Plantean necesaria la comunicación y capacitación para buzos en salmonicultura

Foto referencial de buceo.

Chile: La familia de Kateryn Pérez Moraga, que falleció mientras realizaba labores de buceo en un centro de cultivo de salmones, realizará denuncias contra quienes resulten responsables del lamentable hecho.

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La mañana del pasado lunes 22 de agosto, Kateryn Pérez Moraga (30) sufrió un lamentable accidente mientras realizaba labores de buceo en uno de los centros de cultivo de salmones de la empresa Nova Austral, ubicado al interior del Parque Nacional Alberto de Agostini, en la Región de Magallanes. La víctima falleció en medio del recorrido hacia el recinto médico, ubicado en la capital regional.

En el mismo evento, otros dos trabajadores de la misma empresa contratista, Austral Service, sufrieron una descompresión durante el rescate y fueron trasladados al Hospital Naval de Punta Arenas para ser ingresados a la cámara hiperbárica del recinto.

Al respecto de lo sucedido, Miguel Ángel Aguilera, buzo profesional y socio fundador de la Cooperativa de Buzos Profesionales Smart Diving Chile, comentó a Salmonexpert que uno de los aspectos que puede haber incidido en esta faena fue la falta de comunicación entre el buzo y el supervisor en superficie.

“¿Qué detonó que se dieran cuenta que existía un problema para tomar la decisión de enviar a los buzos de rescate? Y cuando se percataron que había un problema ¿el lapso de tiempo que pasó fue el adecuado o el problema pudo haber sido detectado antes? Los minutos bajo el agua son vitales para detectar un problema y decidir un rescate antes que el buzo recupere la conciencia y se ahogue”, manifestó el dirigente.

Por lo anterior, a juicio de Aguilera, mejorar la comunicación entre el buzo que está bajo el agua y el supervisor, es fundamental. “Como Cooperativa estamos trabajando en un sistema de comunicación para el buceo tipo hooka, ya que actualmente los que pueden hacer eso son quienes cuentas con máscaras faciales completas y pueden hablar bajo el agua, pero para un buzo que está usando regulador en la boca, es imposible”.

Otro aspecto por el cual Miguel Ángel Aguilera mostró preocupación fue que dos buzos que realizaron el rescate terminaron con “mal de presión”. “Debieron haber tomado los resguardos necesarios, sabiendo las consecuencias que tiene para el cuerpo humano sufrir una descompresión. En un team de buceo, el buzo de rescate es cualquiera que se determina el día de la faena que sea. Por ello, es imperioso que los buzos se capaciten en rescate bajo el agua, que sepan tomar todos los resguardos, que sepan hacer las pausas debidas proporcional a la profundidad en la que se sumergen. Porque no se trata de tomar a un buzo accidentado bajo el agua, engancharlo y subir. Eso es muy peligroso”.

Por ello, según Aguilera, es muy relevante desarrollar un protocolo para rescatar a un buzo inconsciente bajo el agua y que este implementado en todos los centros de cultivo que requieran faenas de buceo.

Familia evalúa acciones legales

Lorena Moraga, madre de Kateryn, manifestó a La Prensa Austral, que esperarán que los organismos competentes concluyan sus respectivas investigaciones. “Pero como familia lo hemos estado conversando, y vamos a iniciar acciones judiciales, presentando una demanda porque vemos que acá no hay transparencia”.

Madre y hermano de Kateryn Pérez Moraga.

Por su parte Antonio Pérez, hermano de Kateryn expresó que “no quedamos conformes con lo que nos dijeron. Yo también he trabajado como buzo, por eso sé que en esos escenarios no siempre se vela por la vida humana. Lo importante para ellos es sacar adelante la faena. Así se lo piden al supervisor y este lo transmite a los trabajadores. Todo se enfoca en sacar la pega, pero no velan porque la persona que baja vuelva viva”.

Pérez explicó que en estas labores el buzo que permanece en superficie debe estar en contacto permanente con el que está sumergido. Existe todo un lenguaje para prestar ayuda inmediata en caso de una emergencia. El de arriba debe estar siempre atento a que le pidan más o menos manguera. De eso dependerá la supervivencia en estas faenas, que siempre conllevan un riesgo.

“El equipo de Katherine no era el adecuado, porque ocupaba un equipo del tipo básico, que es para trabajar hasta 20 metros de profundidad. Pero ella estaba a 27 metros. Entonces ¿por qué el supervisor no le dijo que no bajara con ese equipo siendo que tiene la facultad para hacerlo?”, cuestionó Antonio Pérez.