Chilenos descubren nuevo mecanismo de patogenicidad en Tenacibaculum dicentrarchi

Evidencia de producción de OMV por la cepa de T. dicentrarchi TdCh05 después de 48 h de incubación.

Chile: Científicos describieron por primera vez que el principal agente de tenacibaculosis en salmonicultura nacional puede producir y liberar vesículas de membrana externa como mecanismo de patogenicidad.

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Luego del reciente descubrimiento y la descripción de una nueva especie de Tenacibaculum aislada desde salmón Atlántico en nuestro país, denominada T. bernardetii, el equipo de investigación dirigido por el Dr. Ruben Avendaño-Herrera, académico e investigador de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y el Centro Incar, continúa profundizando en dilucidar los mecanismos de virulencia de las especies conocidas por provocar la tenacibaculosis en cultivo.

Es así como en una nueva publicación, junto a la Dra. Macarena Echeverría-Bugueño, también investigadora postdoctoral de la UNAB, ambos científicos dan a conocer por primera vez la producción de vesículas de membrana externa (OMV) como un nuevo mecanismo de patogenicidad de T. dicentrarchi.

Las OMV son nanoestructuras liberadas por bacterias patógenas Gram-negativas durante su crecimiento. Se estudiaron tres cepas de T. dicentrarchi aisladas de salmón Atlántico (TdCh05), congrio colorado (QCR29) y lubina (cepa tipo CECT 7612T). Los resultados muestran que independiente del origen del aislado, todas las cepas producen y liberan OMV a partir de las 24 horas después de la incubación, aumentando posteriormente hasta las 120 horas. Los tamaños de OMV, determinados mediante microscopía electrónica de barrido, oscilaron entre 82,25 nm y 396,88 nm según la cepa estudiada y el tiempo de incubación (es decir, de 24 a 120 h).

En cuanto a los mecanismos de patogenicidad de T. dicentrarchi, los investigadores de la UNAB señalan que durante el proyecto FONDECYT 1190283 generaron valiosos antecedentes sobre el potencial de adherencia y formación de biofilm de la bacteria, la presencia de mecanismos de captación de fuentes de hierro y proteínas que tienen como objetivo evadir el sistema inmune innato, incluyendo la acción del mucus. “Ahora se suma esta producción de OMVs y que seguimos profundizando en su estudio, dado que los ensayos de infección in vitro se demostró su capacidad de provocar la muerte de células de cultivo primario de riñón y en un corto periodo de tiempo”, explican los científicos.

Entre las cepas evaluadas, las OMV compartieron cinco proteínas de 22,2, 31,9, 47,7, 56,3 y 107,1 kDa), pero ningún patrón de proteínas fue idéntico. Además, se obtuvo una cantidad heterogénea de proteínas, ARN y ADN, dependiendo del momento en que se extrajeron las OMV.

“Por ahora, el estudio a nivel proteico nos muestra que no existe homogeneidad entre los aislados. Esta situación es muy interesante y podría explicar las diferencias a nivel de centro e incluso jaulas, en que unos aislados tienen un arsenal más patogénicos que otros o incluso que puedan ser más lentos y otros aislados más rápidos en la producción y cantidad. Actualmente, estamos investigando la composición de proteínas usando distintas estrategias metodológicas”, detallan los expertos.

Adicionalmente, como se mencionó, las OMV purificadas eran biológicamente activas e inducían un efecto citotóxico en cultivos celulares enriquecidos con macrófagos de trucha arcoíris, lo que sería el primer paso para comprender el papel que podrían desempeñar las OMV en la patogénesis de T. dicentrarchi.

Con esta información, los investigadores plantean que comenzarán a cuantificar el peso que tiene este mecanismo de patogenicidad al momento de producirse la infección en los peces, para luego pasar al desarrollo de posibles vacunas, o incluso, “usar como blancos farmacológicos”.

“De hecho, hay diversas vacunas desarrolladas a partir de vesículas de membrana, sin embargo, como herramienta rápida para la prevención de los distintos centros de cultivos se recomienda el uso de autovacunas. Ello debido a que aunque desde 2016, primer reporte de T. dicentrarchi en Chile, hasta la actualidad hemos generado bastante conocimiento; el desarrollo de medidas de prevención usando OMVs es un desafío mayor, considerando financiamiento, aspectos normativos y puede pasar varios años”, concluyen los expertos.