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El Caligus se adapta… y la ciencia también: cuatro avances que podrían redefinir su control

Daniel Woywood, director técnico de Aquabench.

Investigadores de Chile y Canadá mostraron avances que combinan genética, inmunología y formulaciones de precisión, entregando evidencia concreta de podría cambiar la manera de enfrentar al piojo de mar.

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El segundo día del Sealice Conference 2025 reunió algunas de las presentaciones científicas más esperadas del encuentro, abarcando desde la evolución de las estrategias de control del Caligus rogercresseyi hasta innovaciones en farmacología, genética y vacunación. Expertos de distintos centros de investigación —entre ellos Aquabench, la Universidad San Sebastián, la University of Prince Edward Island y el Centro Incar— expusieron hallazgos que revelan nuevas rutas para enfrentar al piojo de mar y sus complejas interacciones con otras enfermedades.

El Caligus aprieta y la industria actualiza su defensa

Durante su presentación en el módulo Pharmacological Treatments I, Daniel Woywood, director técnico de Aquabench, entregó una mirada integral a la evolución de las estrategias de manejo del Caligus rogercresseyi en la salmonicultura chilena, recopiladas a partir del trabajo colaborativo de 12 empresas que representan cerca del 80% de la biomasa nacional. El especialista mostró cómo, desde la crisis sanitaria de 2007 hasta hoy, el sector ha transitado por diversas herramientas de control, ampliando progresivamente el “toolbox” o caja de herramientas, para enfrentar de manera más eficiente al ectoparásito.

José Antonio Matus, Universidad San Sebastián Sede Patagonia.

Woywood destacó que, aunque la industria ha experimentado ciclos de buen control como en 2023, el escenario actual vuelve a mostrar aumentos en la abundancia de hembras ovígeras y una pérdida de sensibilidad a ciertas moléculas. Frente a ello, el uso combinado de alternativas farmacológicas y no farmacológicas se vuelve clave, junto con el fortalecimiento de medidas preventivas al inicio del ciclo productivo. En esa línea, subrayó la necesidad de mejorar la estandarización y las buenas prácticas entre compañías, considerando la alta variabilidad observada en la eficacia de los tratamientos. “Lo relevante es cómo las empresas comparten sus buenas prácticas para usar mejor cada herramienta; ahí está la diferencia entre un control eficaz y uno insuficiente”.

Mark Fast, University of Prince Edward Island, Canadá.
Antonio Casuso, investigador Centro Incar.

Finalmente, el experto explicó que el proyecto Caligus, que funciona como una plataforma técnica común, seguirá avanzando en tres ejes: talleres estratégicos para homogeneizar criterios entre productores, incorporación de nuevas soluciones presentadas en foros científicos y una mayor atención a la vigilancia de resistencia mediante bioensayos. A juicio de Woywood, reforzar las herramientas preventivas es clave para no depender exclusivamente de tratamientos en la etapa final del ciclo, donde históricamente la presión del parásito aumenta. Así, el desafío actual apunta a sostener una estrategia más equilibrada, colaborativa y adaptable ante la continua evolución del Caligus en las zonas de cultivo

Azametifos, pero aplicado de otra manera

José Antonio Matus, estudiante de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián sede Patagonia, presentó lo diseñado por su equipo de investigación durante el período de tesis; un innovador desarrollo orientado a transformar la forma en que se administra azametifos en la salmonicultura chilena. Su propuesta consiste en micropartículas mucoadhesivas de quitosano–alginato capaces de adherirse a la piel del pez y liberar el antiparasitario de manera localizada, buscando reducir los impactos ambientales y operacionales asociados a los tratamientos por inmersión. “La idea central es que las partículas se peguen al pez y liberen el antiparasitario donde realmente se necesita”, destacó el investigador durante su exposición.

El trabajo surge como alternativa frente a las desventajas de los baños terapéuticos tradicionales, donde la manipulación de los peces genera estrés, la liberación del fármaco al mar contribuye a presiones de resistencia y se han detectado residuos en organismos no objetivo. Matus detalló que el diseño de estas micropartículas aprovecha la afinidad del quitosano por la mucina, componente clave de la capa mucosa del salmón, logrando así el efecto mucoadhesivo. Si bien los primeros resultados muestran una encapsulación aún baja y tamaños heterogéneos, el sistema logró afectar al Caligus rogercresseyi en pruebas preliminares, con un 10% de parásitos impactados cuando las partículas contenían azametifos.

El futuro químico farmacéutico reconoció que el desarrollo aún requiere optimización, especialmente en cinética de liberación, adhesión y mejora de la eficiencia de encapsulación, pero subrayó que el concepto ya superó las primeras pruebas críticas. Los próximos pasos incluyen probar estas micropartículas directamente en salmón vivo para evaluar su comportamiento en condiciones reales.

