La caracterización para la detección de marea roja, basada en aplicaciones de metodologías de observación de la tierra, ha sido elaborada específicamente para la realidad en Chile y puede ser aplicada en diversas industrias.

Teledetección de marea roja: reacción temprana y reducción de riesgos

Chile: El desarrollo de un nuevo proyecto, permitió construir algoritmos ajustados a propiedades de aguas chilenas, para detectar floraciones algales nocivas clasificando su huella digital hiperespectral.

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Durante la jornada del viernes, Csiro, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) realizaron el webinar “Mejorando el uso de datos satelitales en Chile: detección de marea roja”, instancia donde se presentó el trabajo colaborativo que buscó clasificar la huella digital hiperespectral de las floraciones de algas nocivas en aguas chilenas.

“Los resultados de este proyecto entregan nuevos algoritmos satelitales que por primera vez se personalizarán para las aguas chilenas, hallazgo que representa un paso adelante no sólo para entender las algas nocivas en el futuro, sino minimizar su efecto dañino. El enfoque de producir productos satelitales localizados y personalizados para Chile es clave para mejorar el impacto de la ola de datos que ocurre en Chile y en el mundo”, detallaron desde la organización del proyecto.

Aisén Etcheverry, directora nacional de ANID, abrió el encuentro aludiendo a la crisis de marea roja experimentada durante el 2016: “Una vez más nuestro país se vio enfrentado a un desastre muy propio de nuestra naturaleza, desde esa fecha se ha generado mayor conocimiento en el área, que se materializa a través de este proyecto”. En la ocasión, la industria salmonicultora perdió cerca del 12% de la producción anual producto de de un bloom de Pseudochatonella sp. que afectó a los peces. Los daños se cuantificaron en US$ 800 millones. 

“Este trabajo da cuenta de cómo la coordinación entre el sector público y privado permiten potenciar soluciones que aborden los desafíos de la naturaleza desde una perspectiva de predictibilidad. Hago una invitación abierta a profundizar en el concepto de transferencia, y en cómo los resultados científicos pueden generar impactos en las políticas públicas del país”, estableció la Autoridad.

En tanto, el Dr. Orlando Jiménez, director ejecutivo de Csiro Chile, destacó el rol de la ciencia para apoyar a la industria y al Gobierno: “El Banco Mundial establece que las economías de la región pierden en torno a 2,9% del PIB, por embates de la naturaleza. Cuando sectores pujantes deben asumir condiciones de entorno, más allá de factores productivos, la ciencia puede dar algunas respuestas a los desafíos que enfrentan las industrias. Estamos en un proceso de transformación muy significativo: de aquí al 2030 se triplicará la cantidad de datos disponibles. El desafío es cómo somos capaces de usar esa información”, comentó el representante de Csiro.

Mesa redonda que cerró el evento de Csiro, ANID e Ifop.

Caracterización

Para el Dr. Leonardo Guzmán, jefe de División de Investigación en Acuicultura de IFOP y uno de los expositores del encuentro, las FAN se deben abordar al menos de dos perspectivas: desde la investigación científica, para comprender las causas y efectos de este fenómeno, y el monitoreo, con el objetivo de obtener información oportuna y confiable que permite mitigar efectos indeseados. “Hay que compatibilizar la investigación básica con la aplicada, para prever y extender los resultados de los proyectos”.

Pablo Salgado, investigador senior de IFOP, comentó acerca de los quistes de dinoflagelados y sobre las especies que producen FAN. El especialista presentó el resultado de dos estudios de programa de manejo y monitoreo de FAN y toxinas marinas en el océano Pacífico del Centro Sur y en el Sistema de Fiordos y Canales de Chile.

En base al análisis de 54 tipos de quistes diferentes registrados, se detectaron tres especies productoras de toxinas: Alexandrium catennella, Alexandrium ostenfeldii y Protoceratium reticulatum.

En el primer estudio, se identificó que, en general las mayores abundancias de quistes se encuentran a 10 millas náuticas de la costa, y las menores, a 2 millas náuticas. Quistes de A. catenella fueron registrados solo en la región de Los Lagos, los de A. ostenfeldii en Biobío y los de P. reticulatum en Bíobio, Los Ríos y Los Lagos.

Mientras que, en la región de Magallanes, se registró mayor abundanca total de quistes y en la región de Los Lagos la menor. De los dinoflagelados productores de toxinas, los quistes de P. reticulatum fueron los más abundantes y mostraron la distribución geográfica más amplia. Los de A. ostenfeldii fueron los menos abundantes y más restringidos geográficamente. La región de Aysén tuvo el mayor número de estaciones positivas para presencias de quistes de A. catenella y P. reticulatum, así como mayor abundancia de ambas especies.

El evento culminó con una mesa redonda compuesta por Alejandro Clément, gerente general de Plancton Andino, el Dr. Orlando Jiménez de Csiro, Federico Rodríguez de la oficina Barahona, Fischer y Cía. y Arturo Errázuriz, socio E&A y presidente del Comité de Sustentabilidad de la Britcham, quienes se refirieron a la relevancia de nuevas soluciones en base a la asociatividad y la responsabilidad empresarial.