¿Cómo mejorar las prácticas acuícolas?

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Un investigador español, colaborador del Centro I-mar de la Universidad de Los Lagos, analizó cómo conseguir mayor rendimiento y productividad, información que el periodista de Par Explora Los Lagos, Juan Carlos Barría, plasmó en el siguiente reportaje.

Al igual que todos los seres vivos, los peces disponen de un reloj circadiano, reloj biológico o mecanismo de tiempo fisiológico, que les permite anticipar y ajustar sus funciones internas y su comportamiento a los acontecimientos rutinarios correspondientes al día y la noche. Este mecanismo de regulación de la actividad cotidiana integra información del ambiente a través de diversos factores, como las señales lumínicas, la temperatura y la alimentación, lo que genera ritmos corporales y comportamientos habituales.

De visita en Puerto Montt, específicamente en el Centro I-mar de la Universidad de Los Lagos, el Doctor en Ciencias Biológicas, Jesús Manuel Míguez, aprovechó la oportunidad para referirse a las investigaciones que se desarrollan en este ámbito al interior del Laboratorio de Fisiología Animal, perteneciente a la Facultad de Biología de la Universidad de Vigo en España.

Sus líneas de trabajo abordan mecanismos moleculares del reloj circadiano en peces, el control de la ingesta de alimentos y sus factores metabólicos, neuroendocrinos y ambientales. Asimismo, el especialista ha desarrollado estudios relacionados con mecanismos neurohormonales del estrés, además de investigaciones respecto de la fisiología del órgano pineal en peces y el rol de la hormona melatonina.

“Actualmente, en España estamos trabajando con la regulación de la ingesta en peces, factores ambientales y consumo de alimento en distintos momentos del día, además de su aporte nutricional a través de hidratos de carbono y lípidos. Nuestro trabajo es experimental y de mercado, lo estamos llevando a cabo principalmente con tres especies modelos: la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss); lenguados (Solea senegalensis) y rodaballos (Psetta maxima)”, afirmó el Doctor Míguez.

Reloj circadiano

Los peces recurren a información facilitada por su reloj circadiano o biológico. Hoy en día, se cree que coexisten relojes circadianos en diferentes tejidos, aunque el más conocido en los peces es el ubicado en el "órgano pineal", que ante la ausencia de luz produce la hormona melatonina. Este órgano, aunque no es capaz de formar imágenes como el ojo humano, sí tiene sensibilidad a la luz debido a que posee células fotorreceptoras. 

La melatonina es un indicador fiable para que el pez pueda determinar en qué momento del día se encuentra, ya que el animal produce melatonina durante la noche y su secreción va desapareciendo con la llegada del día. El principal objetivo de trabajar con este sistema de información, es conocer cómo los peces ajustan sus actividades a distintos momentos del día, lo cual resulta fundamental para mejorar las prácticas acuícolas.

Estos nuevos conocimientos relacionados con el sistema circadiano permitirán alimentar a los peces durante el momento del día más adecuado, y así generar un mejor rendimiento y crecimiento, evitando que se pierda alimento y que se transforme en un residuo contaminante del ambiente. Lo anterior permitirá optimizar sistemas de cultivo en distintas especies y conseguir procesos más eficientes, algo que hoy en día se valora mucho en instalaciones acuícolas controladas.

El doctor Jesús Manuel Míguez recalcó que “para la Industria, es fundamental conocer cómo cambia la fisiología de los animales, y así establecer pautas de alimentación determinando los horarios más apropiados para lograr un máximo provecho”. Asimismo, enfatiza que lo anterior contribuye a “realizar buenas prácticas de manipulación de los peces para provocar el menor estrés posible, eligiendo las fases del día en las que el animal es más receptivo”.

Mayor rendimiento y productividad

Uno de los principales retos de la acuicultura en la actualidad es la reproducción controlada de las especies marinas con mayor interés comercial. Sin embargo, el proceso sigue siendo poco controlado y aleatorio en la mayoría de las instalaciones acuícolas. Existen múltiples factores que generan grados de estrés en los peces durante el proceso de cultivo como la vacunación; presencia de parásitos; altas densidades; transporte y concentraciones de oxígeno y variaciones en el tipo de alimentación.

Consultado respecto de las condiciones presentes en la Región de Los Lagos, el investigador español afirmó que “en esta zona y, sobretodo, en el caso de los salmones y truchas del pacífico (Oncorhynchus), es muy importante optimizar las cantidades de alimentos que se administran, ya que son grandes volúmenes de peces los que existen en stock. Conociendo los ciclos diarios de las especies locales se puede evitar la sobrealimentación (genera pérdida de alimentos) y la subalimentación (provoca que el pez no crezca lo suficiente)”.

La acuicultura todavía es considerada una práctica reciente que se ha desarrollado con mucha fuerza durante los últimos años, debido a una alta demanda de mercado, pero que según el doctor Jesús Míguez, “no se ha preocupado lo suficiente respecto a bienestar, manipulación y alimentación animal. Hoy en día, hay una enorme preocupación para producir en las mejores condiciones posibles asegurando la calidad y no solo la cantidad”.

El objetivo final -argumenta el investigador-, es “conseguir que los stocks de peces puedan dar el máximo rendimiento optimizando las condiciones. Debemos desarrollar, en el plano de la práctica acuícola, el concepto de bienestar animal y son, precisamente, las nuevas investigaciones relacionadas con ajustes de los patrones de alimentación y factores ambientales, los que optimizarán los procesos y mejorarán la Industria”.