Más allá del tratamiento: nuevas herramientas y enfoques emergen en el combate contra el Caligus
Desde wellboats y fitogénicos hasta faldones y modelos sanitarios, la jornada final del Sealice 2025 mostró un abanico de soluciones que apuntan a un control más estratégico del Caligus.
La tercera y última jornada del Sealice Conference 2025 cerró con una serie de presentaciones centradas en Management and Regulations y Non-Pharmacological Treatments, consolidando una instancia marcada por la alta asistencia, el intercambio técnico y la actualización científica. Durante este día final, investigadores y representantes de la industria compartieron resultados que aportan nuevas miradas al control del Caligus rogercresseyi, desde innovaciones en tratamientos no farmacológicos hasta herramientas preventivas y análisis sobre el impacto sanitario de los baños antiparasitarios. Una jornada dinámica y provechosa que dejó sobre la mesa avances concretos y desafíos que seguirán guiando el trabajo de la salmonicultura chilena.
Wellboats toman ventaja
Daniel Jiménez, analista de datos senior en Aquabench Chile, estuvo a cargo de la primera presentación en el módulo Non-Pharmacological Treatments II. Jiménez expuso los resultados de un extenso estudio retrospectivo que analizó más de 8.000 baños antiparasitarios utilizados por la industria chilena. Su investigación comparó el desempeño de tratamientos realizados en wellboats (WERGOs) versus métodos tradicionales con tarpas, destacando cómo las condiciones ambientales controladas de los sistemas cerrados permiten mejorar la clasificación, el bienestar animal y, sobre todo, la efectividad de los tratamientos. Jiménez subrayó que la tendencia a nivel sectorial muestra un aumento sostenido del uso de wellboats y una mayor preferencia por terapias no farmacológicas como agua dulce e incluso peróxido de hidrógeno.
El especialista explicó que los datos revelan una superior eficacia de los tratamientos en wellboats, particularmente con agua dulce y peróxido de hidrógeno, por sobre las aplicaciones con tarpulin, donde predominan los organofosforados. A través de modelos estadísticos, evidenció que variables como temperatura y salinidad tienen un rol clave en la performance de los tratamientos, mientras que factores operacionales –como el tipo de sistema– no explican tanta variabilidad. Además, mostró cómo ajustar el entorno del baño, por ejemplo incrementando salinidad o temperatura dentro de rangos normales, puede mantener o mejorar la eficacia, e incluso reducir los tiempos de exposición, un aspecto directamente relacionado con los costos operacionales.
El profesional destacó que este análisis con datos reales de campo permite abrir nuevas oportunidades para optimizar terapias ya existentes, especialmente aquellas que han perdido sensibilidad con el tiempo. Aunque evita recomendar un método específico para productores nuevos, enfatiza que el concepto central es dominar el ambiente del baño para potenciar los resultados “Si logramos controlar el ambiente del baño, podemos mejorar la eficacia de los tratamientos y, además, acortar los tiempos operacionales, que es lo que finalmente más impacta a los agricultores”.
Finalmente, también aclaró que, pese a los cuestionamientos recibidos durante la sesión, la evidencia recopilada hasta ahora sugiere que un manejo estratégico del entorno puede prolongar la vida útil de ciertos productos y reducir la necesidad de tratamientos repetidos.
Ciencia Mapuche inspira un fitogénico
La investigadora de la Universidad San Sebastián, Sede Patagonia, Margarita González, presentó los avances de un innovador proyecto que busca desarrollar un fitogénico estandarizado y polivalente para el tratamiento de Caligus rogercresseyi. Su trabajo surge en un contexto de cambio dentro de la salmonicultura chilena, donde el uso de herramientas farmacológicas ha disminuido, mientras aumentan significativamente las terapias no farmacológicas. González destacó que esta transición responde tanto a la pérdida de susceptibilidad del parásito frente a moléculas tradicionales como a la necesidad de contar con alternativas más sostenibles y culturalmente pertinentes.
El equipo interdisciplinario —compuesto por farmacólogos, veterinarios, biólogos marinos y estudiantes— desarrolló extractos a partir de plantas de uso tradicional en la medicina Mapuche, buscando que estos compuestos actúen sobre múltiples etapas del ciclo del Caligus. “Estamos viendo un proceso de cambio en la industria, y nuestros extractos demuestran que las soluciones basadas en plantas pueden ser eficaces en múltiples etapas del Caligus”, explicó. Tras un proceso de selección, extracción y estandarización química, los ensayos in vitro demostraron altos niveles de eficacia, especialmente con uno de los extractos (extracto 3), capaz de eliminar adultos y estadios tempranos incluso a bajas concentraciones. Además, las pruebas de sinergia entre extractos mostraron efectos aún más potentes, con 100% de mortalidad en algunos casos y sin recuperación posterior del parásito.
González recalcó que, aunque aún falta escalar el prototipo, evaluar seguridad en peces y medir impactos ambientales, los resultados preliminares posicionan este fitogénico como una alternativa real para la industria. El proyecto, que actualmente espera financiamiento para avanzar hacia etapas aplicadas, busca ofrecer un tratamiento eficaz, natural y viable para su uso en baños, modalidad que la investigadora considera la más prometedora por su acción directa sobre el ectoparásito.
