Cristián Gallardo-Escárate. Foto: Intesal.

El anhelo de Incar: secuenciar el genoma de Caligus rogercresseyi

Chile: El proyecto ya está aprobado e involucra una inversión de $ 6.400 millones anuales. Será financiado por Corfo y Salmonchile y ejecutado por profesionales de Incar.

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Luego de lograrse la secuenciación del genoma humano -proceso que duró aproximadamente diez años- la tecnología ya disponible permitiría secuenciar el gen de Caligus rogercresseyi en casi un año.

En Chile, de acuerdo con Cristián Gallardo-Escárate subdirector del Centro de investigación Interdisciplinario para la Acuicultura Sustentable (Incar) en Chile, ya hay profesionales que pueden trabajar con esta tecnología, “estamos en un momento inmejorable para asumir un desafío de esta índole”.

Caligus rogercresseyi. Foto: Uach.

Lo que han hecho en Incar hasta el momento es describir los genes involucrados frente a una infección o antiparasitario, “pero aún no sabemos cómo cambian esos genes si tengo un individuo con un genotipo resistente o susceptible, esa es la clave”, detalla el investigador.

“Secuenciando la información del genoma de este piojo de mar será más fácil predecir la capacidad que muera frente a uno u otro antiparasitario. Si logramos hacerlo, esto permitirá que cuando un veterinario en un centro de cultivo tenga que tomar la decisión de bajar las cargas parasitarias, en vez de elegir entre tres o cuatro fármacos, podrá hacerlo en base a la sensibilidad de la población de Caligus o copepoditos presente en ese momento. Por tanto, la efectividad será mayor, y se podrá usar fármacos en plazos de tiempo más largos”, añadió Gallardo-Escárate.

Los recursos ya están disponibles e involucran una inversión de $ 6.400 millones al año, aproximadamente, aportados por un Fondo de Inversión Estratégica (FIE) de Corfo (FIE) y por la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (Salmonchile). El proyecto se comenzará a ejecutar desde junio.

Es importante destacar que toda esta información será liberada, porque son fondos públicos. Mientras que en Noruega, por ejemplo, ya se secuenció el genoma de Lepeophtheirus salmonis pero aún no ha sido liberado.

Hasta ahora el único centro de investigación involucrado es Incar, pero también pretenden invitar a participar a colegas canadienses y noruegos, para contar con una colaboración internacional.