Análisis del desarrollo de la producción de smolt: escenario productivo, calidad y normativa

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Aprendiendo Acuicultura es una serie de artículos destinada a quienes tienen una participación activa en la industria acuícola. Esta sección está organizada con el propósito de entregarle información que esperamos encuentre útil en su trabajo diario, pues cuanto más conocimiento tenga, mejor podrá optimizar las condiciones de los peces y, un mejor bienestar animal, conduce a un desempeño más productivo y sustentable. Quisiéramos recibir sus observaciones y comentarios acerca de esta serie y apreciaremos sus sugerencias para futuros temas que le gustaría ver abordados aquí. Por favor envíenos sus comentarios a contacto@salmonexpert.cl

La sección Aprendiendo Acuicultura está escrita y editada por Patricio Feest, Biólogo Marino y redactor técnico en Salmonexpert, en conjunto con destacados profesionales del área. Colaboradores: Vicente Castro, AVS Chile; Alicia Gallardo, Marcela Lara y Karen Montecinos, Sernapesca. patricio@salmonexpert.cl

La producción mundial de peces sigue creciendo a un ritmo más rápido que la población humana y, la acuicultura, se mantiene como una de las producciones de alimentos de más rápido crecimiento. En el año 2012, la acuicultura estableció otro máximo histórico y, ahora, proporciona casi la mitad del pescado destinado a la alimentación humana. Se prevé que esta proporción aumentará un 62% para el año 2030, debido a la estabilización de las capturas pesqueras y al aumento considerable en la demanda de una nueva clase media mundial. Si se desarrolla y practica responsablemente, la acuicultura puede generar beneficios duraderos para la seguridad alimentaria mundial y el crecimiento económico (FAO, 2014).

La proporción de salmónidos en el comercio pesquero mundial, ha registrado un fuerte incremento durante las últimas décadas, hasta llegar al 14 %, gracias al aumento de la producción acuícola de salmón y trucha. En general, la demanda ha aumentado de forma continuada en la mayoría de los mercados y está aumentando geográficamente, en particular para el salmón Atlántico cultivado, también mediante nuevas variedades de productos elaborados. En tanto, según información de la FAO, el aumento en la producción de salmones y truchas ha dado lugar a un crecimiento considerable en el consumo anual per cápita de especies diádromas y de agua dulce, pasando de 1,5 kg en 1961 a 6,5 kg en el 2010. En este contexto, Chile es el segundo productor mundial de salmón y el primero en producción de trucha (Fig.1), representando el 27% de la producción mundial de salmones, mientras que Noruega sigue liderando con un 52% (SalmonChile, 2014).

  Producción de salmónidos en Chile La acuicultura en Chile, referida al cultivo de diversas especies de salmónidos, se ha desarrollado con la introducción de diferentes especies desde el hemisferio norte, hechos ocurridos desde principios del siglo pasado, con diferentes intentos de poblar los ríos de la zona sur austral del país para desarrollar la pesca recreativa. La introducción de especies acuícolas exóticas en Chile se desarrolló durante los años 1850 y 1920 (Bluth y col., 2003). Gracias al impulso del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), los primeros salmones (Coho) llegaron al país a partir de 1921. Sin embargo, las primeras experiencias particulares con fines comerciales, las realizó la empresa Sociedad de Pesquerías Piscicultura Lago Llanquihue, con la trucha arcoíris, en el año 1975. Posteriormente, con el objetivo de diversificar la producción y tener otras alternativas de manejo y oferta todo el año, se introdujeron el salmón Atlántico, el salmón chinook y la trucha de mar. Actualmente, en Chile, el cultivo de salmónidos se basa principalmente en salmón Atlántico (Salmo salar), trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) y salmón Coho (Oncorhynchus kisutch) (SalmonChile, 2015). Es así como la producción nacional de salmón y trucha desde el 2005 al 2013, tuvo un incremento de casi un 22%, alcanzando ese último año, un total de 792.200 toneladas netas (Fig. 2). La industria chilena del salmón, es el segundo sector exportador del país, generando más de 60.000 empleos directos e indirectos en las regiones de La Araucanía, Los Lagos, Aysén y Magallanes (SalmonChile, 2015). En la actualidad, la producción de salmónidos representa el 3,7% del total de las exportaciones nacionales después del cobre y el 10% de la exportación de alimentos (SalmonChile, 2015). Sin embargo, en el 2013, la industria salmonicultora da señales de la existencia de una baja competitividad, producto de una caída en los precios internacionales, una mayor oferta de producto chileno en el mercado mundial, disminución de peso de peces cosechados, extensión del periodo de cultivo en mar, endeudamiento y alza en los costos de producción, influenciados por factores normativos y sanitarios, principalmente (Multiexport Foods, 2013).

Ciclo de vida de los salmónidos Los peces son animales poiquilotermos, lo que significa que son incapaces de regular, por si mismos, su temperatura corporal, por lo que su temperatura y metabolismo dependen directamente del ambiente que habitan. De ahí, que las historias de vida de los peces presentan un componente estacional. De esta manera, la velocidad de crecimiento depende directamente de la temperatura del agua. En acuicultura esta característica influye directamente en la duración de los ciclos de cultivo. La familia Salmonidae engloba dos subfamilias, Thymallinae (tímalos, solo 1 género) restringidos a agua dulce y, Salmoninae, con formas potamódromas y anádromas (Sandford 1990). Esta subfamilia cuenta actualmente con cinco géneros, que van desde formas casi exclusivamente fluviales (géneros Brachymystax y Hucho), pasando por dos géneros de anadromía intermedia (géneros Salvelinus y Salmo), hasta una creciente pérdida de dependencia de las fases de agua dulce que se encuentran en los salmones y truchas del Pacífico (género Oncorhynchus). Tras la inclusión de la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) y la trucha de Clark (Oncorhynchus clarkii) en el género Oncorhynchus (Smith y Stearley, 1989), la trucha común (Salmo trutta) y el salmón Atlántico (Salmo salar), son las únicas especies del género Salmo. Sin embargo, la diversidad taxonómica de los salmónidos aún es objeto de controversia a nivel de especie y género, por lo que es probable que esta clasificación cambie no a muy largo plazo, dado que al menos en el género Salmo la sistemática no está definida, debido a la alta variabilidad de las especies (Nelson 2006).

