Salmón Atlántico. Fuente: Archivo Salmonexpert.

Restricción alimenticia modifica el comportamiento agresivo en salmón Atlántico

Noruega: En un artículo recién publicado en la Journal of the World Aquaculture Society, un equipo de investigadores liderados por Hernán Cañón, demostró que al restringir la cantidad de alimento por diez días en salmón Atlántico (Salmo salar) puede generar efectos negativos a nivel productivo y social, afectando el bienestar de los peces. Los cambios sociales observados persisten, aunque se restituyan las condiciones normales.

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Se han descrito numerosos factores que afectan el bienestar de los peces de cultivo, tales como el manejo, la calidad del agua y la disponibilidad y la calidad del alimento. Un indicador de bienestar operacional común en los peces, es el daño que se puede observar en las aletas. Éste representa una lesión directa al tejido vivo que posee nociceptores, capaces de percibir el dolor a nivel local y, por tanto, causar sufrimiento. El daño de la aleta puede ser causado por la agresión directa entre los peces, puede conducir a la colonización de bacterias patógenas en el punto de la lesión y predisponer al desarrollo de enfermedades clínicamente importantes.

Según comentó el autor principal del estudio e investigador de la empresa Desert King, Dr. Hernán Cañón, la importancia de trabajar en producción acuícola bajo la mirada del bienestar animal radica en que mundialmente se le reconoce como la disciplina científica que pone los límites biológicos a las producciones animales.

“El bienestar animal es la disciplina integradora que involucra necesariamente conocimientos de diversas áreas, como fisiología y fisiopatología animal, anatomía, inmunología, endocrinología, neurociencias, ecología, conducta, psicología comparada, enfermedades infecciosas y no infecciosas, calidad y cantidad y calidad e componentes bióticos y abióticos del medioambiente, entre otros, con el fin de conocer el estado real de los animales producidos en relación a su bienestar”, comentó Cañón.

En el estudio, “Evaluating the effects of a short-term feed restriction period on the behavior and welfare of Atlantic Salmon, Salmo salar, parr using Social Network Analysis and Fin damage”, se utilizó el Análisis de Redes Sociales (ARS) para cuantificar el papel de las interacciones en el comportamiento y la frecuencia y severidad de los daños en las aletas en juveniles de salmón Atlántico sometidos a diez días de restricción de alimento.

Los peces se alimentaron con dieta Nutra Parr, de la empresa Skretting. Foto: Skretting.

Para ello, los investigadores utilizaron ocho grupos de diez individuos de 61,7 ± 6,4 g a una densidad de 10 kg/m³. Los peces se alimentaron con dieta Nutra Parr, de la empresa Skretting. El alimento fue entregado a una tasa del 1,5% del peso corporal pez/día y ajustado semanalmente de acuerdo con el aumento de peso esperado y la temperatura. Después del periodo de adaptación de diez días, se seleccionaron cuatro estanques a los cuales se les restringió la ración de alimento (FR) y cuatro estanques como grupos control (C). Durante el período de tratamiento de diez días, en los grupos FR la alimentación se limitó a un tercio de la entrega diaria calculada, en tanto, los grupos de control recibieron la ración completa de 1,5% del peso corporal.

En cuanto a los resultados, el estudio reveló que las aletas dorsales presentaban erosiones en ambos grupos, sin embargo, fue significativamente más frecuente y grave en grupos FR. Además, los peces sometidos al tratamiento FR presentaron un peso significativamente más bajo, evidenciando una mala condición corporal, en comparación con los peces del grupo control.

En relación con los análisis conductuales, el estudio demostró la formación de dos grupos de peces: iniciadores y receptores de agresión. Sólo los receptores de agresión mostraron daños en las aletas dorsales, mientras que los iniciadores no lo hicieron.

En los grupos de peces con el tratamiento FR, tanto los peces iniciadores como aquellos receptores de agresión conservaron sus funciones, incluso después de que se restablecieron las condiciones de control (alimentación completa), lo que, a juicio de los investigadores, sugiere que los períodos cortos de restricción de alimento pueden conducir a modificaciones permanentes en el comportamiento agresivo.

Cambios conductuales

A juicio del Dr. Cañón, el resultado más importante de este trabajo radica en entender que los cambios en los manejos, muchas veces involuntarios y tan cortos como la disminución de alimentación por pocos días, provocan cambios conductuales que afectan el bienestar de peces (aumenta la agresión y se forman grupos sociales específicos dentro del cardumen) que perduran incluso después de restablecer condiciones normales de producción.

“Esta situación también se vio en nuestros estudios anteriores, en condiciones de densidad altas, entrega de alimento no predecible y reducción de alimento prolongado. Así, animales que presentan conductas que permanecen en el tiempo, independiente del contexto ambiental donde estén, es lo que científicamente se señala como síndromes conductuales o personalidad en animales”, precisó el investigador.