Faldones frenan el ingreso larval
En su presentación sobre la eficacia de distintos tipos de shielding skirts para reducir la infestación por Caligus rogercresseyi, Jorge Mancilla Schulz, jefe de proyectos de Mowi Chile, detalló los resultados de un trabajo que combina ensayos de laboratorio y evaluaciones en centros de cultivo del sur del país. Desde que la compañía comenzó a utilizar faldones en 2018, Mancilla mostró cómo estas barreras físicas han logrado disminuir de manera significativa la entrada de larvas al interior de las jaulas, con abundancias hasta 2,7 veces menores respecto de sistemas sin protección. El avance en materiales, diseños y métodos de instalación —producto de una colaboración interna entre distintas áreas de MOWI— ha permitido, además, aumentar la profundidad y eficacia de estos dispositivos preventivos.
El estudio incluyó pruebas comparativas de distintos tipos de telas, análisis de retención larval y observaciones con estereoscopio que confirmaron importantes diferencias entre materiales. Posteriormente, los ensayos en centros de cultivo mostraron que, en la mayoría de los eventos monitoreados, no se detectaron larvas dentro de las jaulas protegidas, validando el faldón como una herramienta preventiva efectiva. Mancilla destacó también un indicador clave para el manejo sanitario: el tiempo hasta la primera necesidad de un baño antiparasitario. Con faldones instalados, varios sitios lograron retrasar semanas e incluso meses la aplicación de tratamientos, incrementando su eficiencia operacional y sanitaria frente al Caligus.
Finalmente, el expositor subrayó que los faldones no son una solución aislada, sino una pieza dentro de un enfoque más amplio de manejo integrado, que ha ido madurando en Chile durante los últimos años. La combinación de herramientas no farmacológicas —como agua dulce, faldones y aditivos térmicos— con estrategias farmacológicas permite una transición hacia sistemas más sostenibles y preventivos. Aun así, Mancilla llamó a profundizar en investigación de largo plazo, optimizar los protocolos de limpieza y evaluar impactos en dinámica de infestación y bienestar animal para maximizar el potencial de esta tecnología.
Más baños, más SRS: la alerta de Pincoy
El director del Proyecto Pincoy, Pablo Ibieta expuso cómo los tratamientos antiparasitarios, en especial la frecuencia de los baños contra Caligus rogercresseyi impactan directamente en la eficacia de las mejores prácticas de manejo y las herramientas sanitarias empleadas por la salmonicultura chilena. A partir de datos generados por la iniciativa desde 2016, Ibieta mostró que el aumento de sesiones de baño observado en los últimos años está fuertemente asociado al uso de productos no farmacológicos, como agua dulce y peróxido de hidrógeno. Aunque esto representa un avance ambiental, advirtió que el incremento en la frecuencia de tratamientos sigue generando un impacto relevante sobre el bienestar y la salud del pez, especialmente al elevar el riesgo de enfermedades bacterianas como SRS. “Los baños antiparasitarios son uno de los principales predictores de mortalidad por SRS; por eso, mantener su número lo más bajo posible es clave para mejorar el desempeño sanitario de la industria”.
El análisis de más de 1.900 jaulas cosechadas reveló que cada incremento en el número de baños se correlaciona con mayores niveles de mortalidad por SRS, mayor consumo de antibióticos y un aumento del riesgo sanitario general. Las razones detrás de esta relación son claras: tanto la carga de Caligus como el estrés producido por los tratamientos repetidos predisponen al pez a infecciones bacterianas, obligando al uso de antibióticos para recuperar su salud. Ibieta también destacó que las herramientas de manejo, como la selección genética para resistencia a SRS y el uso de alimentos funcionales, muestran beneficios, pero estos efectos se diluyen cuando los peces son sometidos a más de cinco baños por ciclo productivo.
Finalmente, Ibieta subrayó que el desafío sanitario de la industria no puede entenderse separadamente entre parásitos y bacterias: ambos están estrechamente vinculados y se potencian mutuamente. Por ello, insistió en que la clave está en reducir al mínimo indispensable la cantidad de baños, fortaleciendo estrategias preventivas que disminuyan la exposición al estrés y mejoren la resiliencia del pez. El Proyecto Pincoy, afirmó, seguirá generando evidencia para apoyar decisiones basadas en datos y promover un uso más racional de los tratamientos y los antibióticos.
Como integrante del comité organizador, Sandra Marín puso en perspectiva lo que deja esta edición del Sealice Conference: tres días que no solo mostraron avances científicos, sino también oportunidades concretas para acercar la investigación a los desafíos diarios de la salmonicultura. Para ella, el encuentro abre un espacio fértil para replantear prioridades y fortalecer la colaboración entre industria y academia. La investigadora expresó que la instancia “Fue un desafío enorme, pero el balance es muy positivo: logramos 249 inscritos, sesiones llenas y trabajos de excelente nivel. Hoy el gran reto es seguir acercando la investigación a los problemas reales de la industria, porque vimos estudios con aplicación directa y otros que aún deben vincularse mejor a las necesidades del sector”.