El ciclo de vida de los salmónidos, en el ambiente natural, se inicia con la reproducción a finales del otoño e inicios del invierno (Fig. 3). Los huevos fertilizados, se desarrollan durante el invierno y el alevín eclosiona al inicio de la primavera. Aproximadamente, al mes de la eclosión, el alevín emerge del substrato de grava, cuando el saco vitelino esta casi consumido, estando entonces preparado para la alimentación exógena. Comienza entonces el desarrollo juvenil, la apariencia externa cambia con la aparición de manchas ovaladas en los flancos, por las que se denominan parr. Al llegar el final del año, en este punto del ciclo vital, en las poblaciones anádromas algunos alevines parr machos alcanzan la maduración sexual, llegando a producir esperma viable, antes de cumplir el año de edad. En trucha arcoíris, la maduración sexual precoz, suele producir, normalmente, que los individuos acaben siendo residentes y permanezcan de esta forma toda su vida en el río. En las poblaciones con componente anádromo, los alevines parr se transforman en smolt a partir de un peso de aproximadamente 35 g. En poblaciones potamódromas las hembras suelen madurar más tarde que los machos, normalmente, en el segundo año de vida. La capacidad de las especies salmonideas de vivir en ambientes de agua dulce o de agua de mar, en donde una de las mayores diferencias es la cantidad de solutos, requiere de capacidades fisiológicas absolutamente diferentes, ya que en agua dulce deben ser capaces de impedir que el agua ingrese a las células. Para que estos procesos se lleven a cabo y, de esta forma se pueda mantener la homeostasis en ambientes con diferente osmolaridad, se requiere de un alto grado de especificación celular. Esto se traduce finalmente, en un proceso de modificación a nivel celular (cambios fisiológicos), acompañado además de cambios morfológicos y de comportamiento del pez. A este conjunto de procesos, caracterizados como una metamorfosis, se les conoce como esmoltificación. La esmoltificación o transformación parr-smolt, se inicia en agua dulce y tiene tiempos de duración variables, asociada con factores ambientales, como el fotoperiodo y la temperatura del agua, y es un proceso que está dirigido por el sistema endocrino en los peces, es decir, con la participación de hormonas. Esta etapa ocurre, naturalmente, en las secciones inferiores de los ríos, cerca del desagüe al mar, zonas de mezclas de agua que son conocidas como estuarios.

Ciclo productivo de los salmónidos en agua dulce El ciclo productivo de los salmónidos (Fig.4) se inicia con la obtención de gametos en pisciculturas, fecundación de los mismos e incubación de las ovas. La etapa de incubación hasta el estadio de ova ojo (ova en la cual a simple vista es posible recocer los ojos del embrión) se realiza por lo general en la misma piscicultura en que se realizó el desove. Producida la eclosión, se inicia el proceso de absorción del saco vitelino, etapa especialmente sensible a factores externos, la duración de esta etapa es variable y directamente proporcional a la temperatura del agua. Poco antes de la absorción completa del saco vitelino, se inicia la alimentación de los alevines, a un peso de 0,16 a 0,20 g aproximadamente. Desde un gramo en adelante, los alevines pueden convertirse en el producto final de una piscicultura o un producto intermedio, pudiendo ser trasladados a diferentes pisciculturas tantas veces como el productor lo estime necesario. Es así que pueden ser comercializados lotes de peces con pesos promedios de 1 a 3 g o del gramaje requerido, con el límite de la capacidad operativa de cada piscicultura. El destino de los peces obtenidos en piscicultura va a depender de la estrategia productiva, del peso, y de la especie que se trate. A partir de los 3 g de peso, los alevines pueden ser trasladados a centros de lago, río, estuario u otras pisciculturas, éstas últimas en función de su capacidad. En estos lugares, los peces son alimentados y graduados (separados por talla) cuantas veces el productor lo estime necesario. Dependiendo de la estrategia productiva, entre los 25 y 40 g, los peces son inoculados con agentes inmunológicos (vacunas). Posterior a ello, los individuos se mantienen en crecimiento el tiempo que se haya estimado necesario para conseguir el efecto de protección del producto inoculado y se produzca el proceso de esmoltificación. Éste puede ser realizado en estos centros para, posteriormente, trasladar los peces hacia centros de mar (a partir de los 60 g, aproximadamente). Otra alternativa es trasladar peces, que aún no han pasado por el proceso de esmoltificación, denominados pre-smolt, por lo general desde pisciculturas o lagos, hacia centros emplazados en estuarios, para que los peces realicen el proceso de esmoltificación en aguas de baja salinidad. De esta forma, las pisciculturas pueden tener cuatro productos finales (ovas, alevines, pre smolt y smolt) (Fig.5), en tanto, los centros de lago pueden tener sólo dos (pre smolt que aun deben completar el proceso de esmoltificación en zonas de baja salinidad, como lo son los estuarios y smolt, aptos para ser trasladados al mar.

