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“Vincular lo que ocurre en hospitales con el cultivo de salmones y el uso de quinolonas es antojadizo”

Dr. Ruben Avendaño-Herrera.

El Dr. Ruben Avendaño-Herrera respondió a la presentación del Dr. Felipe Cabello: “desconocer el reconocimiento que tiene Chile por entregar de manera transparente y oportuna los volúmenes de antimicrobianos utilizados desde 2005 a la fecha es ignorar un avance relevante”.

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El Dr. Felipe Cabello expuso acerca de los “Impactos en el medio ambiente y la salud humana de los antimicrobianos utilizados en la salmonicultura” en el marco del seminario organizado por Oceana Chile denominado “Salmonicultura en tensión: equilibrando ciencia, regulación y naturaleza”.

Frente a esto, quiso responder el Dr. Ruben Avendaño-Herrera, académico de la Universidad Andrés Bello, investigador del Centro Incar, miembro del grupo ad hoc Technical reference for aquatic animals -Woah y del Working Group on Aquaculture AST Methods – CLSI.

“La puesta en escena de la presentación del Dr. Cabello careció completamente de información científica reciente, recurrió a terminología obsoleta y generó confusión conceptual entre los asistentes. Como investigadores, tenemos la responsabilidad de comunicar ciencia de frontera y de manera oportuna, casi en tiempo real. En este sentido, gran parte de los estudios presentados correspondieron a trabajos previos a 2018, e incluso la mayoría de los artículos de la década del 2000, cuando las metodologías y los conceptos eran muy distintos a los actuales. Sin duda, fueron valiosos en su momento, pero hoy no basta con comparar géneros bacterianos como Pseudomonas spp., Rhodococcus spp. u otros con Escherichia coli. Actualmente, sabemos que es imprescindible llegar al nivel taxonómico más específico —la especie—, conocer su genoma, evaluar expresión génica y manejar un conjunto mucho más amplio de información”, indicó Avendaño-Herrera.

Conceptualmente, señaló, “hubo demasiadas omisiones y errores que socavan la labor de años dedicada a educar a la población. Un ejemplo claro es la afirmación del Dr. Cabello de que el Programa de Antimicrobianos del Instituto de Fomento Pesquero identifica un alto porcentaje de “resistencia en la población de Piscirickettsia salmonis a florfenicol y tetraciclina”. Esta interpretación desconoce —y confunde— los términos “resistencia” y “non-wild-type” o “no silvestre”, que representan conceptos profundamente distintos tanto en forma como en fondo. Incluso pasa por alto que en Chile no se utiliza tetraciclina en el tratamiento de peces”.

“Afirmar que existe falta de transparencia en los datos de uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena entre 1998 y 2005 es comprensible: en aquel período no se llevaba un registro sistemático. Sin embargo, desconocer el lugar y reconocimiento que tiene Chile por entregar de manera transparente y oportuna los volúmenes de antimicrobianos utilizados desde 2005 a la fecha es ignorar un avance relevante, uno que sólo comparten alrededor de 30 de los 180 países miembros de la OMSA. Justamente esta transparencia es la que nos impulsa a hacer esfuerzos por reducir las 351 toneladas utilizadas en 2024. Me pregunto por qué no existe el mismo interés en investigar los valores de antibióticos empleados en otros países o en industrias no acuícolas”.

La presentación mostró, además a su juicio, “información tergiversada y conclusiones mal intencionadas basadas en datos sacados de contexto, gráficas sin fuente, material sin revisión por pares o provenientes de tesis o hipótesis personales sustentadas en una única ideología que, lejos de contribuir, obstaculiza el avance”.

“Todos fuimos testigos de una insistente necesidad de repetir una y otra vez la palabra “resistencia”, como si ello, por sí solo, contribuyera a mejorar las prácticas del país, prácticas que el Dr. Cabello evidentemente desconoce. Ese desconocimiento quedó en evidencia cuando afirmó no saber cómo se alimenta a los peces ni cómo opera la industria. Resulta llamativo que nunca haya estado en una jaula de cultivo, ni observado directamente los procesos de alimentación, ni aislado Piscirickettsia salmonis o cultivado la bacteria. De haberlo hecho, podría constatar lo difícil que es recuperarla incluso a partir de peces sintomáticos, como para sostener que forma parte de la microbiota normal de los peces”, manifestó el investigador de la UNAB.

Para investigar, apuntó, “es esencial conocer el entorno, el sistema y todos los elementos posibles relacionados con el objeto de estudio; esta es una premisa fundamental de la buena ciencia. De lo contrario, se generan conclusiones erróneas y se contribuye a la desinformación”.

Finalmente, expresó el integrante del Centro Incar, “intentar vincular lo que ocurre en los hospitales del país con el cultivo de salmones y el uso de quinolonas resulta, al menos, antojadizo y carece de rigurosidad científica. La presencia de genes de resistencia en los microorganismos es un fenómeno natural, tal como ha sido demostrado incluso en ambientes donde no existe uso de antibióticos, como ocurre en zonas antárticas. Surge entonces la interrogante de cómo podría asociarse la resistencia clínica observada en pacientes de hospitales en Arica, Antofagasta, el Maule, Santiago, entre otros, con el uso de antimicrobianos en regiones patagónicas donde se desarrolla la salmonicultura. Conectar ambos escenarios parece, por decir lo menos, improbable”.

En este contexto, “debemos confiar en las normativas vigentes, las cuales no sólo garantizan que la carne del salmón de cultivo cumple con estrictos controles de Límites Máximos de Residuos (LMR) de antibióticos, sino también con estándares de inocuidad. Por ello, puedo afirmar que las personas pueden seguir consumiendo sushi y salmón chileno en todas sus formas, siempre que sea adquirido en establecimientos formales que cumplan con la regulación correspondiente”.

A su entender, el principal problema científico que no se abordó en la presentación del Dr. Cabello es el siguiente: “¿de qué manera podemos colaborar y articular esfuerzos para reducir el uso de florfenicol? Este compuesto es muy distinto del cloranfenicol —aun cuando el expositor los presentó como sinónimos— y, además, su uso es exclusivamente médico veterinario. Del mismo modo, es relevante preguntarse cómo evitar generar alarma en la población respecto del uso de quinolonas, un grupo de antibióticos que no se emplea en el tratamiento del salmón chileno desde hace más de una década, o cómo impedir que se confunda oxitetraciclina con tetraciclina”.

En lo personal, dijo el Dr. Ruben Avendaño-Herrera, “considero un retroceso haber presenciado la presentación del Dr. Cabello; sin embargo, entiendo que como científicos tenemos la responsabilidad de informarnos y participar en todos los espacios, sin excluirnos. Sólo así podemos identificar qué debemos mejorar para asegurar que la información sea fidedigna y oportuna, además de generar ideas para nuevas investigaciones que permitan desmontar mitos como los que se mencionaron en el seminario”.