Bloom de algas en Aysén: "Debemos aprender a convivir con distintas floraciones"

En cuanto a FAN, ¿Qué podemos esperar para este año?

Sin lugar a dudas 2016 fue un año excepcional, tanto por la intensidad de las floraciones que tuvieron connotación pública, como porque además en el caso de Alexandrium catenella, la floración tuvo una distribución geográfica que no había sido registrada, en términos que se detectó, no solo en el mar interior de Chiloé, sino que también en la costa expuesta al océano Pacífico e incluso la microalga fue detectada tan al norte, como en la localidad de Mehuín en la región de Los Ríos.

Este no es el espacio para entregar todos los elementos que ayudan a comprender las dos floraciones más conocidas por la comunidad, la producida por Pseudo-chattonella cf verruculosa y aquella provocada por Alexandrium catenella, pero en ambos casos existen evidencias que los factores gatillantes estuvieron ligados a la fase final de El Niño 2015-16, uno de los más intensos de los últimos 50 años y comparable con aquellos ocurridos en 1982-83 y 1997-98. En síntesis ocurrió un fenómeno climático-oceanográfico particular que ayuda a comprender la particularidad de ambos eventos, lo benigno del clima y la alta radiación durante el verano de 2016 es uno de estos rasgos.

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Por tanto, para este año es esperable que haya floraciones, cómo las ha habido, pero es muy poco probable que éstas tengan alguna similitud con lo registrado durante el verano y el otoño de 2016. De allí que en áreas que regularmente son afectadas por floraciones de algas nocivas, lo que corresponde es fortalecer la prevención, una de cuyas herramientas son los monitoreos, que son la instancia para contar con información oportuna y confiable para proteger la salud pública y minimizar los impactos sobre las actividades productivas. Este tipo de acción está presente en nuestro litoral sur austral. Y lo estaba también previo a las floraciones señaladas previamente. Las diferencias es que ahora además se han fortalecido estas acciones.

¿Se han detectado episodios de FAN que pudiesen afectar a la industria salmonicultora? Si es así, ¿de qué microalgas y cuáles han sido las consecuencias?

Esta respuesta la puede entregar de forma más certera el Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), que cuenta con su propio programa de monitoreo, el trabajo que realizamos en Ifop tiene una orientación distinta y no obstante que en determinados casos podemos detectar determinadas microalgas de riesgo para la actividad salmonicultora, en lo general nuestro trabajo está orientado a vigilar la distribución y abundancia de microalgas que no resultan afectadas con los medios de preservación que se agregan a las muestras, previo a su examen en el laboratorio. El tamaño de los sectores geográficos cubiertos y las distancias a los lugares de análisis de las muestras, determinan usar estrategias distintas para evaluar la distribución y abundancia de las microalgas nocivas.

¿Qué debemos esperar durante los próximos años, es un evento que llegó para quedarse?

Estamos en un ambiente dinámico, el sistema de fiordos que caracteriza el sur de Chile, desde la región de Los Lagos hasta la región de Magallanes, tiene por característica la presencia recurrente de distinta floraciones de microalgas, por tanto a futuro es previsible, teniendo presente que a nivel global en los últimos 50 años se ha apreciado una aparente mayor frecuencia, intensidad y cobertura geográfica de las floraciones nocivas, y por lo mismo, ello no es distinto en el sistema de fiordos y canales, los datos disponibles así lo indican.

Por lo mismo, ante lo limitado de las técnicas para mitigar las floraciones, la inexistencia de antídotos para contrarrestar el efecto de las toxinas en las personas o para eliminarlas de los mariscos, y las escasas herramientas para predecir a las floraciones, es que por ahora, las mejores herramientas para minimizar los impactos de las floraciones nocivas son los monitoreos y la educación pública. Las comunidades educadas en torno a estos temas, tienen conductas y respuestas ante la presencia de estas floraciones, que facilitan las medidas que debe adoptar la autoridad.

Paulatinamente se aprende a convivir con distintas floraciones, es parte de nuestra realidad y de las características de nuestro entorno. Un ciudadano ambientalmente culto, conoce su entorno local, lo aprecia, se desarrolla en él y le permite relacionarse con el ambiente regional y nacional y además comprende la realidad del mundo global.  Nuestro desafío es justamente transitar paulatinamente hacia ese tipo de comunidades con ciudadanos ambientalmente cultos. Esa es una tarea de todos.