Columna de Opinión
Seguir aumentando la producción de salmón es insostenible e ineficiente
Desde Oceana afirman que a medida que la industria de la acuicultura se expande, también lo hace su dependencia de peces silvestres capturados, para la producción de harina y aceite de pescado.
*Columna de opinión para Salmonexpert de David Costalago, PhD, científico marino senior de Oceana.
Hace algunas semanas participé en el seminario “Salmonicultura en tensión: equilibrando ciencia, regulación y naturaleza” organizado por Oceana en Chile. En la instancia, compartí una reflexión crítica sobre ciertos aspectos de esta actividad, presentando evidencia científica reciente que lleva a concluir que la salmonicultura, en su estado actual, no sólo es insostenible e ineficiente, sino que además genera injusticias alimenticias, ambientales y económicas.
Uno de los aspectos que generó más comentarios de mi presentación por parte de personas relacionadas al mundo salmonicultor, es la composición de los pellets que se usan para alimentar a los salmones. Ante ello, vale aclarar algunos puntos.
De acuerdo con las últimas cifras, para producir un kilo de harina de pescado se necesitan entre cuatro y seis kilos de peces, mientras que para producir un kilo de aceite, ingrediente esencial en la dieta de los salmones de cultivo, se requieren entre 12 y 62 kilos . Estas materias primas provienen sobre todo de peces forrajeros como la anchoveta, la sardina, el arenque, el jurel y otros, y se extraen principalmente en Perú, Chile, China, Vietnam y también, más recientemente, en países africanos como Mauritania, Senegal y Gambia .
Aunque en los últimos años ha habido un aumento en la proporción de subproductos de pescado, como vísceras, cabezas, colas, etc. usados en la producción de harinas de pescado y aceites de pescado (FMFO), la mayoría se sigue elaborando a partir de pescado salvaje . Además, es difícil alcanzar una mayor proporción de subproductos porque su suministro está limitado por la cantidad de peces que se pesquen y que se críen, así como por la complejidad que requieren estas cadenas de suministro.
Principalmente para abaratar costes, y sobre todo desde la introducción en 2006 de ciertas medidas pesqueras más restrictivas para la pesca de la anchoveta peruana, el porcentaje de harinas y aceites de pescado en los pellets ha disminuido hasta aproximadamente un 12% de harina de pescado y un 10% de aceite de pescado . Sin embargo, el crecimiento exponencial de la salmonicultura a nivel mundial ha hecho que la demanda de peces pelágicos para producir harinas y aceites no haya decrecido. De hecho, la producción de harinas de pescado a partir de pescado salvaje, que estuvo bajando desde 1990 hasta 2014, lleva diez años creciendo nuevamente, en buena medida por la diversificación de especies y geografías explotadas para esta producción .
Según la FAO, la producción de harina y aceite de pescado crecería un 9% y un 12% respectivamente para 2032, con un aumento casi inapreciable en la proporción de subproductos de pescado en esta producción, por lo que las proyecciones indican un aumento de la demanda de pescado salvaje para alcanzar ese incremento en la producción de FMFO .
Para aportar otro antecedente, el 35,7% de las capturas de estas especies proviene de pesquerías sobreexplotadas o incluso ya consideradas colapsadas. Si se quisieran manejar todas las poblaciones mundiales de peces forrajeros de forma sostenible, es decir, por encima del Rendimiento Máximo Sostenible, como dicta la FAO, y considerando también posibles impactos climáticos, las capturas de estos peces se reducirían entre un 4,5% y 19,4%. Este declive resultaría en una disminución de la acuicultura de especies alimentadas de entre un 8% y un 35,2% , es decir, la dependencia que la salmonicultura tiene de la pesca de peces forrajeros es inmensa e intrínseca a la propia manera de producir salmón.
Aunque no fue reconocido por el representante del gremio salmonicultor que estuvo presente en el seminario de Oceana al llevarse adelante esta discusión, lo cierto es que los datos obtenidos a través de resourcetrade.earth , muestran que a Chile llega aceite de pescado desde África. De hecho, en 2022, Chile importó el 100% del aceite de pescado producido en Gambia, unas 5.300 toneladas, siendo esto sólo una fracción de las 73.000 toneladas de aceite de pescado que Chile importó ese año desde diversos países.
En conclusión, la realidad es que a medida que la industria de la acuicultura se expande, también lo hace su dependencia de peces silvestres capturados para la producción de harina y aceite de pescado. Extraer cardúmenes de peces silvestres para alimentar especies cultivadas como el salmón no es sostenible ni equitativo. Se trata de un problema que quita el sustento y fuente nutricional a muchas personas que dependen de la pesca salvaje que se captura localmente.