En particular, los alevines de las especies salmón Coho y trucha arcoíris, de 3 a 4 g de peso, pueden ser trasladados directamente desde pisciculturas hacia centros de estuario, en donde después de un periodo de tiempo variable, que depende de la temperatura del agua, se convierten en smolt (Tabla 1). El eventual traslado a mar de peces que no han esmoltificado o poseen una esmoltificación deficiente, reflejan fallas osmorregulatorias de los peces, los cuales presentan altas mortalidades inmediatamente ingresados al mar. De esta forma, la esmoltificación es uno de los puntos más relevantes, siendo clave para el desarrollo del ciclo productivo. La etapa en mar debe iniciarse con ejemplares que hayan tenido un exitoso proceso de esmoltificación, de tal modo que puedan soportar la hiperosmolaridad del medio ambiente marino. Producción de smolt en Chile La producción de smolts en Chile, alcanzó su máximo histórico en el año 2007, presentando una disminución significativa en los años posteriores, al pasar de cerca de 400 millones en 2007 a 200 millones en 2014 (Fig. 6). Esta disminución en la producción de smolts el año 2009, principalmente de salmón Atlántico, fue causada por la crisis sanitaria, generada por la infección por el virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISAv) en el año 2007 (Fig.5). Posteriormente, la baja producción registrada desde el año 2012, obedecería a la mala situación sanitaria a causa del efecto combinado de patologías como SRS y Caligus.

Sistemas de producción de smolt en Chile

Pisciculturas Las pisciculturas corresponden a centros de cultivo emplazados en tierra, que utilizan estanques de diferentes materiales y dimensiones, los cuales se abastecen de agua dulce obtenida de cuerpos de agua terrestres como ríos, arroyos, vertientes, cascadas, pozos, lagunas, etc. Eventualmente pueden captar agua desde el mar o estuarios, con el objeto de mezclar agua dulce y agua de mar en el proceso de cultivo. De acuerdo con el grado de tecnificación, las pisciculturas pueden ser de circuito abierto, de recirculación o tener un sistema mixto. En las pisciculturas de flujo abierto, el agua que ingresa a las unidades de cultivo es devuelta al medio previo tratamiento, de acuerdo con la normativa vigente. Las pisciculturas de flujo cerrado o de recirculación, recuperan parte del agua del efluente, la cual es ingresada nuevamente, previa desinfección, al circuito de agua del centro. A través del manejo y control de parámetros ambientales (por ejemplo, temperatura, luz, oxígeno, pH) es posible acelerar o frenar el crecimiento de las especies en cultivo, constituyendo una importante herramienta de producción y, al mismo tiempo, estos centros pueden aumentar considerablemente su capacidad de cultivo, pudiendo llegar a producir con altas densidades.

Ríos y lagos Estos ecosistemas corresponden a cuerpos de agua dulce donde la etapa de esmoltificación se realiza en balsas jaulas de diferentes dimensiones. En Chile existen alrededor de 12 lagos con concesiones para el cultivo de salmónidos, los cuales se ubican principalmente en la región de Los Lagos y, en menor cantidad, en la región de Aysén.

Estuarios Desde el punto de vista oceanográfico, un estuario corresponde a cuerpos de agua costeros semi cerrados que poseen una conexión libre con el mar abierto. Estos cuerpos de agua se caracterizan además, por la existencia de un flujo de agua dulce proveniente de uno o más ríos, causando una dilución del agua salada proveniente del mar abierto. Sin considerar el rigor oceanográfico y desde el punto de vista de la salmonicultura, los estuarios son cuerpos de agua en los cuales existe la salinidad suficiente (< 20 ppm) para permitir que los peces puedan completar o realizar su proceso de esmoltificación.

Estrategias de producción Los smolt de salmón Atlántico, previa crisis sanitaria, en el año 2007, eran producidos en buena parte por el circuito piscicultura - río o lago - estuario y finalmente mar, siendo común utilizar centros emplazados en lago (principalmente en la Región de Los Lagos) y en estuario (regiones de Los Lagos y Aysén). Como efecto de la crisis, y en atención a que los smolt son susceptibles al ISAv, sobre todo en sistemas abiertos, se inicio una migración en la producción de smolt de esta especie hacia pisciculturas, con la finalidad de reducir el riesgo de contraer ISAv antes de sembrar los peces en el mar. De todas maneras, continuó utilizándose centros emplazados en lagos, ríos o estuarios, pero con una menor intensidad (Subpesca, 2011). Los smolt o juveniles de trucha arcoíris tradicionalmente se han criado en centros emplazados lagos, estuarios y, en menor medida, en ríos y pisciculturas. La producción de ellos no ha sido afectada fuertemente por la crisis del ISAv. Aunque existe evidencia científica de que la especie puede ser portadora de ISAv, no se han reportado cuadros clínicos de la enfermedad. En tanto que los smolt de salmón Coho, por lo general, se han producido en centros emplazados en estuarios, lagos y, en menor medida, en ríos y pisciculturas. La producción de ellos no se vio afectada por la crisis del ISAv, ya que la especie no es afectada por la enfermedad. Las operaciones actuales en agua dulce, en Chile, incluyen balsas jaulas en lagos, en estuarios, y pisciculturas en tierra con sistemas de flujo continuo de agua y de recirculación. En el año 2007, los centros de smolt produjeron cerca de 400 millones de smolts, de los cuales, el 30% provino de estuarios; el 28% de los lagos; y el 42% de recintos en tierra. En el año 2013, el 73% de la producción de smolt se realizó en pisciculturas en tierra, 22% en lagos, y 5% en estuarios. El número de instalaciones emplazadas en tierra ha aumentado en los últimos años, pasando de 59 centros el 2011 a 90 el 2014, reflejando un aumento de 34%, mientras que los emplazados en lagos y estuarios no han presentado grandes variaciones. Actualmente, el mayor número de centros donde se realiza el proceso de esmoltificación, corresponde a pisciculturas de flujo abierto (62 %), seguido por centros de lago (19 %) y pisciculturas de recirculación (15 %) y, por último, en centros emplazados en sectores estuarinos (4 %) (Fig.7). En cuanto a los niveles de producción en los distintos sistemas de producción, según información proporcionada por Intesal (2015), entre los años 2012 y 2014, la mayor producción se ha realizado en pisciculturas de flujo abierto, la cual, el año 2014 representó cerca del 43% de la producción de smolts en Chile; seguida por centros de lago (37%); pisciculturas con recirculación (16%); y estuarios (4%). Al analizar esta información, se puede observar que existe la tendencia en la industria de producir una mayor cantidad de smolts en pisciculturas de recirculación. En términos porcentuales, es el único sistema que ha incrementado más del 34% su producción en los últimos tres años (Fig.8).

