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MSC alerta sobre crisis de certificación de la harina y aceite de pescado

En el evento organizado por Aker Qrill Aqua durante Aqua Nor, la ONG habló sobre disputas entre estados costeros y la pesca ilegal, que amenazan el suministro sostenible de ingredientes clave para la acuicultura.

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El Marine Stewardship Council (MSC) en una charla organizada en la ciudad de Trondheim, Noruega, por la empresa Aker Qrill Aqua durante AquaNor, encendió las alarmas sobre el futuro de la harina y el aceite de pescado, insumos esenciales para la acuicultura mundial.

En la exposición titulada “Certified complexity: Exploring sustainability standards and supply chains in aquafeed“, Janicke Eckhoff, Outreach Manager, North Atlantic en MSC y Christine Lyngsgård Larsen, directora de Adquisiciones y Sostenibilidad en Salmon Group, expusieron sobre la situación actual de abastecimiento mediante pesca pelágica para la acuicultura.

“Aunque existen más de 48.000 certificados activos que garantizan un origen legal, trazable y sostenible, los riesgos de corrupción, pesca ilegal y abusos laborales siguen presentes en una cadena de suministro cada vez más compleja”, expresó Janicke Eckhoff.

Janicke Eckhoff, Outreach Manager, North Atlantic en MSC.
Christine Lyngsgård Larsen, directora de Adquisiciones y Sostenibilidad en Salmon Group.

Según señala Janicke, en la actualidad la mayor preocupación está en el Atlántico Norte, donde tres poblaciones de peces pelágicos perdieron su certificación debido a la falta de acuerdos de cuotas entre países como la UE, Noruega, Islandia, Reino Unido, Rusia y Groenlandia. Sólo en cuatro de los últimos 25 años se alcanzaron consensos, un vacío que ahora amenaza con dejar sin respaldo sostenible a una parte crucial del abastecimiento.

Mientras que Christine, señaló al respecto que “el impacto es doble: si no hay solución, empresas deberán importar harina de pescado desde otras regiones, mientras la producción local podría destinarse a mercados con menores exigencias ambientales". 

En este escenario, se estima que hasta el 30% de la pesca mundial es ilegal, lo que aumenta la presión sobre los océanos y los riesgos para la seguridad alimentaria.

El MSC reconoce que la certificación no es una garantía absoluta, pero la defiende como el instrumento más eficaz para nivelar estándares globales, exigir responsabilidad y proteger tanto los ecosistemas como a las comunidades costeras. En paralelo, trabaja en proyectos piloto con blockchain para reforzar la trazabilidad y reducir las grietas en la cadena de custodia.

“La certificación es importante, la acuicultura continuará, y dependemos de ingredientes marinos para poder crecer. Pero no podemos crecer si vaciamos océano”, advirtió la representante de MSC. El llamado es directo: sin pesquerías responsables y cooperación internacional, la sostenibilidad del sector podría estar en riesgo".

Para finalizar, ambas acordaron que los desafíos a los que nos enfrentamos es que los países no tratan los océanos de la misma manera. Algunos imponen normas estrictas, como en Noruega, y otros miran hacia otro lado. Eso significa que el terreno de juego no está nivelado. La acuicultura opera bajo requisitos muy estrictos, recalcaron.