Los mitos en torno a la salmonicultura: ¿mala comunicación o malas prácticas?

Chile: La actividad siempre ha estado en el ojo de las organizaciones medioambientales y algunos grupos de la sociedad. Pobre regulación, antibióticos y FAN son sólo algunos de los temas más controversiales.

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Muchos de los mitos que circulan en torno a la salmonicultura son expandidos y aprovechados fuertemente por personas o entidades que se muestran abiertamente en contra de la actividad por diversas razones, pero principalmente medioambientales.

Un claro ejemplo de lo anterior se puede apreciar en una reciente entrevista que dio el Director de Campañas para Chile, Argentina y Colombia de Greenpeace, Matías Asún, a un medio de comunicación paraguayo (www.abc.com.py), en el contexto del nuevo documental “Por aquí no”, en donde asegura que la FAN del año 2016 fue producto de “la saturación de la industria salmonera” y donde “toneladas de salmones muertos pudrieron el fondo marino”.

¿Mala comunicación de parte de la industria o malas prácticas que se hicieron virales? Cualquiera sea la razón, un nuevo artículo publicado en la última edición de revista Salmonexpert aclara algunos de los mitos más difundidos de la segunda mayor actividad económica del país.

“El salmón, una vez procesado, contiene antibióticos”

Por razones de salud y bienestar animal, si los peces se enferman deben ser tratados. Independientemente del fármaco utilizado, los animales deben cumplir un periodo de carencia establecido para todo fármaco antes de poder ser procesados, y por ende, aptos para el consumo humano. Esto corresponde al mínimo tiempo que asegura que no habrá fármacos en el pescado, cumpliendo con las normas nacionales e internacionales de inocuidad alimentaria establecidas en el Codex Alimentarius de la FAO y la OMS.

Al respecto, Adolfo Alvial, director ejecutivo del Club de Innovación Acuícola asegura que “esto se verifica a través de muestreos y análisis, y, en el caso de productos de exportación, estos son además evaluados en el acceso a los mercados de destino, teniendo Chile, en todos los mercados un alto nivel de cumplimiento en relación con otros países exportadores de productos del mar. En consecuencia, el salmón chileno no contiene antibióticos en la carne de los productos que genera”.

En la misma línea desde el Consejo del Salmón afirman que “eso es completamente falso. En primer lugar, porque los antibióticos usados en la salmonicultura deben ser autorizados por el SAG y se entregan sólo bajo la prescripción de un médico veterinario, todo fiscalizado por Sernapesca. Y en segundo lugar, porque al momento de comercializarse, los salmones cumplen con un periodo regulado de resguardo -que puede llegar incluso a 5 meses- para asegurar que los niveles de medicamento estén por debajo de los LMR”.

Lea el reportaje completo en la edición de octubre de revista Salmonexpert, haciendo click en la imagen (páginas 20-25).