Producción de smolt por especie En el año 2007, la producción de smolts de salmón Atlántico se centró en lagos y pisciculturas. Posteriormente, desde el año 2009 a la fecha, el mayor porcentaje de smolts de esta especie se ha producido en pisciculturas, obteniéndose el 2013 más del 90% de los smolts (Fig. 9).

En cuanto a la producción de smolt de salmón Coho, en el año 2007 eran producidos preferentemente en sistemas emplazados en estuarios. Actualmente, se produce un mayor porcentaje en sistemas de piscicultura (57%), seguidos por lago (35%) y estuarios (8%) (Fig. 10). En relación con la producción de smolts de trucha arcoíris, en el año 2007 éstos eran producidos preferentemente en sistemas emplazados en lagos (51%), y pisciculturas (45%), mostrando una baja considerable en los sistemas estuarinos a partir del año 2010 (Fig. 11). En tanto, gracias a la disponibilidad de ovas importadas, ovas enfriadas y al desarrollo paulatino de desoves en la temporada baja, los smolts de salmón Atlántico y trucha arcoíris se producen prácticamente durante todo el año (Fig. 12).

La esmoltificación se lleva a cabo utilizando el fotoperiodo natural y, en algunos casos, sumando aditivos especializados en el alimento. En cuanto a la distribución geográfica de la producción de smolts en Chile (Fig.13), en el año 2014, ésta se realizó en siete regiones, siendo la Región de Los Lagos la que presentó la mayor producción, alcanzando el 57% del total producido ese año. Respecto de las especies de salmónidos producidas, la Región de Los Lagos produce más del 55% de los smolt de salmón Atlántico, seguida por la Región de La Araucanía, que representó el 24%. Respecto a salmón Coho, en la región de Los Lagos se produjo el 61% de los smolt, seguido de la región de Los Ríos con un 23%. En cuanto a los smolt de trucha arcoíris, la región de Los Lagos produjo un 58%, seguido por la región de Los Ríos con un 14% (Sernapesca 2015). Realizar una óptima esmoltificación es un tema que cobra cada día mayor relevancia entre los productores de salmónidos, ya que hay mayor conciencia acerca de la fuerte asociación entre enviar peces al mar dentro de la ventana de esmoltificación y el rendimiento de éstos durante los primeros meses en su nuevo ambiente. Sin embargo, la inexistencia de un indicador o índice confiable conlleva a que lotes de peces lleguen a centros de mar sin estar en óptimas condiciones fisiológicas (o con alta dispersión en la calidad de smolt), resultando en pérdida de crecimiento, menor eficiencia de alimentación y elevadas mortalidades por incapacidad osmorregulatoria asociada con una mayor susceptibilidad a enfermedades contagiosas. 

1Peces verdaderamente migratorios cuyos movimientos ocurren enteramente en agua dulce (ejemplos: trucha, sargo). 2Peces migratorios que se pasan casi toda la vida en el mar y entran en los ríos a reproducirse (ejemplos: salmón, trucha de mar, lampreas de mar, esturiones).

Calidad y robustez de smolts Vicente Castro del Río Investigador AVS Chile Licenciado en Ciencias Biológicas, Ph.D. vicente.castro@avs-chile.cl

Uno de los momentos técnicamente más complejos en la cadena productiva de los salmónidos es el de la transferencia de los peces esmoltificados desde centros de agua dulce a centros en mar, lo que requiere de una fina planificación y logística que suele incluir transporte terrestre y marítimo. Sin embargo, éste es también un momento fundamental en el ciclo de vida de los peces, ya que deben complementar su transformación morfológica, fisiológica y conductual entre parr y smolt, para ser sometidos casi inmediatamente, a un nivel de estrés probablemente nunca antes experimentado, que incluye el ser sacados de sus estanques mediante bombas, llegar a un estanque sobre un camión a densidades a las que no están acostumbrados, para luego ser despachados (wellboat mediante) a jaulas en el mar en un ambiente variable que, muy probablemente, será bastante más hostil al que estuvieron acostumbrados durante todo su desarrollo previo. Este nuevo ambiente incluye un medio de alta salinidad, lo cual requiere de un considerable uso de energía para mantener un óptimo balance osmótico. Incluye también la presencia de nuevos agentes patógenos, corrientes variantes, oscilación natural en la longitud del día y la noche, una muy baja densidad, cambios en la forma de alimentarse, etc. Se aprecia entonces que éste es un proceso importante y altamente estresante, que requiere una precisa coordinación logística -por parte de la empresa- y fisiológica -por parte del pez-, todo lo cual debe ocurrir dentro del transcurso de unas pocas semanas.