La línea de investigación abre una vía atractiva hacia formulaciones biodegradables, focalizadas y potencialmente compatibles con otros principios activos, lo que podría marcar un avance significativo en el control más sostenible del Caligus en Chile.

La genética del coho abre nuevas pistas contra el piojo de mar

En el módulo Genetics and Genomics II, el investigador Mark Fast, de la University of Prince Edward Island, de Canadá, presentó un avanzado trabajo orientado a identificar los mecanismos genéticos que permiten al salmón coho defenderse de las infecciones por Caligus. Basado en estudios histológicos y de transcriptómica espacial, Fast mostró cómo el salmón coho activa de forma temprana y robusta respuestas inmunes en el sitio de fijación del parásito, especialmente mediante neutrófilos y migración de queratinocitos, en un patrón muy distinto al del salmón Atlántico. “Si queremos entender cómo fortalecer al Atlántico, primero debemos validar por qué el coho es naturalmente tan resistente”, dijo el investigador.

Para comprobar el rol de los genes involucrados en esta defensa, el equipo aplicó edición genética mediante CRISPR-Cas9 en embriones de salmón coho, generando knockouts dirigidos a cuatro genes vinculados a señalización inmune y movimiento celular: CSF3R, MRC1, CLEC4E/Mincle y Cadherin-26. La estrategia incluyó además un marcador de pigmentación para identificar individuos editados, que posteriormente fueron expuestos a Lepeophtheirus salmonis. Los resultados preliminares revelan que la ausencia de estos genes desencadena un aumento significativo en la carga parasitaria —entre 68% y 78% en tres de los cuatro knockouts validados— confirmando su papel clave en la resistencia natural del salmón coho.

Fast también destacó un hallazgo inesperado: los peces editados no solo presentaron más parásitos, sino que también mostraron un cambio en el patrón de asentamiento, con mayor fijación de Caligus en el cuerpo en lugar de las aletas, especialmente en zonas coincidentes con mosaicos celulares editados. El equipo proyecta ahora avanzar hacia estudios en F1, obtenidos a partir de individuos editados, para perfeccionar los niveles de edición y profundizar en el rol funcional de cada gen. La investigación abre una vía prometedora para identificar blancos genéticos que, en el futuro, podrían guiar nuevas estrategias de selección o mejoramiento inmunológico contra el piojo de mar en especies cultivadas.

IPAT reescribe la respuesta inmune del salmón frente al Caligus

Como charla de cierre de la segunda jornada del Sealice Conference 2025, Antonio Casuso, investigador del Centro Incar, presentó nuevos resultados sobre la compatibilidad entre el candidato vacunal IPAT y las vacunas comerciales utilizadas actualmente en la salmonicultura chilena. Su exposición partió recordando que, aunque Chile cuenta con un amplio portafolio de vacunas para el salmón Atlántico, solo una está dirigida a caligidosis, mientras que más del 60% apunta a SRS. La frecuente co-infección por Caligus rogercresseyi y Piscirickettsia salmonis —dos de los patógenos más dañinos para la industria— reduce de manera marcada la eficacia de las formulaciones tradicionales, lo que refuerza la necesidad de herramientas que actúen frente a ambos desafíos.

Casuso presentó un experimento comparando cuatro estrategias de vacunación: IPAT solo, dos vacunas comerciales (B+L), la combinación B+L + IPAT y un control. Los resultados mostraron que sólo las estrategias que incluyen IPAT lograron reducir significativamente la carga de Caligus, con disminuciones del 74% para IPAT y del 70% para la combinación, mientras que la vacuna comercial no mostró efecto frente al parásito. Además, los análisis transcriptómicos revelaron que IPAT —solo o combinado— activa rutas inmunes específicas relacionadas con interferón, antígenos del MHC y comunicación celular, un perfil radicalmente distinto al observado en B+L, donde predominan genes metabólicos y una fuerte baja en genes ligados al sistema inmune. “Incorporar IPAT cambia por completo la respuesta biológica del pez y mejora su capacidad de enfrentar ambos patógenos”, resaltó el investigador.

Finalmente, al analizar la fase de co-infección, IPAT y B+L + IPAT lograron retrasar la mortalidad en comparación con el control y la vacuna comercial sola, cuyo desempeño fue significativamente peor. Casuso subrayó que las vacunas con IPAT no solo reducen la infestación por Caligus, sino que además muestran una flexibilidad transcripcional —con patrones divergentes entre infección simple y co-infección— que podría explicar su mejor desempeño global. Estos resultados consolidan a IPAT como un candidato vacunal capaz de integrarse a los programas obligatorios de vacunación, ofreciendo un enfoque más robusto y adaptativo frente a los desafíos sanitarios que afectan al salmón en Chile.