Reserva Nacional Kawésqar. Foto: GoChile.

Presentan argumentos jurídicos contra expansión salmonicultora en Reserva Nacional Kawésqar

Chile: Fundación Terram expresa que, un plan de manejo para esta área magallánica, debiera llevar hacia la incompatibilidad de proyectos de cultivo de peces al interior de la zona de convervación.

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En columna de opinión de la Fundación Terram, publicada en el sitio web de Ciper, la organización argumenta las razones sobre por qué sería perjudicial la actividad salmonicultora en la Reserva Nacional Kawésqar, puntualizando que el plan de manejo debe priorizar actividades que resulten efectivamente afines con su conservación.

Un tema que desde Fundación Terram han buscado relevar el último tiempo, dice relación con la posibilidad de desarrollar la salmonicultura en reservas nacionales, en particular, en la Reserva Nacional Kawésqar, región de Magallanes, área protegida que fue creada formalmente el 30 de enero de 2019 en el espacio marítimo circundante al Parque Nacional del mismo nombre.

Pese a su reciente creación, “la situación actual de dicha Reserva Nacional frente a la expansión de la industria salmonicultora resulta altamente preocupante, pues, a junio de este año, el área, antes considerada dentro del perímetro de la ex Reserva Forestal Alacalufes, presentaba 69 concesiones acuícolas otorgadas para el cultivo de salmones, de las cuales 24 se encontraban operativas, mientras que otras 119 pendientes de ser aprobadas”, según la ONG.

Respecto de estas últimas, 16 de ellas corresponden a proyectos de cultivo de salmones que, pretendiendo emplazarse en las aguas de la Reserva Nacional Kawésqar, han ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) con posterioridad a su creación formal. La titularidad de la mayor parte de estos proyectos es de Nova Austral y, en menor medida, de Acuícola Cordillera (Australis Seafoods) y Cultivos Otway (Multiexport Foods).

De aprobarse estos proyectos, sin considerar otros que se presenten a futuro si la autoridad administrativa no corrige el criterio aplicado hasta ahora, “implicará adicionar una producción total máxima aproximada de 105.550 toneladas de salmones por ciclo y la instalación de 352 balsas jaulas más dentro de la Reserva Nacional Kawésqar. Esto aumentará significativamente la presión antrópica y la contaminación sobre un área destinada a la conservación biocultural mediante, paradójicamente, el cultivo de especies exóticas o introducidas”, sostiene Fundación Terram.

Plan de manejo

“Lo que resulta más grave aún es que, en el caso de la Reserva Nacional Kawésqar, al igual como ha sucedido en el caso de otras áreas protegidas como la Reserva Forestal Las Guaitecas, en la región de Aysén, continúan aprobándose ambientalmente y otorgándose concesiones acuícolas para el cultivo de salmones en sus aguas sin que siquiera cuenten dichas áreas protegidas con planes de manejo aprobados, lo que, por cierto, complejiza –por decir lo menos– todo posible análisis de compatibilidad de dicha actividad con los objetivos de conservación de aquellas”, asegura la ONG.

Es, efectivamente, manifiesta Fundación Terran, “el plan de manejo el instrumento normativo que, además de precisar estos últimos, determina y zonifica los distintos tipos y niveles de usos posibles que se estiman compatibles con dichos objetivos de conservación, por lo que su existencia previa debería ser siempre exigido como un requisito mínimo e indispensable para cualquier actividad o proyecto que pretenda desarrollarse en su interior, cuestión que, por básica y razonable que parezca, no está siendo observada por las autoridades competentes en el caso de la Reserva Nacional Kawésqar”.

“No siendo suficiente lo anterior, cabe agregar el hecho que todos los nuevos proyectos de cultivo de salmones que pretenden instalarse en esta área protegida, sin excepción, han ingresado al SEIA a través de la vía menos rigurosa (Declaración de Impacto Ambiental), los que han sido admitidos por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y continúan avanzando en su tramitación pese a que la Ley Nº 19.300 exige que todo proyecto o actividad emplazado al interior de un área protegida debe presentar un Estudio de Impacto Ambiental”, argumenta la ONG.

En tal sentido, un plan de manejo respetuoso de dicho instrumento internacional, así como de las recomendaciones de la UICN en la materia frente a los múltiples y conocidos impactos ambientales y socio-culturales causados por la industria salmonera en Chile, “debiera instar por la incompatibilidad de proyectos de cultivo de salmones al interior de la Reserva Nacional Kawésqar, privilegiando actividades que resulten efectivamente afines con su conservación”, recalca Fundación Terram.

Podría considerarse entre estas últimas, apunta la ONG, “una acuicultura de pequeña escala que, entre otros factores, contemple el cultivo de especies nativas, una limitación de la superficie concesible, menores densidades de cultivo y  la reducción de tracks de navegación. Todo esto, siempre al alero del principio precautorio y el enfoque ecosistémico expresamente reconocidos en nuestra legislación pesquera y acuícola”.