Foto referencial de pellets. Fuente: Salmonexpert.

Efectos de proteínas vegetales sobre la microbiota intestinal de salmón Atlántico

Noruega: Investigadores estudiaron la modulación de las comunidades bacterianas en el intestino de salmón Atlántico alimentados con dietas alternativas de proteína y demostraron que existen diferencias sustanciales en la presencia y abundancia de bacterias entre el digesta intestinal y la mucosa.

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El uso de fuentes alternativas de proteínas vegetales para reemplazar parcialmente la harina de pescado en dietas para el salmón Atlántico (Salmo salar), es actualmente una práctica común en las dietas comerciales. Sin embargo, el uso de ciertos ingredientes de origen vegetal está restringido debido a la presencia de antinutrientes que afectan la función y la salud del intestino de los peces.

Varios estudios describen una gama de respuestas, incluida la inflamación del intestino de los peces carnívoros, especialmente cuando la harina de soja y otras leguminosas se incluyen en las dietas. Otros estudios han investigado los efectos moduladores de diferentes fuentes de proteínas en la microbiota intestinal de los salmónidos, pero el conocimiento general sobre las interacciones entre las dietas, la microbiota intestinal y la función intestinal de los peces y la salud es fragmentario e incompleto.

En este contexto, investigadores de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (NMBU) y el Grupo de Investigación en Nutrición de Peces de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Plymouth, Reino Unido, en conjunto con la empresa BioMar, Reino Unido, investigaron si las fuentes alternativas de proteínas de la dieta modulan las comunidades microbianas en el Intestino Distal (ID) del salmón Atlántico y si estas alteraciones en los perfiles de microbiota se reflejan en cambios de la función intestinal del hospedador y de su estado de salud.

Para ello, los investigadores realizaron un ensayo de alimentación de 48 días, en el que grupos de peces recibieron una de cinco dietas: Una dieta de referencia, en la que la harina de pescado (dieta FM) fue la única fuente de proteína y cuatro dietas experimentales que contenían ingredientes alternativos o una mezcla de ellos, que sustituían a una proporción de la harina de pescado: 58% harina de pollo (dieta PM), una mezcla de harina de soya y gluten de trigo (dieta SBMWG), una mezcla de concentrado de proteína de soya y harina de aves (dieta SPCPM), harina de guar y gluten de trigo (dieta GMWG). Además, se adicionó aceite de pescado, aceite de colza y tapioca como fuentes de lípidos y carbohidratos para equilibrar la composición de nutrientes. Las dietas fueron suplementadas para cumplir con los requisitos de los peces para lisina, metionina, vitaminas y minerales.

Los investigadores tomaron muestras de la digesta (quimo) y de la mucosa en el intestino distal para determinar el perfil microbiano usando Secuenciación de Alto Rendimiento (HTS) y de tejido entero del ID para inmunohistoquímica y para determinar los perfiles de expresión de genes como marcadores de la salud intestinal.

Según los resultados expuestos en el trabajo científico, independiente de la dieta, hubo diferencias significativas entre las poblaciones microbianas en la digesta intestinal y la mucosa del ID en el salmón. “La riqueza microbiana fue mayor en la digesta que en la mucosa. Las comunidades bacterianas asociadas con la digesta fueron más afectadas por la dieta que la microbiota asociada con la mucosa”, revelaron.

Curiosamente, ambas dietas basadas en leguminosas (SBMWG y GMWG) presentaron alta abundancia relativa de bacterias ácido lácticas, además de alteración en la expresión de un gen del salmón relacionado con la proliferación celular. Sin embargo, no fue posible determinar la relación causa-efecto entre los cambios en las comunidades bacterianas y las respuestas intestinales del huésped a las dietas.

“El perfil de la microbiota intestinal puede convertirse en una valiosa medida para evaluar el estado de salud intestinal de los peces y los efectos de la dieta. Demostramos que existen diferencias sustanciales en la presencia y abundancia de bacterias entre la digesta intestinal y la mucosa. La microbiota asociada al digesta mostró una clara dependencia de la composición de la dieta, mientras que la microbiota asociada con la mucosa parecía menos afectada por la composición de la dieta. Lo más importante es que el estudio identificó grupos bacterianos asociados con la disfunción intestinal inducida por la dieta, los que pueden utilizarse como marcadores microbianos del estado de salud intestinal en peces”, concluyeron.

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