Gremios regionales analizan desafíos e impacto de políticas públicas en el crecimiento económico

Patricio Ampuero, Arturo Clément, Rosario Navarro y Juan José Ugarte.

Con la realización del Comité Ejecutivo de la Sofofa en Puerto Montt, los gremios de la macrozona sur plantearon las complejidades, soluciones y oportunidades transversales.

Compuesta por más de 40 gremios sectoriales y más de 22 gremios regionales, la Sofofa se ha propuesto estar presente en el territorio. Bajo esa consigna, la entidad se reunió ayer en Puerto Montt, para realizar el primer Comité Ejecutivo fuera de Santiago, además de ser parte de un encuentro con todos los gremios de la macrozona sur, para levantar las preocupaciones, cuáles son los motivos que los unen y encontrar soluciones a los desafíos que se están viviendo como país.

En la oportunidad, Rosario Navarro, presidenta de la Sofofa, comentó que actualmente la economía local tiene grandes desafíos, y las problemáticas transversales que están viviendo con respecto al crimen organizado, falta de seguridad, factores que estancan la inversión como la permisología y la Ley 19.300 tienen alto impacto en el desarrollo productivo de la región.

“Por otra parte, la Ley Lafkenche ha sido un dolor de cabeza permanente en la región. Hoy tenemos un desafío y la única manera de resolverlo es de manera mancomunada. En esta zona, el sector salmonicultor, mitilicultor, pesquero y turístico tienen un impacto enorme en la economía local, pero también nacional, y debe abordarse de manera conjunta. Parte de eso fueron los resultados de la Ley SBAP. La labor de los gremios tiene, como principal eje y foco, las buenas políticas públicas, es decir, como nosotros como usuarios podemos impactar en una discusión pertinente y que tome en cuenta los desafíos del siglo XXI para poder desarrollar la industria de buena forma. Eso no significa no hacernos cargo de los desafíos ambientales y la relación con las comunidades, sino tener altura de miras y también una mirada de futuro”, precisó Rosario.

En cuanto a la Ley de Cabotaje, la profesional señaló que se debe ver con detenimiento cuáles serán los efectos productivos que tenga en la región, entendiendo que hay desafíos logísticos que Chile debe sortear, como el déficit portuario y de infraestructura.

Según lo manifestado por la presidenta de la Sofofa, es muy relevante que los gremios muestren los beneficios de una economía pujante y recuperar las tasas de crecimiento que Chile solía tener antes del 2014. “El país dejó de crecer de cara al mundo, con las perspectivas que tenía. Por ello Chile tiene que volver a recuperar el crecimiento superior al 4% que es lo que se condice con las condiciones económicas actuales del país. Además, tenemos las materias primas que serán habilitantes para la transición energética y el capital humano. Por cada punto que la economía crece, porque se desarrollan nuevas empresas o nuevas startups, el país logra capturar en retornos económicos más de US$800 millones, teniendo impactos directos no solo en la creación de empleo, si no en la mejora de la remuneraciones”.

Por su parte, Patricio Ampuero, presidente de la Cámara Regional de Comercio, valoró esta instancia de reunión con la Sofofa, destacando el ánimo de descentralización y abordaje de las problemáticas de las regiones. “Los desafíos son transversales a nivel país, pero en la macrozona sur se presentan complejidades puntuales, particularmente en el ámbito de la seguridad. Esto, sin duda no permite el desarrollo económico, desincentiva la inversión y se estanca el crecimiento”.

Para el directivo, si bien la Ley Lafkenche afecta en mayor parte a los sectores productivos importantes para la macrozona sur como la salmonicultura, la pesca y el turismo, “se produce un efecto dominó en las Pymes y los miles de empleos que otorgan, y que viven alrededor de estas industrias. Por tanto, cómo gremio hemos señalado que, más allá de una modificación a la ley, lo que se requiere es su derogación”.

En tanto, Juan José Ugarte, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), recalcó la preocupación del gremio por la migración de la violencia y la inseguridad hacia la zona sur del país. “Actualmente tenemos dos regiones que viven en estado de excepción, donde, responsablemente podemos decir, la violencia ha ido disminuyendo y controlándose. Sin embargo, ha migrado más al sur con atentados graves en la Provincia de Osorno a predios madereros y con una mutación inesperada a otros sectores productivos como la salmonicultura”.

Sector salmonicultor

Finalmente, para el presidente de SalmonChile, Arturo Clément, esta instancia de diálogo entre gremios regionales, es un gran avance para la descentralización del país. “Hay una serie de políticas públicas que indicen directamente en el desarrollo regional, pero también existen problemáticas particulares que es importante se incorporen a la discusión con el mundo legislativo y el actual Gobierno. Por ello, valoramos mucho que podamos conjugar las políticas públicas con el desarrollo regional. Positivamente, las regiones de la macrozona sur tienen tasas de desocupación un 50% más bajas que a nivel nacional, pero eso no nos debe dejar tranquilos, poque lo que teneos que mejorar es la calidad del empleo y la disminución de la informalidad, porque eso afecta profundamente al comercio”.

En cuanto a la discusión de la permisología, Clement fue enfático que el mapa de la salmonicultura, en esta materia, es dramático. “Obtener una concesión puede demorar 7 a 8 años, cualquier permiso o cambio a proyectos a nivel medioambiental toma 6 a 7 años. Junto con la minería, somos unos de los sectores productivos más afectados con esto. Hemos entregado un diagnóstico y esperamos que el proyecto de Ley que se está discutiendo, apunte a que todo estos trámites sean más ágiles y den más certezas. Porque necesitamos certeza jurídica de largo plazo para desarrollar, no solo la industria del salmón, sino que todas las industrias regionales”, puntualizó.

En relación con seguridad, Clément recalcó que esto sin duda afecta la competitividad de la salmonicultura chilena. “Nuestro mayor competidor es Noruega y las compañías noruegas no gastan dinero en seguridad, porque no tienen robos, no les asaltan los camiones, no necesitan tener guardias en los centros de cultivo. En nuestra vereda, nosotros destinamos millones de dólares para que no nos roben los productos. Actualmente estamos sufriendo el asalto de un camión a la semana, por lo tanto, todo esto decanta en la pérdida de la competitividad. Y la competitividad hace que nosotros podamos crecer o no respecto del futuro”.

Para el presidente de SalmonChile, el espíritu de la Ley Lafkenche en un principio era loable, al entregar ciertos espacios costeros a los pueblos originarios, “en la práctica se ha desvirtuado de una manera grotesca. Por lo tanto, cuando suceden estas cosas, las leyes deben ser modificadas. Claramente, el mundo social en el sur de Chile, tal como salió a la calle a manifestarse cuando se discutía la Ley SBAP, hoy también está en estado de alerta por lo que pueda pasar en la CRUBC de este viernes. Aun así, reconocemos y apoyamos estos movimientos. Debemos tener en claro que hemos tenido temas territoriales complejos, porque actualmente en el mar del sur chileno hay más de 20 millones de hectáreas de zonas de conservación, 4 millones de hectáreas solicitadas por la Ley Lafkenche y la salmonicultura solo ocupa 4.500 hectáreas. Por lo tanto, cuando se dice que la salmonicultura tiene invadido el mar, es una falacia. Lo que tenemos que buscar es un ordenamiento territorial, donde la conservación, el desarrollo de los pueblos originarios y la acuicultura tengan cabida. El espacio alcanza para todos, pero hay que organizarlo, sin ideologías y con una visión de futuro y de desarrollo regional de largo plazo”.