Un smolt robusto puede ser definido como aquel que es capaz de demostrar un buen consumo de alimento y crecimiento, tener una baja mortalidad pos-transferencia y ser capaz de sobrellevar con éxito los eventos de estrés que se presenten. Lograr una alta robustez en un batch de smolts es una tarea que probablemente abarca todo el proceso de producción en agua dulce, desde la cepa que se decide sembrar, pasando por los manejos, el ambiente de cultivo, el alimento utilizado y las estrategias de esmoltificación (sin considerar el manejo previo de reproductores y ovas, lo que también aportaría su efecto). La conclusión es que un smolt robusto debiera tener un rendimiento superior o, dicho de otra manera, producir smolts robustos debiera ser un predictor de buen crecimiento y baja mortalidad en mar. En la industria, más que de robustez de smolts, se suele hablar de calidad de smolts. La calidad de smolt abarca además el ámbito fisiológico del pez, es decir, qué tan bien preparado está para tolerar el cambio de salinidad entre agua dulce y agua de mar, o dicho de otra forma, si ha completado exitosamente la esmoltificación o transformación parr-smolt.

La mayoría de las empresas productoras de salmón Atlántico con operaciones en agua dulce le asignan un valor o índice a cada grupo (batch) de smolts que sale de su centro. Este valor se suele denominar smolt index y se construye, generalmente, a partir de variables productivas, sanitarias y de manejo a las cuales estuvo sometido cada batch específico. Existen, sin embargo, diferencias inter-empresas con respecto a qué variables incluir en el índice, así como qué ponderación o peso darle a cada una en el valor final del índice; así la construcción del índice suele basarse más bien en la experiencia previa de cada empresa. Por ejemplo, entre las variables productivas del smolt index pueden estar la mortalidad del grupo, la tasa de crecimiento, densidad de cultivo, peso, coeficiente de variación, estado de maduración, entre otras. Por el lado sanitario, las variables pueden ser, por ejemplo, la existencia de alguna patología, deformidades, vacunas, adherencias, estado de aletas, descamación, tratamientos, etc. Por el lado fisiológico, están la pigmentación de las aletas, las manchas parr, el factor de condición, las UTAs (unidad térmica acumulada) y duración del fotoperiodo (invierno/verano), nivel de grasa visceral y la concentración de la enzima ATPasa en branquias. Resulta fundamental entonces, que cada centro lleve a cabo un acucioso registro de todo el historial productivo, sanitario y fisiológico de cada batch. Como se puede apreciar, entre las variables a analizar existen algunas que pueden ser medidas de manera objetiva (ej. peso, factor de condición, tasa de crecimiento, UTAs, ATPasa), y otras de carácter más bien subjetivo, en donde el observador deberá discernir basándose en su experiencia y/o en guías prácticas (ej. pigmentación de aletas, manchas parr, estado de aletas, nivel de maduración). Para lograr construir el índice final, a cada variable se le suele asignar un score o puntaje, que puede ir de 0 a 3, por ejemplo, en donde el valor “0” se asocia al resultado esperado para un buen smolt y el “3” para a un pez no apto aún. Así, un batch que muestre un elevado nivel de grasa visceral, sin manchas parr, plateado, ATPasa sobre un valor determinado, UTAs suficientes y un crecimiento rápido en agua dulce tendrá un smolt index cercano a 0. Por otro lado, un batch que sufrió de cuadros patológicos, adherencias producto de vacunas, bajo crecimiento, algo de manchas parr, y ATPasa en niveles medios, tendrá un smolt index más cercano a 3. De este modo, los centros de agua dulce entregan un producto (batch de smolts) con un valor asociado (smolt index), a los centros de mar. Este valor será en cierta forma (bastante simplista) un indicador de cómo fueron manejados esos peces, de su historial sanitario, y de su preparación fisiológica para entrar a mar. Debido a que las empresas tienen diferentes formas de evaluar a sus smolts y de crear sus smolt index, se hace muy difícil establecer comparaciones entre un índice y otro, una tarea aún más compleja si se suma el hecho de la existencia de pisciculturas de distinta naturaleza, diferentes cepas de peces y métodos de cultivo. Más aún, la enormidad de diferencias climáticas entre un centro de mar y otro hacen de ésta una tarea aún más difícil.

A futuro, podría esperarse una simplificación de los índices de calidad de smolt. Por ejemplo, las variables fisiológicas como ATPasa y cambios en la apariencia externa de los peces más que ser incluidas en el índice, debieran ser consideradas como un deber. Dicho de otro modo son estos cambios fisiológicos los que definen a un smolt y lo diferencian de un parr, y el pez debe atravesar sí o sí estos cambios antes de ser transferido. De esta manera, el smolt index podría convertirse más bien en un índice de robustez asociado al batch, y que nos hable tanto del estatus e historial sanitario de los peces, y que estuviese más orientado a la capacidad de los peces de aclimatarse al nuevo ambiente, pero no por el lado fisiológico (el cual como ya se dijo debe ser suficiente sí o sí), sino que en el sentido de soportar de buena manera el estrés y lograr retomar la alimentación y el crecimiento de buena forma.

Gestión sanitaria en la salmonicultura: bases para regular la producción de smolts Alicia Gallardo, Marcela Lara, Karen Montecinos Departamento de Salud Animal Subdirección de Acuicultura Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura Entre los sectores productores de animales destinados al consumo humano, la acuicultura registra el mayor crecimiento. Cerca del 50% de la oferta mundial de animales acuáticos para el consumo humano proviene de la acuicultura, y los intercambios internacionales de animales acuáticos (resultado de la pesca y la acuicultura) representan el 10% del total de las exportaciones agrícolas mundiales. Sin embargo, la rápida expansión del sector genera nuevos riesgos sanitarios, incrementados por la globalización creciente del comercio de animales acuáticos vivos y de sus productos derivados. Los brotes de las enfermedades que afectan a los animales acuáticos causan pérdidas significativas de producción a nivel mundial, con un impacto negativo mayor en la economía de ciertos países y regiones. La acuicultura mantiene un crecimiento exponencial, encontrándose Chile en el segundo lugar de la producción mundial de salmones superado por Noruega. Por lo cual, debemos tener presente que es de vital importancia trabajar en los puntos críticos de la cadena de valor, para lograr mantener la sustentabilidad en el tiempo.

