Mortalidad de salmones. Foto: Intendencia Los Lagos

Confirman que vertimiento de salmones no provocó la marea roja

Chile: El Comité de Científicos independientes convocado por el Gobierno para investigar el fenómeno de marea roja que afectó el verano pasado a las regiones de Los Lagos y Aysén, entregó el informe final al ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes y al subsecretario de Pesca, Raúl Súnico.

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En febrero de 2016, una intensa floración de la microalga Pseudochatonella verruculosa ocurrida en la Región de Los Lagos tuvo como consecuencia una masiva mortandad de salmones en cultivo en el extremo norte del Mar Interior de Chiloé y Seno de Reloncaví. Luego, a partir de la última semana de febrero, comenzó a manifestarse una floración del dinoflagelado tóxico Alexandrium catenella, impactando fuertemente a la Región de Los Lagos y alcanzando por primera vez a la Región de Los Ríos. Desde principio de abril se observaron, además, mortalidades de moluscos bivalvos, aves y peces en Chiloé y otras localidades de la Región de Los Lagos. Como consecuencia de la intensidad y extensión del fenómeno, y la aparente coocurrencia de las floraciones nocivas en la costa de Chiloé y el vertimiento de salmones en altamar, se generaron protestas sociales y ambientales en Chiloé, que luego se extenderían a otras localidades de la Región de Los Lagos.

Como parte de las respuestas entregadas a la comunidad de la Región de Los Lagos, el 10 de mayo de 2016 el Ministerio de Economía convocó a través de la Academia de Ciencias de Chile a un Comité Científico para evaluar este desastre ambiental. Este Comité Científico estuvo conformado por loa investigadores Alejandro Buschmann (U. de Los Lagos), Laura Farías (U. de Concepción), Fabián Tapia (U. de Concepción), Daniel Varela (U. de los Lagos) y Mónica Vásquez (Pontificia Universidad Católica), quienes, a seis meses de su investigación ratificó en las conclusiones del informe que no había relación entre el vertimiento de los salmones y la marea roja.

El informe detalla que las 39.942,5 toneladas de salmones muertos como consecuencia de la proliferación de la microalga Pseudochattonella verruculosa fueron, de acuerdo a lo informado por el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), retirados en un 100% desde los centros de cultivo y trasladados a plantas de proceso para elaboración de harina de pescado (57% de la mortalidad), mientras que un 30% de la mortalidad fue llevada a vertederos locales. De los 45 centros de cultivo de salmones afectados por la microalga, 17 centros (34%) fueron inspeccionados utilizando cámaras submarinas a control remoto (ROV) y, de acuerdo a la información entregada por Sernapesca, en ninguno se encontraron peces muertos en el fondo. Por la imposibilidad de ser trasladados a tierra, el 13% restante de la mortalidad, equivalente a algo más de 4.600 toneladas, fue vertido a 75 millas náuticas al oeste de la costa norte de la Isla Chiloé durante un periodo de 10 días. Este hecho concitó gran atención de las organizaciones sociales de la región, grupos ambientalistas y medios de comunicación, lo que fue analizado en el informe.

En sus conclusiones, el informe expone que en relación al vertimiento de salmones las condiciones de viento observadas en marzo-abril 2016 y el patrón de circulación esperado a partir de éstas, consistente además con los patrones de temperatura superficial del mar y corrientes geostróficas derivadas de mediciones satelitales para el mismo periodo, sugieren que el transporte de agua y material en suspensión durante y con posterioridad al vertimiento de salmones ocurrió mayoritariamente de este a oeste (hacia mar afuera) y de sur a norte, y no hacia la isla de Chiloé.

Además, considerando la cantidad de biomasa vertida en marzo 2016, los cálculos estequiométricos y estimaciones de la tasa de degradación de amonio a las temperaturas observadas, las concentraciones de amonio detectadas en aguas oceánicas durante el crucero oceanográfico del Cabo de Hornos en mayo 2016 efectivamente podrían ser un resabio del vertimiento. Las condiciones de viento predominantes en el periodo de vertimiento, y la circulación superficial generada por estas condiciones, contribuyeron a que los productos de degradación de la materia orgánica vertida (principalmente amonio) se dispersaran mayoritariamente en forma paralela a la costa.

Transparencia

Tras recibir el informe de parte de Mónica Vásquez y de la vicepresidenta de la Academia de Ciencias, Cecilia Hidalgo, el ministro Céspedes agradeció la labor realizada por los expertos. “Este trabajo refleja la importancia que tienen las ciencias, la importancia que tiene la comunidad científica en el apoyo para enfrentar situaciones complejas en distintas materias”, señaló y agregó que frente al fenómeno de marea roja el gobierno fue transparente en la necesidad de realizar un estudio que pudiera dejar muy claro a la ciudadanía las condiciones bajo las cuales se produjo este fenómeno.

“Quiero destacar el trabajo de esta comisión, este es un grupo de expertos científicos del más alto nivel internacional, quienes además realizaron un trabajo participativo con el resto de la comunidad científica de nuestro país”, dijo el titular de la cartera de Economía y resaltó que el contar con dicha comunidad permite al país “enfrentar este tipo de situaciones y generar cada día mejores políticas”.

