Servicios logísticos respaldan mayores cambios de la reforma laboral

Chile: La Federación de Servicios Logísticos para la Acuicultura de Chile (Feslach), apoyó la conveniencia de una reforma laboral entendiendo la necesidad de emparejar la cancha.

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Según lo comunicado por Feslach, en octubre del año pasado celebró las modificaciones propuestas por el Gobierno y la bancada ProPyme, en orden a perfeccionar el proyecto en trámite en el Senado. “Como siempre hemos sostenido, ésta es una reforma pensada para las 12.000 grandes empresas chilenas, no para Pymes que entregamos el 72% del empleo. Así, se proponía aumentar el número de trabajadores para conformar un sindicato de los actuales 8 a 25 personas, la coexistencia de sindicato y grupos negociadores al interior de las Pyme, en fin, un conjunto de 30 indicaciones reconociendo una realidad palpable, equilibrando también la cancha para los empresarios Mipymes”, afirmó la federación.

La Feslach reclama la exclusión de las empresas medianas, añadiendo que “es absurdo que se las asimile a grandes y mega empresas. Objetamos la pretensión de cambiar la condición de las medianas empresas a grandes empresas, aplicando otro concepto del actual código laboral de tamaño de empresa en función del número de trabajadores. Lo correcto es tener un solo esquema y es el nivel de ventas actual, a cargo del SII”.

A continuación el resto de la columna de opinión redactada por Feslach:

“Nada de lo anterior prosperó. Esta reforma insiste en anclarse a nomenclaturas del siglo 18. No se hace cargo del uso creciente de la tecnología. La automatización y robotización de los procesos productivos penetrará fuertemente. Esta reforma forzará el cierre de empresas intensivas en mano de obra de baja capacitación, siendo sustituidas vía importaciones de productos alternativos.

En cuanto al reemplazo interno, se quiere inventar el círculo cuadrado: un párrafo que para el sindicato dice “no reemplazo” y para los empleadores dice “reemplazo”. Receta segura para judicializar la actividad económica. El año de la productividad 2016, campañas de imagen país para atraer inversiones, parecen un chiste.

Incomprensiblemente, se agregó la negociación interempresa para todas las empresas sin importar su tamaño o giro. ¿Cómo se pretende igualar las características de cada una y exigir a todas lo mismo en términos de beneficios? El nivel de improvisación es infinito.

La titularidad sindical que fuerza la sindicalización para poder recibir los beneficios de la negociación colectiva tiene altos visos de inconstitucionalidad, introduciendo otra fuente de conflicto. Se insiste en promover la desesperanza, esto es, alimentar resentimientos y conflictos para privilegiar posiciones ideológicas y de cúpulas.

Están liquidando las pymes. Las consecuencias permanentes para la economía, la convivencia y la calidad de vida de las personas, nos lleva a concluir que este es el mayor error en políticas públicas del actual gobierno. Lo grave es que a la autoridad política parece no importarle, aun cuando mayoritariamente sus asesores técnicos desaconsejan la versión que se discute hoy en el Congreso. Que cada senador y diputado regional y nacional sea claro y se haga responsable, para que la ciudadanía esté bien informada y opine con su voto en el futuro”.