“Este nuevo conocimiento permitirá entender situaciones de deterioro en el bienestar de los peces, explicadas por manejos que ocurrieron antes en el proceso productivo, que son posibles de detectar y remediar mediante una vigilancia continua”, añadió.

Bienestar animal en la producción en Chile

Según comentó el Dr. Cañón, en Chile existe preocupación y esfuerzos de productores para controlar y/o mejorar el bienestar de peces. “Esta preocupación ha sido principalmente impulsada por la necesidad de las empresas de certificarse bajo estándares internacionales como Global GAP, Mejores Prácticas Acuícolas (BAP), ASC, entre otras, que incluyen aspectos de bienestar animal.

A su vez, agregó que las empresas han empezado a entender el verdadero valor de aplicar conceptos de bienestar animal en la producción y ha existido un interés creciente por capacitaciones en bienestar de peces a profesionales y técnicos en diferentes empresas salmonicultoras, como también el perfeccionamiento de profesionales en cursos y tesis de post-grado en aspectos específicos de bienestar de peces (Programa de Magister en Gestión de la Acuicultura, Universidad Católica de Temuco).

Según comentó el Dr. Cañón, en Chile existe preocupación y esfuerzos de productores para controlar y/o mejorar el bienestar de peces.

“Nuestro país está suscrito a acuerdos internacionales (por ejemplo, Convenio Unión Europea - Chile) que ha gatillado el desarrollo de proyectos de investigación en bienestar de peces, reuniones y mesas científicas-técnicas por parte de la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura”, reveló el especialista, agregando que estas actividades han llevado a la incorporación de nuevas medidas de resguardo y/o protección del bienestar de peces de producción, especialmente durante el transporte y cosecha de peces (Resolución Ex. 2009, 30 junio 2014).

Recomendaciones

La recomendación inicial es realizar un seguimiento continuo de correctos manejos de producción normales. En este caso específico, se debe entender que una correcta cantidad y calidad de alimento debe ser monitoreada y ajustada continuamente para no caer en situaciones de restricción involuntaria de alimentación. Adicionalmente, se debería contra un programa de chequeo, ajuste y calibración de sistemas de alimentadores que permita asegurar que no existan situaciones de disminución de alimento (falla completa o descalibraciones). Finalmente, se hace evidente que deba existir la implementación de sistemas de aseguramiento y seguimiento del bienestar de peces en todas las fases de producción.

Desafíos para la industria

En cuanto a los principales desafíos de los productores de salmón en lo referente a bienestar animal, el Dr. Cañón aseveró que se debe tener una mirada a corto y mediano plazo.

“Los desafíos a corto plazo son la implementación de sistemas de cosecha que se adecuen a estándares mínimos. La cosecha de animales de producción requiere que exista un estrés fisiológico mínimo previo y que el método de insensibilización sea inmediato e irreversible. En relación con el primer punto, se hace necesario que los manejos previos a la cosecha sean óptimos para no producir estados desmejorados en el bienestar de los peces como, por ejemplo: ayunos óptimos de tres días y no mayores; traslados en wellboat cortos a densidades controladas y adecuadas; tiempos entre la salida del wellboat o jaula; y momento de matanza cortos.

Respecto del método de insensibilización, este debe ser inmediato y no reversible, siendo el más sugerido noqueo mecánico o shock eléctrico, y dejar fuera varios métodos utilizados actualmente. Ambos aspectos no sólo tienen un impacto directo en el animal (estrés fisiológico, aumento del anabolismo, sufrimiento), sino también productivo, ya que un inadecuado control del bienestar en esta etapa desembocara en desmejorados productos finales, poniendo en riesgo todos los esfuerzos productivos llevados a cabo durante fases de agua dulce y de mar.

En cuanto a los desafíos a mediano plazo, Cañón dijo que éstos deberían enfocarse en la implementación de sistemas de aseguramiento y seguimiento de bienestar animal. “Éstos son sistemas que verifican el estado de bienestar de acuerdo a Indicadores Operacionales de Bienestar (OWI, por su sigla en inglés) seguro y confiable durante todas las etapas de producción. Cada uno de estos indicadores siempre está asociado con situaciones o manejos, por lo cual es posible prevenir y revertir situaciones de bajo bienestar, y mejorar este estado de bienestar y la producción. Además, es posible tener un score o índice de bienestar continuo durante la producción, capaz de ser certificado bajo normas internacionales (por ejemplo, ISO) y darles un valor agregado adicional a los productos obtenidos”, finalizó el especialista en bienestar animal.