“En genética de salmones el ambiente lo es todo”
En el séptimo capítulo del podcast "Sin Escamas", el subgerente de Agua Dulce de Salmones Camanchaca, profundizó en el rol de la genética en el crecimiento, sanidad y eficiencia productiva.
En su séptimo episodio de la tercera temporada, el podcast “Sin Escamas” de Salmonexpert se adentra en una de las áreas más estratégicas para el futuro de la acuicultura: la genética aplicada a la producción de salmón. Desde las oficinas de Salmones Camanchaca en Puerto Montt, Carlos Soto, subgerente de Agua Dulce de la compañía, profundizó en cómo la selección genética, la investigación y las nuevas tecnologías están transformando los procesos productivos desde el agua dulce hasta la cosecha, con una mirada integral y colaborativa.
En la conversación, el profesional explicó que la genética desempeña un rol fundamental en cualquier sistema productivo animal, y que en la salmonicultura su contribución es clave para optimizar rasgos de valor económico y sanitario. “La genética es una contribución más dentro de la compañía, que se suma al trabajo del área de alimentación, cultivo y operaciones; todos vamos por los mismos objetivos comunes”, sostuvo. Aclaró además que el concepto de mejora genética no implica modificación genética, sino que se basa en la selección de individuos con características deseables mediante modelos de población, precisando que “en Chile recién estamos en los primeros pasos en materia de selección y genómica, pero la edición genética ya asoma como un campo con enorme potencial”.
Asimismo, el subgerente de Agua Dulce destacó los avances alcanzados por Salmones Camanchaca desde el año 2006, cuando comenzaron su programa interno de mejoramiento genético. “Fue un aprendizaje importante: internalizamos el proceso porque necesitábamos conocer y manejar nuestra propia información”, recordó Soto. Este trabajo, desarrollado junto al Laboratorio de la Universidad Católica de Valparaíso, les ha permitido correlacionar rasgos como el crecimiento, rendimiento y calidad del filete, considerando el entorno en que se cultiva cada pez. “La genética no es una bala de plata, está muy determinada por los ambientes donde se desarrolla el cultivo”, enfatizó, destacando que evaluar los peces en los mismos lugares donde se crían genera resultados más representativos.
En cuanto a los resultados del programa, Soto expuso que las evaluaciones muestran ganancias genéticas de entre 6% y 8% por generación, dependiendo del rasgo. Aunque insistió en que el ambiente influye de manera decisiva en los resultados, subrayó que los avances son tangibles: “Hemos logrado reducir los ciclos de cultivo desde 16 a 11 meses en condiciones óptimas, gracias al trabajo conjunto de la genética, la alimentación y el manejo”. Añadió que los esfuerzos actuales también apuntan a mejorar la resistencia a enfermedades como la piscirickettsiosis (SRS) y el Caligus, mediante estudios en estrés e hipoxia, y a través de proyectos de hibridación de cepas, lo que —según señaló— “ha arrojado resultados prometedores al ampliar la variabilidad genética y fortalecer la respuesta inmune de los peces”.
En la entrevista, el ejecutivo igualmente abordó las diferencias entre las especies de salmón y los desafíos que implica la gestión genética diferenciada entre el salmón del Atlántico y el salmón coho. “El coho crece rápido y ha desarrollado resiliencia natural frente al Caligus, mientras que el Salar presenta una variabilidad genética amplia que permite trabajar rasgos económicos de interés”. Sin embargo, advirtió que las iniciativas para transferir genes resistentes de una especie a otra plantean complejos dilemas regulatorios y éticos. “Hay una delgada línea entre un organismo genéticamente modificado y uno editado; por eso es clave definir conceptos y legislar con base científica”.
Soto también relató cómo la genética se articula con otras áreas productivas, destacando la importancia de medir correctamente los rasgos para obtener resultados confiables. Como ejemplo, recordó el desarrollo pionero de tecnologías de análisis de color mediante imágenes, que permitió cuantificar con precisión la pigmentación del filete y detectar variabilidad entre familias. “De esa necesidad surgió una innovación tecnológica que hoy se utiliza en toda la industria”, dijo. Este tipo de colaboraciones, sumadas a las alianzas con universidades y casas genéticas, han permitido que Camanchaca alcance estándares internacionales en genética de precisión.
Finalmente, el subgerente proyectó que los próximos años estarán marcados por la genética de precisión y la selección de peces para ambientes específicos, tanto en mar como en sistemas controlados. “Vamos hacia una genética adaptada a cada entorno; en un ambiente puedo necesitar un pez más robusto y en otro, uno más resistente o de crecimiento rápido”, explicó. En ese sentido, destacó el trabajo conjunto con AquaGen y la relevancia de mantener evaluaciones continuas ante los efectos del cambio climático. “En genética de salmones el ambiente lo es todo; debemos mantener peces desafiados cada año para adaptarnos a los cambios y mejorar constantemente.
La entrevista en extenso podrá ser escuchada y vista a través de nuestras plataformas de Spotify y Apple Podcasts y en nuestro canal de YouTube.