Cómo Chile puede equilibrar la competitividad y sostenibilidad de la salmonicultura

Joanna Davidovich.

Chile: La directora ejecutiva del Consejo del Salmón declaró que la industria del salmón, al igual que otras, ha entendido que la sustentabilidad es altamente importante y que no se puede crecer sin ella.

Cuáles son los desafíos de sustentabilidad que enfrenta la salmonicultura chilena y cuál es la necesidad de innovación que requiere esta industria viva, fueron algunas de las interrogantes que despejó la mesa de conversación “Salmonicultura verde”, en el evento Sustainability Chile Summit 2022 (SUS22) realizado recientemente por La Tercera y Radio Duna, y en el cual participó Joanna Davidovich, directora ejecutiva del Consejo del Salmón.

En la oportunidad, Joanna recalcó que la industria salmonicultora, al igual que otras industrias exportadoras de Chile, ha entendido que la sustentabilidad es altamente importante y que no se puede crecer si no es de manera sostenible.

“Actualmente la salmonicultura tiene altos estándares, similares a los europeos, gran utilización de tecnología, mucha innovación, y es una actividad muy regulada en materia sectorial y medioambiental, con distintos estudios de impacto de todo tipo. Además, ha avanzado en buenas prácticas, como dietas más sustentables, menor huella de carbono, mejoras en la calidad del agua, entre otras, innovaciones que han hecho de esta una actividad sustentable”, destacó la ejecutiva.

Al producir seres vivos, la industria del salmón tiene muchos desafíos sanitarios y medioambientales. “Lo más importante, en este momento, es analizar cómo enfrentar las enfermedades, particularmente bacterianas y de parásitos. Y en términos medio ambientales, cómo abordar el impacto que tiene la producción en el fondo marino. El gran desafío, en ambas áreas, es abordarlas con más ciencia, como lo hacen los países desarrollados”, manifestó Davidovich.

En cuanto a la regulación, la directora ejecutiva del Consejo del Salmón expresó que implica un alto costo para las empresas. “Las empresas reciben la instrucción de en qué áreas pueden sembrar peces, en cuadrantes específicos, cuantos peces y en qué momento sembrar, qué medicamentos administrar si se presenta una enfermedad y la dosis, todo fiscalizado por las distintas entidades como Sernapesca o la SMA. Por otra parte, la entrega de concesiones está dada por la Subsecretaría de Fuerzas Armadas. Por lo tanto, existe una gran cantidad de permisos sectoriales y trámites regulatorios que rigen a la salmonicultura y que le suman costo a la operación. Es aquí, donde deben ponerse los esfuerzos para una eficiencia regulatoria, aprovechando la posibilidad de competitividad frente al mundo”.

Áreas protegidas

Para la profesional, actualmente hay plena conciencia en la sociedad del cuidado del medio ambiente y el resguardo del entorno de todas las actividades productivas. “Consideramos que el debate de sacar a la salmonicultura de las áreas protegidas es un debate un tanto artificial, ya que es perfectamente posible compatibilizar las dos cosas. La industria del salmón es una actividad productiva que ha generado mucho progreso en la macrozona sur austral de Chile en los últimos 30 años, pudiéndose ver emprendimientos de distintos tipos, proveedores de bienes y variados servicios, por lo tanto, hay una urgencia por compatibilizar la industria con los requerimientos medioambientales. Sin embargo, esta discusión requiere de datos concretos y responsables, con un trabajo público privado, para poder equilibrar el progreso, el desarrollo económico y sostenible con el cuidado del medio ambiente”.

Igualmente, la ejecutiva recalcó que la salida de la salmonicultura desde las áreas protegidas generaría un impacto relevante. “Significa reducir en un 30% la actividad y todo el encadenamiento productivo que hay detrás. El total de hectáreas de las áreas protegidas de las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes son aproximadamente 20 millones, de las cuales 28 mil están entregadas en concesiones acuícolas, es decir, el 0,14% del territorio de áreas protegidas. Entonces, hablamos de un territorio menor, donde impera la regulación y la fiscalización de los entes competentes. Por lo tanto, la discusión se sacar a la industria del salmón de estas áreas debe ser con sensatez, argumentos y mucha responsabilidad”.

“Actualmente hay un debate en el Congreso, con la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. El proyecto, entendiendo la necesidad de compatibilizar, establece categorías más o menos restrictivas de protección, con planes de manejo y la correcta regulación. En esto, el espíritu del proyecto de Ley está muy bien. Sin embargo, en la tramitación han aparecido indicaciones que quieren sacar a todas las áreas productivas de todas las áreas protegidas, y eso es un riesgo”, apuntó Joanna.

Empleo y comunidades

En términos de empleo, la industria salmonicultora genera 70 mil puestos de trabajo aproximadamente y existen una gran cantidad de empleos indirectos, asociadas a distintas otras actividades productivas que proveen a la salmonicultura. “El expertise que ha ganado la industria, y la competencia que hoy tenemos con Noruega, ha generado que las personas tengan que profesionalizarse. Por eso las empresas han generado instancias de perfeccionamiento para sus colaboradores, se han creado carreras específicas enfocadas en la acuicultura”.

A su juicio, en la macrozona sur austral se ve a la salmonicultura por todas partes, “y se percibe que está muy integrada con las comunidades, porque son ellas mismas las que viven la salmonicultura y trabajan en ella”, expresó.

La demanda mundial por alimentos más sanos, producidos de manera sostenible, que tengan una menor huella de carbono y menor uso de grasa animales para su alimentación, es una oportunidad que, según la ejecutiva, Chile no puede desaprovechar. “El gran desafío, en el que debe trabajar el sector público, privado, la academia y las comunidades, es aprovechar el impulso que nos está generando esta demanda internacional, donde Chile está muy bien posicionado, y generar el equilibrio entre competitividad y sostenibilidad”, manifestó la directora ejecutiva del Consejo del Salmón.