Foto representativa de centro de cultivo. Fuente: Daniella Balin, Salmonexpert.

Nuevo libro sobre la industria salmonicultora

Chile: El profesor de la Universidad de Chile, Jorge Katz, en conjunto con investigadores de Japón y Holanda, presentó recientemente un libro sobre el desarrollo de la industria salmonicultora en Chile, haciendo hincapié en las principales falencias y entregando recomendaciones para el progreso y consolidación de la industria.

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La historia de la industria salmonicultora chilena, además de su relación con el entorno, son los principales temas se abordan en el libro “Chile´s Salmon Industry”, coeditado por el profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Jorge Katz; en conjunto con Akio Hosono del Instituto de Investigación de Japón y Michiko Iizuka de la Universidad de las Naciones Unidas de Holanda.  En conversación con Salmonexpert, el autor entregó algunas claves sobre su obra.

Concentración de cultivo

“En rigor de verdad la industria salmonicultora chilena arrastra un pecado original que es su excesiva concentración en una reducida superficie costera. Chile ha llegado a producir casi la misma cantidad de salmón que Noruega pero ello en una cuarta parte de la superficie del país nórdico, con lo cual el grado de hacinamiento y la cercanía de los centros de cultivo (ademas de su tamaño) en el medio local era (y es aun hoy) mucho mayor que en Noruega”, explicó el profesor Katz.

Agregando que, esta situación incide sobre las condiciones sanitarias del proceso productivo; la calidad de vida de los salmones; y su condición autoinmune, “aspecto al que las firmas fueron reaccionando aumentando el uso preventivo de antibióticos”.

Jorge Katz. Foto: Universidad de Chile.

“El porqué originalmente los centros de cultivo se implantaron tan cerca unos de otros, debe buscarse en la falta de bienes públicos -escuelas, postas de salud, telecomunicaciones, y más- a medida que uno se aleja de Puerto Montt, lo que incide sobre la disponibilidad de mano de obra para operar los centros de cultivo”, explicó.

En comparación con la producción noruega, explicó que se debe pensar en “esfuerzos tecnológicos de sustentabilidad ambiental, diálogo con las comunidades, I&D y demás, temas en los cuales la industria local no solo no ha logrado alcanzar standards de clase mundial, sino que aun hoy carece de un modelo de comportamiento aceptable”.

Trasladar la producción

“La intención de mover la producción a Puerto Aysén (y Magallanes, pero en menor medida) debe verse como un intento de relocalizar la producción en un escenario natural donde las aguas presentan mejores condiciones para el cultivo de salmones que lo que ofrece la zona de Puerto Montt o áreas de Chiloé donde la condición aeróbica del agua se ha ido perdiendo tras años de explotación y sin una tecnología aceptable de manejo ambiental”, afirmó el académico de la Universidad de Chile.

Sin embargo, comentó que Puerto Aysén no ofrece ciertos elementos de infraestructura física ni de capital humano, como tampoco de disponibilidad de firmas subcontratistas de servicios para la producción, “lo que aumenta los costos de producción y hace mas difícil la consolidación de un cluster salmonicultor local como el que en su oportunidad surgió en Puerto Montt”.

Reputación

La caída del precio internacional del salmón, además del deterioro de la reputación por el uso de antibióticos, “han afectado la tasa de rentabilidad de las firmas chilenas, las que a raíz de ello reclaman al sector público por lo que juzgan como un exceso regulatorio (que aumenta sus costos), y paralelamente  han reducido sus inversiones y la demanda de servicios de ingeniería de sus subcontratistas, poniendo en tela de juicio la evolución futura de la productividad sectorial”.

“Todo lo anterior configura un cuadro complejo de gran incertidumbre en relación con el futuro modelo de gobernanza del sector. Los límites que la producción local deberían respetar a fin de adecuarse a la capacidad de carga del recurso en sus distintas localizaciones (y asi asegurar la sustentabilidad  sanitaria y ambiental), además del estilo de diálogo con las comunidades locales empleadas en la producción de salmón.  En todos estos planos la industria local deberá mejorar a medio y largo plazo, si ha de llegar a ser una actividad de clase mundial”.

Finalmente, el profesor Jorge Katz explicó que, además de la reducción del número de compañías productoras, “la participación del capital extranjero ha ido aumentando, y no es imposible pensar que continuará creciendo, en la medida que la función objetiva de algunas de las grandes empresas internacionales que operan en la industria hoy, parece estar en la seguridad alimentaria de sus propios países -proteínas relativamente mas baratas en el largo plazo- y no tanto en las dificultades de corto plazo que el sector vive contemporáneamente”.

El autor

Acorde con la descripción otorgada por la Universidad de Chile, Jorge Katz es Licenciado en Economía Política en la Universidad de Buenos Aires y Doctorado en Economía Política en Balliol y Nuffield College, Universidad de Oxford, Inglaterra. Actualmente, se desempeña como profesor titular en la Universidad de Chile.

Ha sido profesor titular de Economía Industrial en la Universidad de Buenos Aires y profesor de cursos de postgrado en Tecnología e Innovación en la Universidad de Chile. Katz ocupó el cargo de director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial, CEPAL, Santiago. Además, ha publicado diversos trabajos sobre el tema de tecnología y reestructuración industrial en Latinoamérica y sobre temas relacionados con la estructura y comportamiento del sector salud.