
Residuos de salmonicultoras valen millones
No debería ser noticia para los acuicultores canadienses que algunas especies de algas y moluscos crecen bien en las inmediaciones de centros de cultivo. En New Brunswick, la empresa salmonicultora Cooke Aquaculture está produciendo algas y mejillones cerca de algunas de sus jaulas de salmón. La localidad es una de las diez provincias de Canadá y la única en poseer como lenguas oficiales, el inglés y el francés.
Los nutrientes que provienen de un centro común de cultivo de salmón contienen nitrógeno y fósforo, los ingredientes principales en muchas formulas de fertilizantes. Según algunas estimaciones, alrededor del 27% del alimento entregado a los salmones termina siendo secretado en una forma u otra, y con un mercado mundial anual cercano a las 14 millones de toneladas de plantas acuáticas, hay claras oportunidades para los acuicultores de cosecharlas, con pequeños costos extra.
Los investigadores de Sintef en Noruega han gestionado con éxito durante todo el año el cultivo artificial de esporofitos de algas pardas (plantas jóvenes), y concluyeron que estos nutrientes, provenientes de desechos de salmón de cultivo pueden alimentar a esta relativamente nueva (IMTA) industria marina.
Los residuos de la producción de salmón están siendo actualmente descargados en aguas costeras de Noruega y los investigadores dicen que éste es un recurso con un valor de NOK 6.000 millones (US$ 1.059,4 millones) cada año, que debe ser explotado para una nueva producción biológica.
En 2009, los centros de cultivo noruegos produjeron más de un millón de toneladas de salmón y trucha; utilizando cerca de 1,2 millones de toneladas de alimento de alta calidad. Sin embargo, una gran cantidad del alimento entregado termina en el agua, en la forma de productos respiratorios, heces y alimento no consumido. Esto significa que una porción importante de la alimentación de la industria es en realidad desperdiciada en la fertilización del océano con nutrientes orgánicos e inorgánicos.
Los investigadores que llevan a cabo estos experimentos en Sintef, han documentado un buen crecimiento de las algas cultivadas cerca de instalaciones de cultivo de peces. El cultivo del mejillón en condiciones similares también se muestra prometedor y las algas pueden reunir grandes cantidades del fósforo y nitrógeno inorgánico descargado por los centros de cultivo.
"El desarrollo en esta área necesita ser impulsado por participantes en bioenergía y producción de alimentos", afirma el Dr. Kjell Inge Reitan, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. "Yo no creo que la industria del salmón se involucre en el cultivo de algas marinas comercialmente en un futuro próximo, a pesar de que la producción integrada daría a la industria un perfil más verde y mejoraría la sustentabilidad."