Centro de cultivo. Foto: Daniella Balin, Salmonexpert.

Sernapesca: “Antibiótico mencionado en estudio argentino prácticamente no se utilizó el 2016“

Chile: La subdirectora de Acuicultura de Sernapesca, Alicia Gallardo, se refirió esta mañana a una nota de prensa difundida ayer en medios argentinos, donde se menciona un estudio de la Instituto de Tecnología de la Fundación UADE. La autoridad aclaró que el Servicio no ha recibido ningún informe oficial por parte de esta entidad, ni de la autoridad sanitaria trasandina Senasa.

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Respecto de los resultados que según la prensa habría arrojado el estudio, Gallardo comentó que, “nos llama la atención primero el tipo de salmón que está involucrado, porque es un salmón que no se produce en Chile, lo segundo es que hace referencia a un elevadísimo porcentaje de detección de antibióticos -sobre el 66%-, el primero de ellos es una quinolona que es la flumequina, y ahí es muy relevante señalar que durante el 2016 el uso de este producto en la salmonicultura chilena es tan marginal que es estadísticamente despreciable (bajo el 0,3%)”.

En cuanto a la presencia de oxitetraciclina, la subdirectora de Acuicultura afirmó que, “el porcentaje de uso de este antibiótico es bastante menor, de alrededor del 11%, porque el principal antibiótico utilizado en Chile es el florfenicol. Entonces llaman la atención los elevados porcentajes supuestamente detectados respecto de dos antibióticos, uno que prácticamente no se usa y otro que se usa en muy bajas cantidades”.

Controles de uso de antibióticos en Chile 

El sistema de control de uso de químicos en la producción de salmones es robusto, dado que se inicia en la etapa de producción de agua dulce, es decir cuando la ova se transforma en alevín. Desde ese momento, Sernapesca toma muestras oficiales para la detección oportuna de sustancias no autorizadas o prohibidas, y esto se complementa con los controles específicos que también realiza la autoridad para el control de uso de antimicrobianos.

Esto se replica en la etapa de producción en mar, por lo tanto, hay un control muy estricto tanto de contaminantes, como de residuos de antimicrobianos. En Chile, los fármacos están estrictamente reglamentados: primero deben ser autorizados por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) que realiza una evaluación muy exhaustiva, y luego el control de su uso está a cargo del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, según lo informado desde el organismo estatal.

“Todos los fármacos antimicrobianos deben ser utilizados con prescripción médico veterinaria (PMV) por lo tanto están avalados por un profesional competente; no se permite el uso preventivo, sólo se autoriza su uso con un diagnóstico clínico o de laboratorio, y además, nuestra fiscalización está enfocada a corroborar que el fármaco se usa en las condiciones en que se autoriza y que la información que entregan los centros de cultivo es fidedigna”, explicó Gallardo.

Los controles de las etapas de producción en agua dulce y mar (hasta la cosecha, incluido los períodos de carencia y análisis de precosecha que realizan las propias empresas) son posteriormente verificados por el área de Inocuidad y Certificación de Sernapesca, a cargo de la subdirectora de Comercio Exterior, Mónica Rojas.

“Nuestra área tiene implementado un programa de control de residuos de productos farmacéuticos en los productos ya procesados en las plantas. Ahí se verifica que estos productos cumplan con los límites establecidos tanto para sustancias antibióticas, como antiparasitarios y contaminantes ambientales”, explicó.

“En el marco del programa oficial de control de residuos, se analizan más de 7 mil muestras al año, incluidos controles para la detección de residuos de los fármacos oxitetraciclina y flumequina (1.139 muestras en 2016 y 1.219 muestras en 2015 exclusivamente para estos fármacos). Los resultados de estos análisis han detectado cero muestras con niveles de residuos de antibióticos superiores a los límites permitidos por el Codex Alimentarius, asegurando de esta forma que los productos exportados cumplen con los requisitos de inocuidad internacionales, y que, por lo tanto, no afectan la salud de los consumidores”, complementó la subdirectora de Comercio Exterior.

Sobre la efectividad de este programa de control, Rojas recalcó que como país “exportamos más de 600 mil toneladas anuales, distribuidas en alrededor de 30 mil embarques de productos salmónidos. En el año 2016 no tuvimos ningún reporte de parte de las autoridades competentes en destino, por detecciones de algún tipo de residuos de productos farmacéuticos en nuestros productos”.

Finalmente, respecto del informe conocido a través de la prensa argentina, desde Sernapesca informaron que se tomó contacto con la Dirección Económica de Cancillería y con la embajada chilena en Buenos Aires, para recabar más antecedentes sobre el estudio y saber si existe algún tipo de validación o antecedente técnico por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (Senasa).