Imagen: Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia.

Argentina: ONGs se agrupan contra desarrollo de salmonicultura

Chile: “El ejemplo de la salmonicultura en Chile debe servir para ilustrar el impacto ambiental, sanitario, social y económico de una actividad esencialmente contraria a la sustentabilidad. Argentina está a tiempo de evaluar lo nefasto que sería esta industria para el desarrollo sostenible de la Patagonia”, expresó a través de un comunicado de prensa, Estefanía González, coordinadora de la campaña océanos de Greenpeace Andino.

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“Introducir, siguiendo el modelo chileno, el cultivo de salmones en los mares de Tierra del Fuego, sería un error histórico, que lamentaremos para siempre”, calificó el Foro para la Conservación del Mar Patagónico.

Frente a la iniciativa, el Foro –entidad que agrupa a 23 distintas ONG ligadas a la conservación medioambiental– acaba de dar a conocer un estudio “que pretende encender las alertas respecto de las graves consecuencias medioambientales y de conservación que implicaría el inicio de actividades productivas salmonicultoras en las aguas de la Patagonia argentina. Y para ello se ha basado en la experiencia e impactos que ha tenido la salmonicultura en Chile durante a lo largo de tres décadas”.

“El ejemplo de la salmonicultura en Chile debe servir para ilustrar el impacto ambiental, sanitario, social y económico de una actividad esencialmente contraria a la sustentabilidad. Argentina está a tiempo de evaluar lo nefasto que sería esta industria para el desarrollo sostenible de la Patagonia”, argumentó Estefanía González, coordinadora de la campaña océanos de Greenpeace Andino.

Para su análisis, el Foro expone la realidad salmonicultora chilena, el segundo productor mundial de salmones después de Noruega, que tiene tres décadas de experiencia en el tema, “que el 2017 produjo 791 mil toneladas de salmones y cuyos centros se reparten en un amplia zona del sur del país, existiendo incluso algunos dentro de reservas nacionales pertenecientes al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas y otros en zonas que han pertenecido desde tiempos ancestrales a pueblos indígenas”, expone el estudio.

El análisis pone de relieve una alerta común para el caso de la salmonicultura en Argentina y Chile, “la cual tiene que ver con la calidad de especie exótica de los salmónidos, lo que conlleva impactos diferenciales a los de la práctica en regiones en las que las especies son nativas”.

“Se identifican varios problemas medioambientales asociados a la explotación de salmones. Por ejemplo, escapes masivos y constantes, con las consecuencias que implica la introducción de especies exóticas. En Chile se han registrado fugas de un millón de salmones y con recapturas que, en general, no supera el 2%”, se extrae del estudio.

La investigación igualmente, y de manera significativa, hace hincapié en el tema de antibióticos, antiparasitarios y otras sustancias químicas. 

Para el Foro, hay una gran lista de afectaciones: “Acumulación de residuos sólidos y líquidos en el fondo marino, derivada de los alimentos no consumidos, fecas y mortalidad de peces, sumado a los desechos industriales que las empresas abandonan en los fiordos, como jaulas abandonadas, plásticos, boyas, cabos y otros productos”.

Innovación productiva

De acuerdo con el informe dado a conocer, la amenaza salmonicultora en Argentina se relaciona, en primer lugar, con la vigencia de la iniciativa “Innovación Acuicultura Argentina–Innovacua”, gestionada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MinCyT), que ha firmado un acuerdo de colaboración y cooperación técnica con el gobierno fueguino para instalar un centro de cultivo integrado para el cultivo de diversas especies marinas, entre ellas, truchas; y, en segundo lugar, que Argentina ha firmado recientemente un convenio con  Noruega para llevar adelante el llamado “Proyecto de Acuicultura Nacional”, para evaluar la factibilidad del desarrollo de acuicultura basada en salmones en Tierra del Fuego.

En sus últimas páginas el informe es concluyente. “Nuestra principal conclusión es que la salmonicultura en la Argentina, por ser una actividad basada en especies exóticas, causaría graves impactos ambientales, sanitarios, sociales y económicos, y no cumpliría con las condiciones esenciales de sustentabilidad que requieren las iniciativas modernas de desarrollo. En base a la abundante información científica y técnica disponible, el cultivo de especies introducidas en un ecosistema tan rico y frágil como el mar patagónico representaría un error histórico que lamentaremos para siempre”, recalcó Claudio Campagna, presidente del Foro para la Conservación del Mar Patagónico.