La crisis sanitaria ocurrida el 2007, fue una señal inequívoca que debíamos modificar la normativa para regular los sistemas productivos y que la vigilancia sanitaria tuviese un claro enfoque de riesgo, para que lo ocurrido no volviera suceder y evitar así las pérdidas económicas y efectos sociales que se evidenciaron los años siguientes, siendo la salmonicultura una de las principales fuentes de ingreso de las regiones de Los Lagos y Aysén. Dentro de los objetivos estratégicos del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), está el velar por el estatus sanitario y ambiental del sector, contribuyendo con su desarrollo de manera competitiva, responsabilidad directa de la Subdirección Nacional de Acuicultura, y del Departamento de Salud Animal, el cual realiza las labores asociadas con la vigilancia y control de enfermedades que afectan a las especies de la acuicultura. Para el logro de estos objetivos, la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura (Subpesca), en conjunto con el Sernapesca, han desarrollado un trabajo coordinado con las empresas salmonicultoras y los prestadores de servicios, generando así una normativa que pretende conducir a una producción sustentable, con el enfoque que debe resguardar el Servicio en su contexto sanitario y ambiental. Es importante tener presente que la normativa debe estar en constante revisión e ir adaptándose en base a la experiencia y a los nuevos conocimientos adquiridos, así como a las nuevas tecnologías disponibles. Este trabajo ha considerado una sucesión de normas (Fig.15) que han permitido evidenciar mejores niveles sanitarios y productivos con una consecuente disminución de la prevalencia del virus ISAv y de los centros declarados como Centros de Alta Diseminación (CAD) de SRS y Caligus en los centros de cultivo. Este resultado respalda que la estrategia sanitaria ha sido adecuada.

Desde el punto de vista de las mortalidades en los centros de mar, se evidencia una disminución del porcentaje de mortalidad, en relación al 2013. Por otra parte, analizando las mortalidades de la etapa de smolt, podemos notar una disminución en las mortalidades infecciosas para el año 2014, siendo ésta de un 11,6%, inferior a la del año 2013. El mayor porcentaje de esta mortalidad se explica por las eliminaciones, lo cual es un indicador de manejos que hay que corregir, sin embargo, es necesario un mayor análisis del motivo productivo asociado (Fig.16). Con esta estrategia, el Servicio busca gestionar el estado sanitario país respecto de las enfermedades prevalentes y exóticas, a fin de contar con una población de peces sanos en los distintos cuerpos de agua y en los centros establecidos en tierra, y así se generen buenos rendimientos en la engorda sin descuidar que debe construirse una estructura que sea capaz de dar cuenta de la estrecha relación del trabajo que realizan en los centros de cultivo de agua dulce. Dada la relevancia e impacto que la etapa de esmoltificación representa, es que se han establecido los lineamientos y requisitos que deben cumplirse desde la producción de ovas, viéndose reflejado en la calidad del smolt que se traslada al mar. La esmoltificación es una condición, que puede evaluarse con distintos parámetros fisiológicos y de comportamiento, los cuales son variables dependiendo de la especie que estemos hablando, siendo el resultado de las decisiones que son tomadas en cada etapa del desarrollo y cultivo de los peces.

Con la finalidad de que los peces recepcionados en los centros de engorda tengan un buen estatus sanitario, se establecen distintas medidas por parte de los programas sanitarios de vigilancia activa y pasiva, siendo estos monitoreados y debiendo cumplir con una serie de requisitos previo al ingreso al mar. Se incluyen en este punto, la vacunación según la especie, los monitoreos sanitarios y las condiciones de traslado en embarcaciones. Cada punto depende del sistema productivo que definen las compañías. En base a las exigencias sanitarias establecidas es que se ha reportado un nivel sanitario privilegiado al registrado en años previos. El Servicio identifica como rol fundamental gestionar el cumplimiento de las normas y velar por que la vigilancia sanitaria sea eficaz, así como la industria debe contribuir en involucrar a todos los actores de esta cadena productiva, ya que el compromiso de cada uno de ellos es relevante en el cumplimiento de las distintas metas que pueden establecerse, siendo estas sanitarias o productivas las que, al final de cuentas, van de la mano para lograr el éxito productivo. El Servicio ha acuñado un completo e integrado modelo de gestión sanitaria (Fig. 17), en el que se busca mantener el nivel de vigilancia alcanzado durante estos últimos años, con elevados estándares de bioseguridad y sanitarios desde las etapas iniciales hasta la cosecha, con la posterior exportación, siendo lo principal asegurar la sustentabilidad del estatus sanitario, de la industria, la mantención de los mercados y el reconocimiento internacional. Como podemos evidenciar en la normativa actual, se disponen de numerosas medidas de gestión que se hacen cargo de regular la producción en las distintas etapas de cultivo, incluida la esmoltificación y asociado a los diferentes manejos que deben realizarse hasta la obtención de los peces que serán sembrados en centros de cultivo de engorda. Siendo esto cada vez más importante, considerando que la siembra debe realizarse con un número establecido de smolt y considerando una mortalidad relativamente estándar. Es por esto el creciente interés en establecer requerimientos estandarizados para todos los smolt que se ingresen al mar. Si bien, no se dispone de un programa sanitario general para la etapa de esmoltificación, el Servicio ha implementado una serie de medidas de vigilancia en esta etapa, que tiene por objeto resguardar el patrimonio sanitario.

