Columna de Opinión

Debemos poner el foco en las Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA)

Claudia Torrijos.

Chile: La Bióloga Marina Claudia Torrijos señala que es crucial involucrar la ciencia y tomar decisiones informadas sobre el uso responsable de los espacios marinos disponibles para la salmonicultura.

*Columna de opinión para Salmonexpert Claudia Torrijos Kneer, Bióloga Marina y miembro del directorio del Instituto de Fomento Pesquero, Ifop.

Tras las masivas movilizaciones de trabajadoras y trabajadores de la industria salmonicultora, donde cientos de mujeres y hombres interpretaron como un gran riesgo de pérdida de empleos y el cierre de centros de cultivo en base a uno de los artículos de la ley que crea Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP).

Hablamos del artículo 158, que busca prohibir el futuro otorgamiento de nuevas concesiones acuícolas en áreas protegidas del país, donde es importante detenernos en la errónea interpretación por parte del gremio, el que instaló la idea de que se eliminarán centros de cultivo y se perderán empleos, lo cual no solo es desacertado, sino que quita el mérito a un importante ítem: las Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA).

La promulgación de la ley SBAP es un paso positivo para nuestro país, ya que demuestra nuestro compromiso con la conservación de la biodiversidad, impulsa un manejo más efectivo de las áreas protegidas, fomenta el turismo sostenible, apoya la investigación científica y promueve la participación ciudadana y la educación ambiental.

El temor de los trabajadores respecto de la pérdida de empleos es un factor de atención permanente para ellos, ya sea por una crisis sanitaria o ambiental, donde la industria ha transitado (varias veces) por momentos en los que sí ha necesitado eliminar empleos y cerrar centros de cultivo. Por lo tanto, es muy importante considerar el sentir de las personas que se desempeñan laboralmente en esta industria.

Afortunadamente, podemos asegurar que la puesta en vigencia de esta ley no generará el cierre de los centros que actualmente operan sectores de la costa que estarán bajo administración del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Es importante destacar que actualmente sólo el 30% de las concesiones de cultivo de salmones se encuentran en áreas protegidas y no el 60% como se ha informado erróneamente. Además, la mayoría de estas concesiones se concentran en las regiones de Aysén y Magallanes, reduciéndose a la mitad la magnitud del problema.

En lugar de enfocarse en la actual controversia, la industria salmonicultora debería dedicar su atención a la gestión a largo plazo de las Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA). Es crucial involucrar la ciencia y tomar decisiones informadas sobre el uso responsable de los espacios marinos disponibles para el desarrollo de la industria. Gracias a los esfuerzos conjuntos de instituciones públicas, universidades y la industria, se ha logrado mejorar el acceso y la integración de la información oceanográfica.

El avance tecnológico, los requisitos de los mercados internacionales y los desarrollos en las ciencias del mar nos brindan una gran oportunidad para tomar decisiones basadas en la ciencia y orientar la estrategia de desarrollo de la industria salmonicultora chilena en los próximos 50 años.

Es hora de abrir una discusión fundamentada en la ciencia y exigir la toma de las mejores decisiones para garantizar una acuicultura sustentable en las AAA. Con la promulgación de la ley, podemos lograr un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de la industria acuícola en nuestro país.

Es fundamental enfrentar los desafíos que el cambio climático generará en la industria salmonicultora. Sabemos que los eventos catastróficos como las Floraciones Algales Nocivas (FAN) del 2016 serán cada vez más frecuentes e intensos. Por lo tanto, es crucial contar con la ciencia como recurso y que los actores públicos y privados actúen de manera realista, asumiendo los riesgos y generando planes de contingencia para eventos como fugas masivas, mortandades masivas y enfermedades.