American Aquafarms planeó dos sitios en Frenchman Bay, con una capacidad total de 30 mil toneladas por año. Foto: American Aquafarms.

Centro para 30.000 toneladas de salmón deberá pedir permisos desde el principio

EE.UU: El innovador sitio con tecnología cerrada, ha atraído la oposición local, ello a pesar de proponer el uso de tecnología que mantendría una barrera entre los peces de cultivo y los silvestres.

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American Aquafarms, respaldada por Noruega, apeló la decisión de DMR -Autoridad de Estados Unidos- de dejar de procesar las solicitudes de arriendo debido a la falta de una fuente de ovas aprobada para su salmón.

Es por ello que la empresa no puede volver a presentar el mismo reclamo, lo que significa que si quiere volver a pasar por el proceso de permiso, lo más probable es que tenga que empezar desde el principio. El comisionado de Maine DMR, Patrick Keliher, estimó previamente que la empresa tardaría al menos dos o tres años en obtener un permiso.

Se informó que la empresa presentará una nueva solicitud en un futuro próximo. “Queremos que este vuelva a ser un buen proyecto. Es tecnología de punta y el mundo necesita una fuente confiable de alimentos. La acuicultura es la forma de hacerlo”, dijo Tom Brennan, director de desarrollo de la compañía.

Retirar la demanda es la forma que tiene la empresa de demostrar que quiere abrir un diálogo con el Estado y la comunidad acuícola, para su centro de 30.000 toneladas anuales. “Queremos conversación, no conflicto”, recalcó Brennan.

Opositores

El plan de American Aquafarms ha atraído la oposición local a pesar de proponer el uso de tecnología que mantendría una barrera entre los peces de cultivo y los silvestres, y capturaría gran parte de las heces y el alimento no consumido que se libera en la columna de agua desde centros de cultivo abiertos. La compañía ha planeado utilizar esos residuos para generar energía y hacer fertilizantes.

Harry Sharpe, presidente de la junta de Frenchman Bay United, grupo que se opone a los planes de American Aquafarms, mencionó que "siempre hemos creído que DMR tomó la decisión correcta al negarse a aceptar las solicitudes de arriendo de la compañía y que esta demanda tenía poco mérito".

Igualmente, hizo un llamado a la compañía para que ponga fin a cualquier plan que pueda tener para volver a solicitar permisos “para este u otros proyectos destructivos y altamente contaminantes”.

Sharpe agregó además que esperamos que este sea el final de American Aquafarms, pero nos mantenemos atentos y listos para desafiar cualquier solicitud posterior que puedan presentar y que pueda poner en peligro la marca de Maine: agua limpia, hábitats naturales prósperos, naturaleza virgen y una comunidad robusta. También continuaremos impulsando políticas basadas en la ciencia para cambios legislativos y regulatorios que defiendan las mismas virtudes, aquellas que previenen la industrialización de nuestra icónica costa”.