José Ramón Gutiérrez, presidente ejecutivo de Multi X. Foto: Multi X.

Nadie quiere lo que no conoce

*Columna de opinión para Salmonexpert de José Ramón Gutiérrez, presidente ejecutivo de Multi X.

Vivimos tiempos de cambio, que duda nos cabe. Pero más allá de leer la actual situación desde la incertidumbre, los invito a observarla desde la oportunidad. 

Haciendo un poco de historia, podemos decir con total seguridad que la industria ha sido un agente muy relevante de desarrollo en las regiones del sur de nuestro querido país.  Desde el establecimiento de la salmonicultura, hace ya más de tres décadas, hemos sido testigos del crecimiento que ha experimentado la zona, apoyando procesos de diversificación económica y descentralización, los que se mantienen hoy más vigentes que nunca. 

Han surgido muchas nuevas oportunidades laborales y de negocio, potenciando el emprendimiento alrededor de los servicios que la actividad requiere, y se ha creado  un gran polo de desarrollo social con un significativo interés de profesionales y trabajadores por sumarse al rubro y las ventajas que ofrece. 

Esta trayectoria ha supuesto importantes desafíos reputacionales, algunos de los cuales, a pesar de los significativos avances de la industria, siguen presentes: a) debilidades operacionales, b) construcción de mitos en torno a la actividad, que muchas veces son multiplicados como postverdades gracias al poder de redes sociales, y c) débil vinculación e identificación de los chilenos con la salmonicultura y el salmón chileno, simplemente porque sólo una minoría puede acceder al producto y finalmente “nadie quiere lo que no conoce”.

Los acuicultores tenemos un rol claro. Contribuimos con el gran desafío de alimentar a una población mundial en crecimiento, y en un planeta afectado seriamente por el cambio climático. Para hacerlo hemos puesto la sustentabilidad al centro del negocio y miramos al océano como la mejor alternativa viable para generar alimento suficiente para toda la humanidad. La investigación científica y la innovación son nuestros socios frente al desafio y nos hace representar una actividad de gran valor. 

Somos parte de un rubro especial. Elaboramos una proteína rica, nutritiva y con una huella de carbono inferior a la de otras producciones animales. Nuestra actividad integra todo el proceso, desde la ova al plato de nuestro consumidor final. 

En este proceso convergen los esfuerzos, saberes y talentos de miles de mujeres y hombres que, comprometidos con el cuidado del entorno y la excelencia en todo lo que hacen, cumplen el propósito de llevar al mundo lo mejor del sur de Chile, un alimento de primer nivel.

Tenemos la responsabilidad de acercar nuestra actividad a las familias chilenas, salmón de Chile y para Chile.

Por otra parte, tenemos el firme compromiso de hacernos cargo y seguir mejorando las debilidades operacionales más importantes de nuestra industria, las llamadas “Big Five”: escape de peces, control de mortalidades masivas, disminución en el uso de antibióticos y antiparasitarios,  cuidado de los fondos marinos y limpieza de playas.

Estamos en un momento decisivo. Tenemos la oportunidad de contar lo que somos, lo que hacemos, los compromisos que tomamos y lo que nos inspira a seguir adelante. Somos representantes de una actividad que ha contribuido al país y a nuestra región con desarrollo y, a partir de ahora, con salmón, nuestro mejor embajador, en la mesa de la mayoría de las familias de Chile.