Las acciones de Salmones Aysén para disminuir el uso de antibióticos

David Garrido, médico veterinario y gerente Técnico.

Chile: “Hace 10 años nuestro uso promedio rondaba los 500 grs/ton y hoy estamos bajo los 50 gr/ton", afirmó el gerente Técnico de la empresa, David Garrido, sobre su utilización de antibióticos.

A fines de julio, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) publicó el informe sobre uso de antimicrobianos en la salmonicultura nacional con datos correspondientes al año 2022. A nivel general, el documento da a conocer que la industria utilizó un total de 341,5 toneladas de estos fármacos, un 26% menos las cantidades administradas durante el 2021.

Dentro de los datos nuevos que este año incorporó el informe fue el uso de antimicrobianos por ciclo productivo cerrado, donde se entregó información por especie, región, empresa, y por empresa y especie. 

Es así que, según detalla este informe, el Indicador de Consumo de Antimicrobianos (ICA) presentó una disminución importante del 31,9%, pasando de 470 gramos por tonelada en 2021 a 320 gramos por tonelada el año pasado, siendo este valor el más bajo desde el año 2011.

Una de las empresas que evidenció uno de los menores ICA fue Salmones Aysén con 56,43 grs/ton, en un total de 15 ciclos cerrados.

En conversación con Salmonexpert, David Garrido, médico veterinario y gerente Técnico de Salmones Aysén, destacó que la compañía ha recorrido un camino de reducción en el uso de antimicrobianos en el largo plazo. “Hace 10 años nuestro uso promedio rondaba los 500 grs/ton y hoy estamos bajo los 50 gr/ton. Tenemos como objetivo buscar una buena condición sanitaria y mantenernos en rangos de uso como los reportados los últimos años”.

En cuanto a las medidas que ha adoptado la salmonicultora para disminuir el uso de antibióticos en el proceso productivo, el profesional recalcó que llevan 9 años con una política sanitaria estricta que busca utilizar las mejores vacunas disponibles en el mercado junto a dietas que potencian la robustez del pez y una vigilancia adecuada, respaldada por un equipo de salud y producción muy comprometido con el control sanitario de los peces.

“En general Salmones Aysén viene trabajando hace un tiempo largo en un plan de reducción de uso de antimicrobianos y hemos mostrado una disminución mayor al 50% en los últimos 8 años. Lo anterior nos exige al menos mantener nuestros niveles actuales que son bajos para el promedio nacional e idealmente disminuirlos, resguardando el bienestar animal y sanitario de nuestros salmones”, precisó Garrido.

Especie cultivada

La salmonicultora es una importante productora de salmón coho, que, a juicio de su gerente técnico, es una especie que ha mostrado un comportamiento más robusto frente al SRS en comparación con el salmón Atlántico. “Lo anterior podría indicar que los problemas son menores. Sin embargo, tenemos problemas con otras patologías como BKD y la ictericia o síndrome ictérico, que es la enfermedad de mayor incidencia en el coho y la que genera pérdidas mayores en alimentación, crecimiento y cuando se presenta de forma más agresiva, también puede afectar las defensas del pez, lo que abre una puerta de entrada a patologías que requieren ser tratadas con antimicrobianos. Por esto es muy importante contar con herramientas de vigilancia y control que sean adecuadas”, explicó el profesional.

De acuerdo con lo comentado por el médico veterinario, la principal patología que tratan actualmente es el BKD (renibacterium salmoninarum), proveniente de agua dulce, “que se evita mediante screening en los reproductores y para la cual hasta hace algún tiempo solo contábamos con una vacuna, que por lo general no se utilizaba de forma masiva. Sin embargo, hoy contamos con un plan sanitario enfocado en esta patología y esperamos lograr reducir los tratamientos para esta enfermedad en el tiempo”.

Para Garrido, la sostenibilidad considera el uso responsable de los antimicrobianos y también dentro del plan de sostenibilidad de Salmones Aysén se considera el uso responsable de antimicrobianos. “Esto significa utilizar los tratamientos cuando es necesario, ya que cuando un animal se encuentra enfermo corresponde que lo tratemos pensando en su bienestar. Consideramos que la reducción debe ir de la mano de un buen uso de los antimicrobianos, asociado también a una estrategia de alimentación robusta y otros aspectos que conversan con nuestro plan de sostenibilidad a largo plazo”.