Tripulantes que sacan mortalidad de salmones temen por su salud

Chile: Algunos resolvieron abandonar navíos que están en la bahía de Calbuco, a la espera de dejar carga de pescado descompuesto. Ya presentan dolores de cabeza y náuseas.

Publicado Actualizado

El viernes pasado, surgieron las primeras señales que daban cuenta que el estado de descomposición de los salmones muertos, estaba creando problemas para la salud de los tripulantes de las naves encargadas de transportar esa mortalidad hasta los puntos de desembarco en la costa, según informó El Llanquihue.

Desde hace dos semanas que wellboats, pesqueros de alta mar (industriales) y parte importante de la flota artesanal de Calbuco, están participando en estas maniobras de cabotaje, luego que la floración de algas nocivas en el Seno del Reloncaví, matara a 24 millones de esos peces que estaban en jaulas balsas de centros de cultivo de al menos quince empresas.

Desde las bodegas de esas embarcaciones está saliendo un fuerte olor y el personal embarcado teme lo peor. Ellos saben mejor que nadie que en esos lugares está siempre presente el riesgo de emanaciones de ácido sulfhídrico, que surge a partir de la descomposición de la grasa de los peces.

Inhalar ese gas es sinónimo de muerte. Quienes están expuestos tienen una errónea sensación de seguridad, ya que produce insensibilidad en el sistema del olfato.

Existe temor

Conocedores de esta materia, los propios tripulantes resolvieron abandonar una nave el domingo pasado. El relato de uno de los tripulantes daba cuenta que "el olor está insoportable. Todos estamos con síntomas dolor de cabeza intenso. La tripulación sale cada cierto tiempo a la cubierta para respirar aire fresco. Alguien tiene que exigir a los empresarios que saquen a la gente de los barcos, que se vaya relevando para que renueven el aire de sus pulmones", exigían desde una de las veinte naves que están a la espera de vaciar sus bodegas en el sector San José, del Puerto Industrial de Calbuco.

Manuel Maureira es motorista en el barco "Don Julián". Reconoció ayer en ese terminal que "los olores son fuertes, en todo el barco. Yo estoy desde el miércoles de la semana pasada en la nave y ya se sentía", dijo.

Todo ello, a pesar del envío de implementos de seguridad que hizo llegar su empresa para toda la dotación. Sin embargo, algunos "han sufrido irritación de ojos, dolores de cabeza y náuseas. Ahí hay que salir a tomar aire fresco", afirmó.

Mientras que para el tripulante Jorge Chávez, es recomendable que quienes estuvieron expuestos a estos gases, sean sometidos a exámenes médicos preventivos, "porque las secuelas no son inmediatas". Aseguró que "nadie de salud ha venido a revisarnos".

Junto con el resto de la tripulación, bajaron a tierra para un descanso de ocho horas, antes de regresar a esa motonave.

El "Don José" también se quedó sin personal a bordo. Antes que los subieran rápidamente a una camioneta para sacarlos del terminal, el tripulante José Alcalde sostuvo que esperan que "descarguen luego" la mortalidad.

Aseguró que estaban en ese proceso, pero que la detuvieron "no sé por qué".

Falla técnica

Para agravar la situación, durante la jornada del lunes 14 de marzo, la yoma "San José" de la empresa Fiordo Austral, se detuvo intempestivamente y cesó la labor. Los camiones quedaron estacionados a la espera de recibir la pestilente carga. Ello fue atribuido a un desperfecto técnico de esa estructura.

En el lugar se hicieron presentes los seremis de Salud y del Trabajo, Eugenia Schnake y Gonzalo Reyes, respectivamente, además del director regional del Trabajo, Miguel López, acompañados por el capitán de Puerto de Calbuco, teniente primero (Lt) Fernando Gallegos, así como inspectores de ambas reparticiones.

Las autoridades se reunieron con ejecutivos de Fiordo Austral para buscar una salida a este impasse. Según se explicó, durante la jornada del martes 15 de marzo, debió haber sido reparada esa falla, para retomar las labores de extracción de la mortandad desde los navíos anclados a unos 100 metros de esas instalaciones.

Hace dos semanas

En tanto que Julio Urzúa, presidente del Sindicato de Oficiales de la Compañía Naviera Frasal, reclamó que hace dos semanas están pidiendo una fiscalización de las condiciones ambientales en las que se están desempeñando esos operarios.

Al respecto, el seremi del Trabajo, Gonzalo Reyes, precisó que han realizado nueve fiscalizaciones, en trece empresas. De ese trabajo, surgieron ocho multas por falta de elementos de protección personal y por incumplimiento de la jornada laboral.

El también director de la Federación Nacional de Oficiales de la Marina Mercante, afirmó que, aunque "no somos técnicos en la materia y como el ácido sulfhídrico se concentra en forma de burbujas en las partes bajas de las bodegas (al ser más pesado que el aire), no lo van a encontrar cuando miden las partes altas".

Agregó que esta descomposición emana olores que han causado los síntomas que representan los trabajadores, más problemas respiratorios y picazón en la piel.

"Ayer (domingo 13 de marzo), tuvimos una situación bien crítica en una motonave. La tripulación estaba vomitando, con fuertes dolores de cabeza y ellos, para cuidar su salud, decidieron abandonar la nave", expuso.

Mientras que el capitán de Puerto de Calbuco, Fernando Gallegos, aseguró que recibió informes de "personas que habían tenido dolores de cabeza, pero que fueron controlados por ellos mismos, a través del suministro de analgésicos. Pero, de acuerdo a lo que nos informaron los capitanes y armadores de las naves, no han desembarcado a personal por problemas de salud".

Respecto de la denuncia que hizo Julio Urzúa, el oficial puntualizó que esperan contactarse con la empresa armadora "para aclarar bien la situación y saber en qué circunstancias ocurrió", lo que puede derivar en algún tipo de sanción, por haber abandonado la nave.

Respecto de las inspecciones, dijo que el domingo fiscalizaron ocho naves y que ayer hicieron lo propio en otras 20.

"Se han efectuado mediciones para verificar los niveles de ácido sulfhídrico en las naves, que hasta el momento se han encontrado dentro de parámetros; y, además, hemos verificado las condiciones de las dotaciones a bordo de ellas", especificó.

El teniente Gallegos se mostró de acuerdo en que el proceso que se lleva a cabo en Calbuco no ha sido lo suficientemente expedito, lo que ha derivado en la espera de esas naves, con su carga en bodegas.

Bajos niveles

En tanto, el intendente Leonardo de la Prida informó respecto de las mediciones que han tomado las autoridades marítimas y de Salud, que "no se ha encontrado un indicador mayor al permitido, que es de siete partes por millón (ppm). Se ha encontrado hasta 3 ppm", detalló.

De la Prida dijo que se debe distinguir entre esos indicadores y los malos olores. Pero, puntualizó que el hecho que las emanaciones de ácido sulfhídrico estén dentro de los parámetros normales, no resta importancia a que esta situación "sea muy desagradable y que tengamos que gestionarla de manera rápida".

Aclaró que "es natural que el ácido sulfhídrico emane de material en proceso de descomposición. Pero, al estar en un lugar abierto y entrar en contacto con el aire, con el oxígeno, se elimina el problema".

Afirmó que los pesqueros industriales tienen la capacidad tecnológica para hacerse cargo de ello, ya que disponen de sistemas de enfriamiento de peces muertos y poseen indicadores para medir las cantidades de gas en sus bodegas.