¿Pueden ser los organismos incrustantes una fuente de enfermedades?

Noruega: Steen-Hansen, en colaboración con Uni Research Miljø, Industrilaboratoriet (ILAB), Cermaq y la Universidad de Bergen realizaron una investigación piloto para identificar qué tipo de organismos incrustantes pueden ser un reservorio importante de distintos agentes infecciosos.

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Una comunidad fouling en centros de cultivo de mar consta, principalmente, de algas, mitílidos, tunicados, briozoos, hidrozoos y caprellas. En tanto, la composición del fouling puede variar con las estaciones, con un incremento y crecimiento particularmente grande en verano.

El fouling en un centro de cultivo puede constituir una carga significativa para las redes en forma de peso y desgaste, además de un menor flujo y recambio de agua, lo cual afecta el crecimiento y bienestar de los peces.

Entre las medidas comunes para evitar el fouling en las redes, se encuentra el lavado de alta presión, y no es raro que algunos centros limpien las redes varias veces durante un mes de verano, cuando el crecimiento de los organismos incrustantes está en su nivel más alto.

El lavado de alta presión de las redes, por otro lado, dispersa los organismos incrustantes y los fragmentos de estos hacia la masa de agua, con el peligro de aumentar el riesgo de infección. Hay estudios que demuestran que los mejillones pueden ser reservorio de distintos tipos de agentes infecciosos que pueden ocasionar enfermedades a los peces, y que una serie de diversos tipos de organismos incrustantes pueden ser un vector o un reservorio provisorio de las amebas que pueden causar la enfermedad branquial en los salmones.

En este contexto, Steen-Hansen, en colaboración con Uni Research Miljø, Industrilaboratoriet (ILAB), Cermaq y la Universidad de Bergen, ha ejecutado un experimento piloto (financiado por el fondo de investigación regional Rfvest, proyecto N° 252029) para investigar qué tipo de organismos incrustantes pueden ser un reservorio importante de distintos agentes infecciosos.

Para ello, los investigadores probaron distintos métodos para una detección efectiva de diversos agentes infecciosos en muestras de fouling. Según la compañía, las preguntas importantes en esta investigación fueron: ¿qué tipo de organismos incrustantes pueden funcionar con reservorio infeccioso? y ¿cuáles agentes infecciosos (patógenos de peces) pueden sobrevivir en los distintos tipos de fouling?

De esta forma, se utilizaron paneles de red con fouling de un centro de cultivo de salmón para la ejecución de una prueba experimental de infección. “La comunidad fouling en los paños de red estuvieron dominadas por hidrozoos, algas, caprellas y distintas especies de tunicados (ascidias). Además, se encontró una amplia incrustación de mejillones y algas de fronda cartilaginosa”, revelaron los investigadores.

En tanto, los paños de redes fueron dispuestos en un estanque con agua de mar (15° C) y se añadieron patógenos de peces. Se seleccionaron aquellos que pueden ocasionar enfermedades inducidas por parásitos (amebas) y bacterias. Posteriormente, se tomaron muestras de distintos organismos incrustantes en un periodo de 30 días. Las muestran fueron usadas para testear distintos métodos moleculares (ADN, PCR) para la detección de amebas y bacterias. Además, se realizaron pruebas de cultivo a 10 y 30 días, posteriores a la infección, para investigar si todavía había amebas vivas en la comunidad fouling.

El experimento piloto detectó amebas y bacterias en todos los tipos de fouling, pero con mayor densidad en algas e hidrozoos. “En la prueba de cultivo se observó una serie de especies de amebas a los 10 y 30 días después del comienzo de la experiencia. Las amebas observadas e identificadas incluyen especies de Paramoeba (las mismas amebas añadidas en la prueba de infección), así como otras especies de amebas que nos fueron identificadas. Amebas similares también fueron aisladas desde branquias de peces (salmón y wrasse) del mismo centro de cultivo desde el cual se obtuvieron los paneles de red”, explicaron.

“Los resultados y las experiencias de este proyecto piloto serán transferidos a una investigación más amplia para seguir desarrollando y optimizando los métodos de análisis para la detección de patógenos de peces en organismos incrustantes”, aseguraron desde Steen-Hansen. Asimismo, los investigadores dijeron que los distintos tipos de amebas aisladas desde organismos incrustantes deben ser identificadas y examinadas para determinar si éstas tienen la capacidad de provocar enfermedades en los peces. “El trabajo también investigará la dispersión geográfica de los organismos incrustantes que pueden ser reservorios importantes de distintos tipos de agentes infecciosos”.

Finalmente, desde la compañía explicaron que la meta de estas investigaciones es aumentar el conocimiento y competencias que contribuirán a reducir el fouling, el riesgo de infección y los brotes de enfermedades en centros de cultivo marinos a través del desarrollo y mejoramiento de los compuestos activos anti fouling en los impregnantes para redes. “Estos resultados también permitirán optimizar las rutinas operativas en centros acuícolas (manejo de redes ante la detección de agentes infecciosos en el fouling)", aseguraron los investigadores de Steen-Hansen.