Las bases del Sistema de Vigilancia Epidemiológica que se encuentran implementados son:

• Programa de Vigilancia Activa (para enfermedades exóticas) • Programa de Vigilancia Pasiva: Enfermedades prevalentes • Reporte de mortalidades – Vigilancia Sindrómica • Notificación inmediata de sospechas de enfermedades exóticas • Seguimientos de denuncias • Programa Específico de Vigilancia de ISA • Programa Específico de Vigilancia de Caligus • Programa Específico de Vigilancia SRS

Estos pilares son los que sustentan la vigilancia, asociados a sus fuentes de información, las cuales son analizadas para poder definir acciones que sigan guiando a la industria a un mayor y mejor crecimiento sustentable en el tiempo. Es por esto que, para nosotros, este proceso se inicia con la elección de los peces destinados a la reproducción ya que es el origen de los smolt que veremos posteriormente en el mar. Considerado como un punto crítico que tiene distintas medidas sanitarias para minimizar el riesgo que podría presumirse y que, por lo demás, los movimientos están regulados, estableciendo que para el ingreso de los reproductores debe estar respaldado por una certificación emitida por parte de un médico veterinario acreditado por el Servicio (CCS) con lo que podemos asumir un menor riesgo para el resto de la población que es mantenida en la piscicultura de destino. Apuntando a una producción completa en agua dulce por parte de la gran mayoría de las empresas, que ven en este cambio, una producción con parámetros que pueden controlar y manejar en base a la situación y de los mercados. Teniendo presente que el país cuenta con abastecimiento de ovas no sólo nacionales si no también ovas importadas, las cuales provienen de países autorizados, posterior a una exhaustivo Análisis de riesgo de importaciones (ARI), el cual incluye la evaluación sanitaria del país exportador. Este ARI cuenta con etapas documentales y de verificación en terreno, contemplando puntos como:

1. Evaluación del estatus sanitario. 2. Evaluación de los componentes sanitarios. • Bioseguridad del país, • La vigilancia de enfermedades, • Respuesta temprana frente a emergencias sanitarias, • Control de enfermedades, • Laboratorios de diagnóstico, y • Bioseguridad de las empresas y establecimientos 3. Estimación de los riesgos (de exposición, introducción, las consecuencias y el riesgo final estimado). 4. Gestión y comunicación de los riesgos.

Este procedimiento se encuentra disponible en la página web del Servicio: http://www.sernapesca.cl/index.php?option=com_remository&Itemid=246&func=startdown&id=4499 Asociado a estos ingresos de ovas importadas, el Servicio ha definido los requisitos que deben cumplir los centros para la producción de ovas, considerando su desinfección como una medida de importancia para evitar la transmisión de posibles patógenos por parte de los reproductores a su descendencia y esto asociado a un muestreo sanitario o screening a todos los reproductores desovados, para que la población que posteriormente será incubada se encuentre libre de los patógenos establecidos por los programas sanitarios. Se debe tener en cuenta la exigencia que acompaña al punto anterior, la cual establece la desinfección del afluente para la incubación de ovas y así evitar la infección por agentes que puedan estar presentes en la fuente de abastecimiento de agua, cuando ésta no sea de primer uso. Si bien existen distintos sistemas productivos, estos deben dar cumplimiento a las medidas sanitarias, las cuales fueron establecidas para eliminar patógenos en el caso de la paralización de la producción, para cumplir con la desinfección de las pisciculturas, y para el control de las enfermedades cuando se establecen tratamientos terapéuticos ya sean con antiparasitarios como con antimicrobianos, los cuales deben estar respaldados por un médico veterinario y ser informados al Servicio. Todas las interrelaciones deben ser evaluadas críticamente y considerar que se debe tener un claro plan sanitario para detectar tempranamente la presencia de enfermedades y poder tener el menor impacto posible tanto en el grupo de peces afectados como en los centros donde son trasladados posteriormente, ya sean estos de agua dulce o siembra en mar. Otro de los aspectos a considerar en esta cadena productiva es que para la etapa de smolt se han implementado descansos sanitarios para los centros ubicados en ríos, lagos y estuarios. Pudiendo además sólo cultivar una especie por ciclo productivo. Una vez retirados estos peces, y posterior al descanso sanitario de un mes, independiente del descanso coordinado, podrá iniciarse un nuevo ciclo. Propendiendo con esto a la disminución de la carga de agentes patógenos en dichos cuerpos de agua, lo que conlleva a la producción de peces por grupo y una condición sanitaria más estandarizada. Hay que tener presente que si bien existen muchos factores asociados con la calidad de smolt, ya sean sanitarios o productivos, estos dependen principalmente de la empresas productoras, ya que son quienes deben evaluar cada factor en base a sus condiciones, como niveles de producción, tipo de centros e historial sanitario, y asignarles una medida efectiva de control a cada factor, como por ejemplo la mantención y aplicación de vacunas, sus periodos de resguardo, asegurar la calidad del agua, condiciones de transporte en las densidades adecuadas y su posterior siembra a las densidades establecidas según la especie y ACS.

Reglamento de Medidas de Protección, Control y Erradicación de Enfermedades de Alto Riesgo para las Especies Hidrobiológicas. Decreto Supremo 319 del 2001. RESA Artículo 23 B. Los centros destinados a la reproducción no podrán mantener peces en engorda ni en esmoltificación. Los ejemplares en estos centros sólo podrán provenir de pisciculturas. Artículo 23 Ñ. Los centros emplazados en estuarios, ríos y lagos sólo podrán esmoltificar una especie por ciclo productivo y deberán retirar todos los peces de un grupo antes del ingreso de otro, debiendo iniciarse a partir de ese momento el descanso sanitario de un mes, sin perjuicio del descanso coordinado a que se refiere el inciso 1°. Artículo 23 O. Los centros emplazados en estuarios, dedicados a alevinaje o esmoltificación, se someterán a los descansos sanitarios coordinados establecidos por el Servicio para la agrupación de concesiones dentro de la cual se encuentre la concesión. Artículo 23 R. No podrán trasladarse peces, en ningún estado de desarrollo entre centros de mar, salvo los peces provenientes de estuario dedicados a esmoltificación a centros de cultivo de engorda, por una sola vez. Artículo 24. La siembra deberá ser a número final. En los casos de emergencia sanitaria, se requerirá autorización del Servicio para realizar desdobles como medida de control de una enfermedad de alto riesgo o de acuerdo a un programa sanitario específico.

