Foto archivo robo de salmón.

Robo de pescado, carne y frutas asciende a US$ 55 millones

Chile: Los empresarios de los rubros afectados por robos a gran escala aseguran que los productos sustraídos terminan en manos de comerciantes establecidos y exportadores.

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Madrugada del 27 de agosto. Un camión cargado con 21 novillos se dirige desde Los Andes a Chacabuco. En ese lugar, los animales pasarían una temporada de engorda. Pasado el túnel, el conductor es asaltado por una banda de ladrones. Los hombres armados descargan rápidamente los animales y se los llevan a un matadero clandestino, según informó El Mercurio.

Para evitar la denuncia inmediata, al conductor lo retienen hasta las seis de la mañana. A esa hora, el conductor da aviso a su jefe, el agricultor Ernesto Zenteno, quien pone inmediatamente una denuncia ante Carabineros. La búsqueda no se inicia de inmediato, pues la policía le informa que antes de actuar deben obtener una orden del fiscal, quien recién podría atenderlos después de las nueve de la mañana. Zenteno no persevera, y hace la pérdida: $7 millones en animales. A la semana aparecen cueros y vísceras de unos 21 novillos en Renca. Al parecer son los restos de los animales de Zenteno.

Fue un golpe importante -afirmó Zenteno-, pero nada fuera de lo común: en los últimos tres años, la delincuencia rural ha experimentado un alza importante, que se traduce no solo en abigeato, sino también en robos de camiones completos de frutas de exportación, asaltos a predios para extraer agroquímicos -productos importados que se han vuelto muy cotizados en el mercado debido al alza del dólar-, salmones, y prácticamente cualquier alimento bien cotizado. Las cifras más conservadoras permiten afirmar que el robo y distribución a gran escala de alimentos como salmón, frutas y carne (sin considerar el robo hormiga) asciende a US$ 55,6 millones al año.

Todos los productores entrevistados para este reportaje coincidieron en que este tipo de delitos se ha disparado durante los últimos años, al grado que varios de ellos han recurrido no solo a medidas convencionales de seguridad -guardias, cercos eléctricos, etc.-, sino también a la contratación de asesores, en algunos casos extranjeros, en materia de seguridad.

Abigeato se triplicó en una década

En el caso del robo de vacunos, se observa un incremento sostenido. Hace una década se registraban unas mil denuncias al año por este delito, cifra que en 2013 (último año en que el Ministerio de Agricultura publicó cifras) llegó a 4.774 casos.

El director ejecutivo de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Valdivia, Miguel Santa María, explica que es difícil llegar a una cifra redonda sobre el número de animales robados, puesto que las estadísticas que se conocen hablan de denuncias, pero no de número de cabezas involucradas. Además, no todos los casos son denunciados.

Considerando estos alcances, el dirigente y agricultor cree que, siendo conservadores, cada año se pierden unas ocho mil cabezas de vacuno, entre novillos, vacas, toros y bueyes. Y si se considera que el valor promedio de un animal es de $500 mil, se obtiene que el sector pierde al menos $4 mil millones al año (unos US$ 5,6 millones).

Roban US$ 2,8 millones en nueces y US$ 2,2 millones en paltas

En la fruticultura, en tanto, el robo de nueces es el que tiene mayor incidencia, dado que es un producto de alto valor y que, además, no requiere refrigeración. Esto permite esconderlo en cualquier bodega mientras se procede a su distribución. Según el presidente de Chile Nut, Juan Luis Vial, este sector pierde US$ 2,8 millones por temporada a causa de robos. Hace tres años -agrega-, estos robos a gran escala no existían, y solo se observaban casos de robo hormiga.

En el caso de la empresa Pacific Nut, las pérdidas anuales ascienden a US$ 500 mil, según el empresario agrícola Juan Sutil.

Andrés Rodríguez, presidente de la Chilean Walnut Comission -que reúne al 70% de los procesadores y exportadores de frutos secos-, señala que durante los últimos años los actores del sector se han organizado para tratar de perseguir por asociación ilícita a las bandas que están detrás de estos delitos, puesto que la estrategia de denunciar los robos no ha llegado a buen puerto. Incluso -indican fuentes del sector- esta organización gremial está trabajando en esta materia con el estudio de abogados Hermosilla y Chadwick.

Las paltas también son muy cotizadas por los delincuentes. Según el gerente general del Comité de Palta Hass, Juan Enrique Lazo, el robo de este fruto ha sido una constante durante los últimos años, y se acentúa cuando la palta sube de precio: "Cuando estaba a $2 mil el kilo, se hizo muy evidente que estaban vendiendo paltas robadas en todos lados, porque empezaron a aparecer paltas que no estaban maduras y, en paralelo, los productores que todavía no cosechaban alegaban que les estaban robando", señala.

