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“Conocer los ingredientes es clave para nutrir mejor al salmón”

Dr. Jurij Wacik.

Nutrición, ingredientes y calidad del producto final fueron los ejes de la conversación con el Dr. Jurij Wacik, quien profundizó en por qué no existe una fórmula única para alimentar salmones.

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Hablar de nutrición en salmonicultura es mucho más que referirse al alimento que reciben los peces, y ese fue precisamente el punto de partida del noveno capítulo de Sin Escamas, que se emitirá el próximo 29 de diciembre. En esta edición, el podcast abordó cómo la nutrición se ha convertido en una herramienta estratégica para la eficiencia productiva, la salud de los peces y la calidad del producto final, a partir de una conversación en profundidad con el Dr. Jurij Wacik, director del Laboratorio de Nutrición Animal (LABNA) de la Universidad de Chile y director académico del Centro de Investigación e Innovación en Acuicultura (CRIA).

Desde el inicio de la conversación, el investigador puso énfasis en diferenciar dos conceptos que suelen confundirse en la industria: alimentar y nutrir. “Cuando uno habla de nutrición, habla de nutrientes propiamente tal, de las cantidades y de los formatos que van a influir en la capacidad del pez de absorberlos. La alimentación, en cambio, tiene que ver con cómo esos nutrientes se entregan”, explicó, subrayando que ambos procesos son complementarios, pero responden a lógicas distintas que inciden directamente en la eficiencia productiva.

En esa línea, Wacik advirtió que no existen requerimientos nutricionales universales, aun cuando se trate de especies cercanas como los salmónidos. “Los niveles de cada nutriente varían según la especie y también según la etapa productiva en la que se encuentra el individuo”, señaló, agregando que factores como la genética, el ambiente y las condiciones específicas de cultivo obligan a realizar ajustes finos sobre las bases nutricionales disponibles, las cuales históricamente se han construido con foco en crecimiento.

Asimismo, el académico abordó la evolución de las formulaciones de alimento, destacando que el tránsito desde dietas altamente dependientes de ingredientes marinos hacia alternativas vegetales y no convencionales ha sido un proceso gradual y profundamente técnico. En ese contexto, recalcó que uno de los principios rectores de la nutrición moderna es “conocer tu ingrediente”, entendiendo su origen, composición, digestibilidad y posibles efectos fisiológicos antes de incorporarlo a una dieta.

Al profundizar en este proceso, Wacik explicó cómo ingredientes como la soya “pavimentaron el camino” para el desarrollo de otras fuentes alternativas, permitiendo establecer metodologías de evaluación hoy ampliamente utilizadas. A ello se suman nuevas opciones como harinas de insectos, biomasa microbiana y subproductos industriales, los que, según precisó, también requieren un manejo riguroso. “El insecto también necesita una dieta; no es simplemente darle sobras, sino entender el ciclo completo y cómo se empaquetan los nutrientes”, puntualizó.

Otro aspecto clave abordado fue la relación directa entre la nutrición del pez y la calidad del filete que llega al consumidor. Según explicó, una vez cubiertos los requerimientos de crecimiento, el foco se traslada a la retención y depósito de nutrientes. “La ruta de la dieta es una sola: el pez tiene que comer, digerir, absorber y depositar. Si eso no ocurre bien, hay menos EPA, menos DHA y menos salud empaquetada en ese filete”, afirmó, destacando además el rol de antioxidantes como la astaxantina en la calidad y estabilidad del producto final.

Consultado sobre la posibilidad de una formulación ideal, el director académico de CRIA fue enfático en descartar esa noción. “No existe una receta única”, señaló, explicando que los nutrientes son multifuncionales y que su efectividad depende del contexto productivo. En ese sentido, planteó que el desafío actual es avanzar hacia dietas dinámicas, capaces de adaptarse a distintas etapas, condiciones ambientales y objetivos productivos, entendiendo que “hay una mezcla para cada situación”.

Hacia el cierre, Wacik proyectó una nutrición del salmón cada vez más precisa y apoyada en nuevas tecnologías, como el análisis avanzado de datos y la inteligencia artificial. Si bien sostuvo que los principios básicos seguirán vigentes, enfatizó que la diferencia estará en la eficiencia con que se aplican. “Cada vez vamos a entender mejor los procesos y eso nos va a permitir ser más eficientes y sustentables”, concluyó, remarcando la importancia de fortalecer el diálogo entre academia, industria y Estado para enfrentar los desafíos futuros de la salmonicultura.