Por su parte, la Bioquímica y académica de la Pontificia Universidad Católica, Mónica Vásquez detalló el trabajo realizado, que incluyó la revisión de la zona en el Buque Científico Cabo de Hornos, a cargo de la doctora Laura Farías, donde se embarcaron 14 científicos y tres pescadores artesanales que actuaron como veedores en el crucero de investigación.

De acuerdo con la experta “el vertimiento (de los salmones) fue un fenómeno puntual. Nosotros analizamos si había tenido alguna relación con la marea roja y nuestras conclusiones son que no. Esto es un fenómeno mucho más complejo y que requiere, no un análisis simplista, de un agente causal, sino que es un problema multifactorial”.

El Ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes y el Subsecretario de Pesca y Acuicultura, Raúl Súnico, reciben el informe final de la Comisión Científica Marea Roja. Foto: ministerio de Economía.

La especialista mencionó que “todo indica que el fenómeno de marea roja (proceso de floración) estaba iniciándose desde la primavera del 2015, se desarrolló en enero, se incrementó en febrero, y tuvo su peak en marzo, hubiese habido o no vertimiento”.

Vásquez precisó que en el verano pasado la zona en estudio registró las radiaciones solares más altas en los últimos 60 años, lo que contribuyó al florecimiento de las algas.

Más allá de las causas, la Comisión Científica también elaboró 12 recomendaciones que permitirían al país enfrentar en mejor pie fenómenos como el de la marea roja. Entre ellas, los expertos plantearon profundizar las capacidades y acciones de monitoreo de microalgas nocivas, tanto espacial como temporalmente, así como de análisis de las muestras y distribución de la información, para tener resultados en tiempos mucho más reducidos que permitan tomar con antelación medidas de mitigación. A juicio de los expertos, ello requeriría de reevaluar el volumen de recursos, tanto humanos como financieros. Asimismo, señalaron que se debería evaluar la actual cobertura espacial y periodicidad del monitoreo de marea roja realizado por el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP).

Cabe destacar que, dentro de las consideraciones del Comité Científico, el informe plantea que es necesario transmitir a la opinión pública que no todo problema de tipo científico es susceptible de tener una respuesta sencilla en un tiempo corto, luego de tomar una muestra y llevarla al laboratorio. Lamentablemente son pocos los problemas complejos que tienen una respuesta simple, y las FAN no pertenecen a ese grupo. La imposibilidad de tener certezas en un tiempo corto no debiese ser interpretada por la comunidad como un síntoma de incapacidad o incompetencia de los científicos chilenos o de otros países. De hecho, este tema concentra una intensa investigación de científicos del más alto nivel y con un gran volumen de recursos en varios países desarrollados, y aunque hay avances notables, el conocimiento para resolver este problema no es algo que hoy esté disponible y empaquetado para comprarlo en otro país. El conocimiento que se requiere se debe generar, y eso además de la inversión de tiempo y dinero requiere de los recursos humanos necesarios.

El documento expone que en Chile existe un buen número de expertos en los variados aspectos que son relevantes de estudiar para entender las FAN, pero están disgregados en numerosas instituciones tanto académicas como científico-técnicas, y comprometidos con variadas instancias de investigación (centros de excelencia, proyectos individuales) a tal nivel que se les hace muy poco factible encontrar tiempo o la instancia formal para converger en una colaboración constructiva. Para aprovechar la experticia existente en el país se requiere diseñar una instancia de financiamiento de la colaboración científica que convoque y permita la movilidad de los especialistas bajo el techo común del estudio integrado de FAN. Sin perjuicio de lo anterior, esta instancia podría ser una excelente oportunidad para captar el abundante talento y capacidad generada en los últimos años por chilenos que salieron a cursar estudios de postgrado en el extranjero y que hoy buscan insertarse.

Medidas

Por su parte el Subsecretario de Pesca, Raúl Súnico, valoró el informe entregado por los expertos y señaló que el gobierno ya está incorporando algunas de las recomendaciones efectuadas por los expertos y recordó que el gobierno ha invertido más de $2 mil millones en el monitoreo de la marea roja. Asimismo, adelantó que, en enero de 2017, el Gobierno entregará un completo plan de manejo de la marea roja.

Frente a las críticas que han surgido desde algunos movimientos ciudadanos en Chiloé por el manejo del fenómeno, la autoridad de Pesca destacó que “cuando hay una emergencia hay que actuar tomando decisiones muy rápidas, no son para mandar a pedir un análisis que puede demorar un mes porque los peces se descomponen en muy pocos días, y se pone en riesgo la vida de personas. Se tomaron afortunadamente con información que era la mejor información disponible en el momento de la toma de decisión”.

A juicio de Súnico, “es importante entender que frente a fenómenos tan complejos como éste van a haber siempre diversidad de opiniones y personas más crédulas, menos crédulas respecto a los informes. Lo que ponemos a disposición del país, es lo mejor de la academia nacional para investigar y buscar respuestas al problema”.

Lea el informe completo del Comité Científico Marea Roja