Chile produce 200 mil toneladas de palta hass al año. Según el productor y dirigente de Agropetorca, Gonzalo Merino, las mermas promedio ocasionadas por los robos equivalen al 1% de la producción total. Esto equivale a dos mil toneladas, equivalentes a US$ 2,2 millones al año, considerando que los distribuidores pagan actualmente $800 por kilo.

Ocho mil toneladas de salmón

La industria del salmón también ha estado bajo amenaza. Según el presidente de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (Salmonchile), Felipe Sandoval, cada año pierden ocho mil toneladas de salmón, equivalentes al 1% de la producción total del país. Esto representa mermas por unos US$ 45 millones.

Y aunque no se trata de robo propiamente tal, sino de extracción ilegal de productos, la costa chilena también es asolada por bandas bien organizadas que extraen moluscos, crustáceos y peces.

Según cifras del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año, la autoridad ha incautado 1.024.138 kilos de productos del mar (un poco más de diez toneladas) que tenían como destino el mercado interno. Las especies más incidentes son la merluza común (341 mil kilos), reineta (211 mil kilos) y almejas (130 mil kilos).

Según el director nacional de Sernapesca, José Miguel Burgos, las cifras de decomiso son solo la punta del iceberg de este fenómeno. Estima que por cada merluza ilegal que es decomisada, siete logran llegar al consumidor final. Agregó que gran parte de estos productos se distribuyen a través de los canales formales, ya sea pequeños comerciantes, ferias libres, etc. Sernapesca encargó a la Universidad Católica de Valparaíso un estudio para valorizar las extracciones ilegales.

Afectados: productos se venden y distribuyen en el mercado formal

Por los volúmenes que se manejan, la mayoría de los rubros afectados aseguran que los productos terminan distribuyéndose en el mercado formal, e incluso exportándose.

El presidente de Chile Nut señala: "Hay mucha gente metida, porque no es fácil comercializar quince o veinte camiones de nueces en dos meses (entre marzo y abril es la temporada de cosecha). Esta es una fruta que se consume muy poco en Chile, así que tiene que haber gente que compra esa cantidad y la exporta", afirma.

El empresario agrícola Juan Sutil coincide en que no se trata del robo hormiga tradicional, sino de un tipo de delito institucionalizado que cuenta con medios materiales y redes de contacto que les permiten a estas bandas robar camiones completos y sacar los productos al exterior sin que haya sancionados.

En la misma línea, el presidente de Fedefruta, Juan Carolus Brown, afirma que el caso de robo de nueces en que se vio involucrado el futbolista de la Universidad Católica Michael Ríos es la prueba más clara de que detrás de este tipo de delitos operan grupos con una enorme capacidad de logística. A mediados de noviembre, la PDI desbarató una banda que supuestamente integraba este futbolista y que asaltó un camión que contenía 20 mil kilos de nueces de exportación de la empresa Valvalle, avaluados en $68 millones.

En el caso de los salmones, los productos robados también se venderían en el mercado formal. Un productor asegura que, junto con las bandas que roban los productos desde las pisciculturas, existe toda una industria de falsificación de facturas para blanquear los salmones e introducirlos al mercado.

El gerente general de una de las principales empresas del rubro afirma que basta mirar las cifras para darse cuenta de que el salmón que se vende en el mercado formal tiene un origen ilícito: en Santiago -asegura- se venden más de 40 toneladas de salmón fresco a la semana. Sin embargo, los productores no venden ese volumen de salmón fresco en Chile, sino congelado. "¿De dónde proviene ese producto?", pregunta.

Los casos rara vez se reportan

En el caso de los productores de nueces, durante este año han realizado inversiones por US$ 2,4 millones en seguridad (guardias, cercas eléctricas, etc.), según Chile Nut.

Pese a esto, el robo no decae. En 2014, el consejero de la SNA, Domingo Romero, se vio afectado con cuatro robos de nueces. En uno de ellos perdió 10 mil kilos.

Brown también ha sufrido este tipo de robos: "A mí me asaltaron en marzo, en Calle Larga (Los Andes). Hice la denuncia, y ni siquiera salió el caso de la tenencia. Los carabineros ni siquiera reportaron al teniente, porque saben que esta cuestión muere ahí, porque saben que no pasa nada, y no quieren llenar papeles si esta cuestión muere ahí", dijo, con desazón.