Un salmón recién fotografiado en su camino por el río Etne. Foto: Øystein Skaala / Instituto de Investigación Marina.

Innovadora cámara permite clasificar entre salmón escapado y salvaje

Noruega: Las imágenes y los datos que se tomen en el sistema QuadEye entrenarán la Inteligencia Artificial, para discriminar entre peces fugados desde centros de cultivo y los nativos.

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Una nueva cámara de velocidad, a través de Inteligencia Artificial, podrá clasificar entre el salmón escapado desde centros de cultivo y el salvaje. Ahora está en su lugar en Etneelva, Noruega, como un túnel fotográfico instaurado.

Se ha incorporado un sistema de cámara especial llamado QuadEye en una trampa para salmones en el río Etne en Vestland, al sur de Bergen. Todos los peces deben pasar por la trampa, y pasar por la cámara, si quieren moverse río arriba, por lo que todos los peces que van río arriba son fotografiados.

“El primer pez que se tomó una “selfie” en el río Etne fue un salmón hembra de 3,1 kilos. Emigró del río Etne como un smolt en 2019, y ahora está de regreso después de un camino de 100 millas o más en el Mar de Noruega”, dice satisfecho el investigador Øystein Skaala del Instituto de Investigación Marina, en un artículo del medio asociado a Salmonexpert, Kyst.no.

En la primera semana de agosto, Skaala y sus colegas de investigación probaron el nuevo sistema de cámara QuadEye, desarrollado y entregado por Submerged AS, en la trampa para salmones en Etne. Así, se fotografían todos los peces que remontan el río. 

Las imágenes y los datos que se tomen se utilizarán para entrenar a la Inteligencia Artificial para clasificar entre salmones y truchas fugados desde centros de cultivo en Noruega y salvajes, y al mismo tiempo dar a los investigadores buenos datos sobre la longitud y el peso.

“Luego se conecta a la clasificación automática, donde se permite el paso de los peces salvajes mientras se clasifican los escapados”, explica el investigador.

QuadEye consta de cuatro cámaras, cada una de las cuales toma de dos a 18 imágenes por segundo, lo que revela el desgaste de las aletas, la pigmentación en el cuerpo del pez y pequeños cortes en la aleta grasa.

“Bueno, también vemos claramente el daño de los piojos en la cabeza de este salmón”, manifiesta Skaala cuando estudia el primer pez fotografiado.