Programa Sanitario Específico de Vigilancia y Control de la Anemia Infecciosa del Salmón, Resolución Exenta N° 1577 del 2011 su modificación. 10.1.1. Todo centro de cultivo que requiera trasladar peces vivos, muertos (eliminaciones, cosechas), gametos u ovas desde o hacia centros de cultivo de especies salmónidas, deberá solicitar en origen, previo al traslado o movimiento, una autorización de carácter sanitario denominada “Certificado Sanitario de Movimiento”, en la oficina del Servicio de la jurisdicción correspondiente al centro de cultivo de origen. Este mismo certificado deberá ser solicitado en caso de contingencia, cuando se trate de mortalidad no sometida a un sistema de manejo de los enunciados en el D.S. 319, de 2001. 8.13. Movimiento de peces. Para ello deberá realizarse el muestreo de un mínimo de 30 peces por Unidad (es) Epidemiológica (s)UE (s) en pisciculturas o jaulas en centros de mar, lago, río y estuario a trasladar. En caso de piscicultura que no tengan validadas UE (s) epidemiológicas el muestreo será de un mínimo de 30 peces por grupo a trasladar. 8.11.2. El primer muestreo se realizará 30 días después de haber sembrado el último pez en el centro, para lo cual, una vez terminada la siembra, se deberá enviar un aviso a la oficina del Servicio correspondiente a la jurisdicción del centro. Programa Sanitario Específico de Vigilancia y Control de Piscirickettsiosis, Resolución Exenta N° 3174 del 2012. 6.1. a) Previo al traslado de peces a centros de cultivo localizados en mar o agua salobre, se deberá realizar un muestreo y análisis de laboratorio del grupo a trasladar para determinar la presencia del agente. El referido informe deberá adjuntarse al formulario de solicitud de siembra. b) Una vez cumplido el plazo de 30 días a partir del término de la siembra todo centro de cultivo deberá realizar un muestreo y análisis de laboratorio dirigido a las unidades de cultivo con peces con signología sugerente de la enfermedad, mayor presencia de peces moribundos, de mala condición y/o con mortalidad sin causa aparente.

Programa Sanitario Específico de Vigilancia y Control de Caligidosis, Resolución Exenta N° 013 del 2015. 6.2.2 Todo centro de cultivo deberá enviar al Servicio, en un plazo máximo de 15 días desde terminada la siembra, una planilla que detalle las unidades de cultivo escogidas para ser muestreadas semanalmente, durante todo el ciclo productivo, la cual deberá ser enviada al correo caligus@sernapesca.cl. La selección de las jaulas deberá realizarse mediante un método de selección de números aleatorios. Aquellos centros que a la fecha de publicación del presente programa, hubieren terminado el proceso de siembra, deberán enviar la referida planilla en un plazo máximo de 15 días desde la publicación de la presente resolución.

Literatura citada AquaChile 2011. Prospecto apertura Empresas AquaChile S.A. FAO 2014. El estado mundial de la pesca y la acuicultura. Oportunidades y desafíos. Organización de las naciones unidas para la alimentación y la agricultura, Roma. Bluth, A. Espinosa, L. Guzmán, C.; Hidalgo, C.; Martínez, S. Mellado, M. Sánchez, V. y Tang, M. (2003) Aquaculture in Chile, TechnoPress S. A., ISBN 956-8042-02-4, Santiago, Chile Ibieta, P. Tapia, V. Venegas, C. Hausdorf, M. Takle, H. Chilean Salmon farming on the horizon of sustainability: review of the development of a highly intensive production, the ISA crisis and implemented actions to reconstruct a more sustainable aquaculture industry. In: Aquaculture and the environment: A shared destiny (2011). Sladonja, B. (Ed). Intech, Croatia. ISBN 978-953-307-749-9. 246 pp. Intesal 2015. Información solicitada a través de requerimientos@intesal.cl Multiexport Foods 2013. Memoria anual 2013. http://www.multiexportfoods.com/sitio/images/site/Memoria_Anual/2013/ Nelson 2006. Fishes of the world, 4th edn. Willey, New York. Nieto D., Norambuena R., González E., González L., y Brett D., 2010.Smolt Production Systems in Chile. Analysis of alternatives from the environmental, sanitary and economic perspectives. WWF Chile.

SalmonChile 2015. Salmonicultura. http://www.salmonchile.cl/es/salmonicultura.php Sanford, C. P. J. 1990. The phylogenetic relationships of salmonoid fishes. Bulletin of the British Museum (Natural History) (Zool) 56: 145-153. Sernapesca 2015. Información solicitada a través del Sistema Integrado de Atención a la Ciudadanía (SIAC). Smith, G. R. and Stearley, R. F. 1989. The classification and scientific names of rainbow and cutthroat trouts. Fisheries 14 : 4-10. Subpesca 2011. Minuta técnica “smoltificación de especies salmonídeas en pisciculturas, ríos, lagos y estuarios. Marine Harvest, 2013. Salmon supply and market outlook. Alf-Helge Aarskog Bergen 06.03.2013