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Según principal crítico del sector, “industria salmonicultora debe desaparecer”

Chile: Héctor Kol, uno de los profesionales más críticos ante la actividad de la industria salmonicultora en Chile, desmintió la reciente publicación de El Llanquihue, donde aseguran que se tituló de cirujano dentista, e insistió en que la industria salmonicultora debe desparecer del mundo.

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Ante la difícil situación que se vive en el sur de Chile, causada por la expansión de Floraciones de Algas Nocivas (FANs), Héctor Kol, culpó a la industria salmonicultora como responsables de este evento.

Durante la jornada del lunes 16 de mayo, presentó su conferencia “La Agonía 2.0 (IV Parte):  Hacia la Erradicación de un Mito”, donde destacó entre sus conclusiones que, “debido a la sobrecarga de nutrientes en el mar, la industria generó las condiciones propicias para afloramientos algales masivos”.

Kol afirmó que “es muy distinto decir que fueron los salmones podridos los que iniciaron la marea roja, que decir que son las operaciones de las empresas salmonicultoras y sus centros de cultivo las causantes de este evento, puesto que esta segunda tesis encierra en sí misma la primera medida para solucionar el desarrollo y expansión del evento: detener las operaciones acuícolas, para detener flujo de nutrientes, que es el verdadero origen y sostenedor de la proliferación de Alexandrium catenella”.

Además, acusó a las autoridades, como el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), la Armada de Chile y el Congreso, de permitir el desarrollo de una industria que, a su parecer, no puede ser sustentable y no ha impulsado el desarrollo social en la región.

En tanto, durante la jornada del domingo 15 de mayo, el diario El Llanquihue, publicó un documento donde se afirma que el profesional no es biólogo marino, tal como se ha afirmado en varios medios de comunicación, si no que cirujano dentista. Y que, además, su nombre es sólo un seudónimo.

En conversación con Salmonexpert, Kol respondió a los principales cuestionamientos sobre su profesión y entregó su tajante visión acerca del futuro de la industria.

¿Cuál es su profesión?

Yo no soy cirujano dentista. Lo que publicó El Llanquihue fue un extracto de lo que fue la investigación del año 2009, previa al montaje en el que me vi involucrado, respecto del incendio en las oficinas de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (Salmonchile).

Yo no soy biólogo marino, soy Licenciado en Ciencias con mención en Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.

¿Su verdadero nombre es Hernán Raimundo Espinoza Zapatel, tal como lo afirmó El Llanquihue?

Así es. Héctor Kol es mi seudónimo, creado por una dirigente de Derechos Humanos en el año 1997, cuando se equivocó al presentarme en una reunión por el caso Pinochet en Londres. Es más corto que mi nombre y me acomoda.

¿Cuál es su mensaje para la industria salmonicultora?

Que se vayan. Este es el strike dos, el primero fue durante el virus ISA, que fue un décimo de lo que pasó ahora. Ahora lo que tenemos es un mar envenenado, situación que, según mis tesis, fue causada por la industria salmonicultora.

Las otras tesis atribuyen la marea roja al fenómeno de El Niño. Lo que falta es un estudio central sobre los sistemas de capacidad de carga, no los han hecho, y la ley mandata que los hagan. En los últimos cinco años, han aumentado quince veces su producción al margen de la ley. El problema central no es ambiental, es un problema de corrupción dentro del aparto del Estado y del tráfico de influencias. La industria no ha sido capaz de demostrar que es sustentable porque no lo es.

Revise la presentación completa de Héctor Kol.

Revise el informe de la Fundación Pumalín sobre el estado sanitario de la industria salmonicultora, en el que participó Héctor Kol.