Cochlodinium cf. Polykrikoides. Foto: @FAN y AquaBC Chile.

Quellón: Advierten presencia de microalga Cochlodinium cf. Polykrikoides nociva para salmones

Chile: Monitoreo realizado por las consultoras @FAN y AquaBC Chile describió el hallazgo de esta microalga que durante sus floraciones pueden provocar deterioro y mortalidad en diversos organismos, particularmente en peces de cultivo, provocando hiperplasia epitelial en branquias de peces, causando su muerte y pérdidas económicas significativas para la industria acuícola.

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Las empresas @FAN spa y AquaBC Chile realizaron un monitoreo de microalgas en la zona de Quellón los días 10 y 11 de febrero de 2018, durante el cual encontraron especies como Cochlodinium cf. Polykrikoides.

"Esta microalga nociva tiene un tamaño de 30-40 um de largo y 20-30 um de ancho y forma oval ligeramente aplanada dorsoventralmente. Su característica más prominente es un cíngulo profundamente excavado y que da de 1,8 a 2 vueltas, lo que le da un aspecto de espiral en torno a la célula. Es de color verdosa en muestras viva y café fijadas en lugol", detallaron desde ambas consultoras.

Las células pueden aparecer solitarias, aunque comúnmente forman cadenas cortas de 2 a 4 células, con cadenas de mayor longitud siendo muy poco frecuentes.

"Sus hábitos son mixotróficos ya que pueden hacer fotosíntesis y comer otros organismos, lo que les da a sus floraciones, muchas veces, una longevidad mayor a la esperada. Esta especie prefiere las condiciones ambientales que se dan después de lluvias cuando existen altas temperaturas (Gárate-Lizárraga et al., 2004)", explicaron.

Según lo expuesto por @FAN y AquaBC Chile, las floraciones nocivas de esta especie son comunes en la actualidad en Corea, China, Japón, México, Estados Unidos, Australia, donde Belkin y Colwell (2005), describen mortalidades asociadas de salmones, otros peces, mariscos, medusas, etc. En Chile, se ha observado en la zona de Quellón y Melinka.

Efectos nocivos

"C. polykrikoides produce mortalidades masivas de peces de diversas especies (Kim, 1997), principalmente hiperplasia, hipertrofia, daño severo a las lamelas branquiales y producción de mucus (Gárate-Lizárraga et al., 2004), baja en actividad de catalasa, cambios en natación, convulsiones, pérdida del equilibrio, dificultad en respirar en los peces (Dorantes-Aranda et al., 2009)", alertaron.

“De acuerdo con Dorantes-Aranda et al. (2009), los peces bentónicos son menos susceptibles que los demersales, con los últimos sufriendo mortalidades a las 3.000 cel/ml, aunque en condiciones de terreno se han visto estos efectos desde las 300 cel/ml. Este autor indica que las células de C. polykrikoides, en fase exponencial, son más tóxicas que las senescentes”, exponen Fabiola Villanueva, directora ejecutiva de @FAN y David Cassis, biólogo marino de AquaBC Chile, ambos autores del informe.

Se cree que estos daños son producidos por especies reactivas de oxígeno (ROS), polisacáridos en el mucus y posibles toxinas hemolíticas (Dorantes-Aranda et al., 2009).

“En salmón Atlántico (Salmo salar) Whyte et al. (2001) describe los efectos de una floración masiva en la costa oeste de Canadá en 1999, la que produjo pérdidas por US$ 2 millones. En esta ocasión se observaron hasta 60.000 cel/ml, con mortalidades empezando a las 2.000 cel/ml y los peces mostrando inapetencia a las 500 cel/ml. Esta floración mostró una migración vertical fuerte, con altas concentraciones en superficie durante el día y con desplazamiento hasta 25 m de profundidad durante la noche”, añadieron los investigadores.

Círculos rojos: Cochlodinium cf. polykrikoides; Círculos azules: Alexandrium catenella; Círculos amarillos: Polykrikos schwartzii. Foto: @FAN y AquaBC Chile.

Mortalidad

A juicio de Villanueva y Cassis, es muy importante notar que la toxicidad se incrementa con aireación y burbujeo, por aumento en la emisión de ROS (Whyte et al., 2001).

“En laboratorio se observó mortalidad en smolts, que murieron a los 27 minutos en concentraciones de 7.200 cel/ml y a los 55 minutos en concentraciones de 3.400 cel/ml. Estos peces se vieron estresados desde las 1.000 cel/ml y el 20% murió a las 24 horas (Whyte et al, 2001)”, manifestaron.

Según los investigadores, C. polykrikoides puede ser una especie inocua, sin embargo, Kudela & Gobler (2012) indican que durante sus florecimientos pueden provocar deterioro y mortalidad en diversos organismos, particularmente en peces de cultivo (Gárate-Lizárraga et al., 2004), provocando hiperplasia epitelial en branquias de peces (Gobler et al., 2008, Dorantes-Aranda et al. 2010), causando su muerte y pérdidas económicas significativas para la industria acuícola, principalmente en los países asiáticos (Kim et al., 1999).

“Su toxicidad se relaciona con agentes citotóxicos (Kim et al. 1999, 2002), neurotóxicos y hemolíticos, que pueden ser cadenas largas de ácidos grasos poliinsaturados (18:5 n3, 22:6 n3) (Kim et al. 2001, Dorantes-Aranda et al. 2009, 2010), así como sustancias reactivas de oxígeno (ROS) (Kim et al. 1999b). Los compuestos responsables de su toxicidad no han sido completamente confirmados, sin embargo, ésta varía entre cepas y aún no se ha documentado en la literatura especializada que afecte al humano (Kudela & Gobler 2012)”, recalcaron.

Recomendaciones límite alerta

De acuerdo con la información recopilada, y según las concentraciones registradas en el área de Quellón, donde se observó C. polykrikoides, A. catenella y Ppolykrikos schwartzii, sin poder determinar con claridad el efecto individual de las especies, se sugiere concentración de alerta 50 cel/ml (basados en lo descrito por Whyte et al., (2001), considerando el 10% de la concentración, con la cual se produjo inapetencia).

“En términos generales, se recomienda realizar monitoreos en los centros frecuentemente. Además, en caso de presencia de esta microalga en nivel de pre emergencia se sugiere no utilizar sistemas de mitigación que rompan la célula, ya que liberará al medio sus componentes ictiotóxicos, acelerando las mortalidades. Por último, en caso de encontrar la microalga en concentraciones de alerta, se recomienda suspender alimentación y manejos, observar y monitorear”, plantearon los investigadores.