Experimento de BioMar: Descubren cómo controlar contenido de contaminantes del salmón

La prueba a gran escala se llevó a cabo bajo los auspicios de Biomar y en las instalaciones marinas de LetSea en Helgeland.

Noruega: Un estudio a gran escala, realizado por expertos de BioMar, concluyó que el aceite de microalgas puede contribuir a reducir significativamente el contenido de toxinas ambientales en los peces.

Las dioxinas y los bifenilos policlorados (PCB) son sustancias químicas tóxicas que persisten en el medio ambiente y se acumulan en la cadena alimentaria de los animales, incluido el salmón.

En un experimento a gran escala realizado por expertos de BioMar en Noruega, y publicado en el medio asociado a Salmonexpert, Norsk Fiskeoppdrett, alimentaron a salmones durante todo el ciclo producto con microalgas marinas, ya que se ha demostrado que estas fuentes de omega 3 también pueden contribuir a reducir significativamente el contenido de toxinas ambientales en los peces.

Los resultados mostraron que los parámetros económicamente importantes como la tasa de crecimiento, la utilización del alimento, la supervivencia y la calidad del filete no se vieron afectados negativamente.

“Teniendo como telón de fondo los bajos rendimientos del aceite de pescado proveniente de la industria pesquera de Perú, son absolutamente necesarias nuevas fuentes para satisfacer las necesidades actuales y futuras de omega-3 en los alimentos comerciales para peces”, describen los autores del artículo.

Además, señalan que el acceso a los ácidos grasos omega-3 de cadena larga ha sido durante mucho tiempo uno de los mayores obstáculos para un mayor crecimiento y desarrollo de la industria del salmón.

También agregan que el aceite de pescado contiene contaminantes marinos como dioxinas y PCB, un hecho que sale a la luz cuando algunos hablan negativamente sobre el consumo de pescado graso. Más recientemente, un grupo de científicos realizó advertencias respecto del consumo de pescado graso en los niños.

“El origen de estos contaminantes son esencialmente las emisiones y residuos de la industria química y del plástico en Europa en el siglo XX. Estas sustancias tienen un largo tiempo de descomposición y se acumulan en la cadena alimentaria marina. El aceite de pescado utilizado en la alimentación de peces está purificado, pero el efecto de purificación puede ser variable y la concentración inicial diferente según la especie de pez y el nivel trófico”, explican los autores del artículo de BioMar en el publicado en Norsk Fiskeoppdrett.

“La producción controlada en un sistema de fermentación cerrado hace que las microalgas no contengan estos contaminantes marinos. Por otro lado, el aceite de pescado es una materia prima más completa en términos de contenido de nutrientes que las microalgas, pero puede complementarse y equilibrarse fácilmente en la formulación cuando sea necesario”, concluyen.

Revise el artículo titulado “Documentación a gran escala; Microalgas como fuente de omega-3 de cadena larga”, aquí (en noruego).