruano realizó un informe sobre el mercado de trucha arcoíris, revelando que financiamiento y capacitación para tecnificar la actividad son los principales desafíos para su industria, que presenta elevada informalidad. 

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Durante septiembre, el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura del Ministerio de la Producción de Perú, publicó el estudio prospectivo “La cadena de valor de la trucha”, con el propósito de conocer la evolución a mediano y largo plazo del cultivo de esta especie, permitiendo identificar prioridades para la toma de decisiones de política e inversión.

En el documento se realiza un análisis mundial actualizado de la producción y comercialización de trucha: durante el período 2009-2018, Chile lideró las estadísticas como primer productor mundial de trucha arcoíris, con un total de 1.542.935 toneladas. Le sigue Irán con 1.324.473 toneladas y Turquía con 1.059.152 toneladas. Estos tres países representan el 57,9% del volumen mundial y -a excepción de Irán- experimentaron un decrecimiento a partir del 2014. En cuarto lugar, destaca Noruega con una producción de 698 mil toneladas y Perú en quinto lugar, con 343 mil toneladas.

En tanto, para el periodo 2009-2018, basándose en la comercialización de los principales países productores de trucha arcoíris en el mundo, Chile presentó un precio de exportación de entre US$ 6,33/kg y US$ 9,45/kg; Irán entre US$ 3/kg y US$ 4/kg; y Turquía desde los US$ 2,34/kg hasta US$ 2,92/kg. En general, el precio mundial de la trucha para el período se encuentra en promedio entre los US$ 4/kg y US$ 4,5/kg.

2019

De acuerdo con la información estadística registrada en la base de datos de Trade Map 2020, el mercado mundial de exportaciones de filetes frescos o refrigerados de trucha alcanzó en el 2019 las 39.406 toneladas, lo que representó un total de US$203.869, mientras que el filete congelado alcanzó las 36.389 toneladas, lo que se traduce en US$344.731.

En tanto, el 2019, Noruega se posicionó como el país que más filetes frescos o refrigerados de trucha exportó al mundo con un total de 19.703 toneladas, seguido de Islandia con 4.767 toneladas, Chile con 4.369 toneladas, Perú con 1.721 toneladas, y Estados Unidos con 1.651 toneladas, Italia con 1.611 toneladas y Reino Unido con 1.309 toneladas. Estos siete países representaron el 89,2 % del total de las exportaciones realizadas en el mundo en dicho período.

Con respecto a las exportaciones de filetes de trucha congelados, en el 2019, Chile se ha posicionado como el primer país exportador con un total de 22.674 toneladas, seguido de Turquía con 2.187 toneladas, Noruega con 2.089 toneladas, Perú con un cuarto lugar con 1.516 toneladas, Reino Unido con 1.068 toneladas, Países bajos con 1.055 toneladas y China con 937 toneladas. Estos siete países representan el 86,6% del total de las exportaciones realizadas en el mundo.

En Perú

Al 2018, las zonas de Puno, Junín, Huancavelica y Pasco fueron los principales productores de trucha en Perú, y en menor escala Tacna y Moquegua. En gran medida, el cultivo se lleva a cabo por pequeños productores acuícolas. Al 2019, se han emitido 2.609 resoluciones, entre autorizaciones (63,7%) y concesiones (36,3%), para el cultivo de trucha arcoíris.

De acuerdo con el documento, las principales necesidades de los acuicultores son: el financiamiento para tecnificar la actividad y la capacitación para elevar el nivel técnico del personal. “Sin embargo, la alta tasa de informalidad del sector, que incluye el contrabando y la reticencia a alinearse a las normativas vigentes, hace que los productores y las autoridades no puedan gestionar de manera eficiente esta actividad. La relación productor-autoridad se vuelve más compleja aun cuando las normas y leyes vigentes exigen al primero seguir trámites costosos y largos”.

Finalmente, se realiza una serie de conclusiones y recomendaciones orientadas a fortalecer y mejorar la elaboración de alimentos, el abastecimiento de ovas y la infraestructura en tierra y mar. A esto, se suma la necesaria promoción de construcción de plantas de procesamiento primario o industrial con altos estándares de calidad e inocuidad; promover el acceso a tecnología y la progresiva tecnificación de los cultivos de trucha; y fomentar la implementación de siste- mas de monitoreo, así como mecanismos de seguimiento del cumplimiento ambiental, entre otros aspectos. 

Descargue el estudio “La cadena de valor de la trucha” aquí.