Industria del salmón refuta a Oceana Chile: 100% de los alimentos cuentan con trazabilidad
La industria del salmón, además, dejó en claro a Oceana Chile que la dependencia de la harina pescado ha bajado de 50% a 12%, para no presionar a los pequeños pelágicos.
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De manera inédita, se llevó a cabo en el Hotel Cumbres de Santiago, el seminario denominado "Salmonicultura en tensión: equilibrando ciencia, regulación y naturaleza", que inédita reunió a los representantes de la industria del salmón, de la ONG Oceana, y a la SMA, cuyo foco se mantuvo el crecimiento sostenible del sector local.
En una de las exposiciones, el Dr. David Costalago de Oceana, mostró sus argumentos en el marco de “¿Es la salmonicultura tan buena como nos dicen?”, centrando su charla en todos los aspectos que, a su juicio, son “mitos positivos” acerca de la industria chilena.
Así las cosas, en el aspecto de conservación de salmones salvajes, afirmó que la industria no ayuda en nada, mientras que en valor nutricional, el salmón del Atlántico cuenta con altos niveles de ácidos graos, pero indicó que las sardinas y las caballas están por encima.
Considerando al eficiencia medioambiental, dijo que es falso que la huella de carbono del salmón del Atlántico es menor que la del salmón salvaje, considerando al salmón del Atlántico noruego vendido en California, siendo el alimento el principal factor de impacto.
Mirando la conversión alimentaria, detalló que para hacer 1 kilo de harina de pescado, se necesitan 4 a 6 kilos de pescados, y para hacer 1 litro de aceite de pescado, se necesitan de 12 a 62 kilos de pescado.
“Es difícil mantener el suministro de salmónidos estable a precios asequibles por el costo del alimento, en cambio, peces pelágicos como la sardina y la anchoa son altamente nutritivos y asequibles, sin embargo son usados para harina y aceite de pescado que utiliza el salmón en vez de consumo humano. Además algunas especies se encuentran sobreexplotadas”, apuntó al respecto e Dr. Costalago.
Para el representante de Oceana, existe una baja disponibilidad de pequeños pelágicos en países como Senegal y Gambia, de hecho, 100% de lo pescado en Gambia, se envía a Chile para harina y aceite de pescado que usa el salmón.
Además, en estas operaciones, “vemos empleos temporales y precarios, que no benefician a las comunidades locales, más trabajo genera la pesca que las plantas de harina y aceite de pescado, junto con la falta de transparencia predominante”.
“Se ha tratado de incrementar en salmonicultura alternativas a la harina y el aceite de pescado, mediante vegetales como la soja; proteínas de insectos, levadura de la fermentación de cervezas; subproductos del pescado; algas; pero las barreras son los costos, las licencias y la regulación”, planteó el experto.
De paso, comentó que alternativas como el kril, no han logrado escalar comercialmente para las dietas de la industria salmón en Chile, pese a que sí existen empresas que entregan estas soluciones al sector exitosamente.
Por tanto, David Costalago concluyó: “la salmonicultura es insostenible, ineficiente, genera injusticias alimenticias, ambientales y económicas”.
No obstante, entre los ejecutivos, dirigentes y profesionales de la industria del salmón que asistieron a este seminario, existía descontento frente a esta presentación, porque a entender de estas personas varios elementos mostrados “no eran totalmente ciertos”.
Por lo mismo, Arturo Clément, presidente de SalmonChile, fue la voz de esta gente, cuando le tocó estar en el panel de conversación. Afirmó que la falta de transparencia, entre otras cosas, es “una aseveración falsa y osada, porque todos los alimentos que usa el salmón, cuentan con 100% de trazabilidad respecto a su origen”.
Igualmente, Clément dejó en claro que harina y aceite de pescado vienen de Perú y también se producen en Chile, no desde países de África como los mencionados. Al mismo tiempo, se bajó de 50% a 12% la dependencia de la harina de pescado, encontrando alternativas en la agricultura nacional, principalmente.
Finalizado el evento, Clément se acercó a Costalago, para hablar acerca de las declaraciones, que según el sector salmonicultor, en su mayoría son erradas.
