¿Qué factores influyen en las decisiones de densidad para cultivo de salmón?

Chile: Científicos chilenos evaluaron las variables que influyen en la decisión de los salmonicultores de acogerse o no al porcentaje de reducción de siembra, denominada PRS. 

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Actualmente, existen dos alternativas para determinar el número máximo de peces a sembrar, la cual corresponde a la densidad de cultivo y el porcentaje de reducción de siembra (PRS), y donde la autoridad es quien determina finalmente la densidad máxima final de cosecha y el número de smolts a ingresar al centro. 

Pero, ¿de qué depende la decisión de los salmonicultores de elegir una de estas dos alternativas? Un nuevo estudio realizado por investigadores chilenos de la Universidad de Concepción, el Centro Incar y la Universidad Andrés Bello, abordó justamente esta interrogante.

Específicamente, los expertos se enfocaron en analizar los factores que inciden en la decisión de una empresa para acogerse o no al PRS, al estudiar las características de distintos centros de cultivo a lo largo del tiempo, entre los años 2017 y 2019.

Entre sus resultados, los científicos descubrieron que si la especie sembrada en el ciclo anterior era salmón Atlántico, la probabilidad de sembrar mediante PRS aumenta en un 36,6%.

Por otro lado, una calificación ambiental alta y media (determinada en función de la mortalidad, el uso de antibióticos y productos farmacológicos durante el ciclo productivo anterior) tiene un efecto negativo. Al mismo tiempo, una calificación más baja impacta positivamente en la elección del PRS.

“Una puntuación de bioseguridad alta y una puntuación de bioseguridad media impactan negativamente la elección del PRS en un 34,8% y un 22,8%, respectivamente. Este resultado era de esperar, pues, según la normativa vigente, una clasificación de bioseguridad alta, indica que en conjunto sus variables de INFA, las pérdidas y la proyección de siembra obtienen un puntaje mayor a 90 puntos, lo cual le otorga la posibilidad de una densidad máxima de cultivo de 17 kg/m³, mientras que, en el caso de salmón coho y trucha es de 12 kg/m³”, explicaron los investigadores.

Por otro lado, los resultados muestran que un nivel de bioseguridad medio (entre 80 y 90 puntos), es decir, densidades de cultivo de 15 kg/m³ para salmón Atlántico y de 11 kg/m³ para trucha arcoíris y salmón coho, hará que los titulares no opten por el PRS.

“Lo contrario ocurre cuando se obtiene una puntuación baja (menos de 80 puntos) porque si el titular opta por no sembrar por PRS, las densidades de siembra de salmón Atlántico rondarían entre 4 y 13 kg/m3. La siembra en estas densidades finales no es económicamente viable ya que implicaría mantener el mismo número de peces proyectados a la entrada y distribuirlos en un número mayor de jaulas”, agregaron los autores.

Cualquiera que sea la selección siembra, los científicos plantean que obtener una clasificación de bioseguridad deficiente no necesariamente debe interpretarse como una sanción, “debido a que el titular de la concesión simplemente tiene la opción de elegir el otro método, lo que consideraría que la política de la autoridad reguladora carecería de sentido desde esta perspectiva”.

Lea el abstract del estudio titulado “What drives stocking density decisions in the Chilean salmon industry? A retrospective analysis of stocking regulations”, aquí.