Seguridad, inclusión y eficiencia: el impacto de los exoesqueletos en la salmonicultura

La innovación de Andes Levers busca revolucionar la seguridad laboral en la salmonicultura, con equipos que alivian cargas físicas, y aportan beneficios económicos y sociales a las empresas.
En un escenario donde la seguridad laboral se ha transformado en un eje estratégico para las empresas, Andes Levers Chile se ha posicionado como una compañía pionera en introducir exoesqueletos y dispositivos tecnológicos orientados a reducir riesgos en las faenas más exigentes.
Bajo el liderazgo de Renato Sepúlveda, la firma lleva cinco años dedicándose a la integración de soluciones internacionales de clase mundial que, poco a poco, comienzan a encontrar un espacio en industrias tan intensivas en mano de obra como la salmonicultura. “Nuestro propósito es ayudar a las personas con innovación y tecnología”, señaló Sepúlveda, recalcando que el gran objetivo es conectar los mundos de la seguridad ocupacional y la tecnología para que los trabajadores puedan enfrentar sus labores con menos desgaste físico y mayores garantías de protección.
En conversación con Salmonexpert, el profesional explicó que los exoesqueletos forman parte de lo que se conoce como wearables for safety, una familia de dispositivos diseñados para acompañar el cuerpo humano y reducir el esfuerzo en tareas repetitivas o de alta carga física. “Estos equipos mejoran la salud y seguridad ocupacional de las personas, disminuyen los riesgos laborales y reducen el esfuerzo muscular que hacen los trabajadores”, subrayó, destacando que el problema más común que enfrentan las compañías son los trastornos musculoesqueléticos, una patología que, según cifras de la Comunidad Europea, afecta a un 38% de los trabajadores y que en Chile es aún más prevalente debido a que los procesos están menos automatizados.
El costo económico de este tipo de enfermedades es igualmente relevante. Según las estadísticas de la Unión Europea, los trastornos musculoesqueléticos representan el 2% del PIB anual de sus países, considerando licencias médicas, pérdida de productividad, ausentismo y presentismo. “Calculamos que en Chile puede ser el 3%. Se trata de un problema caro no solo para las empresas que ven mermada su competitividad, sino también para los sistemas de salud y, en definitiva, para las familias que deben lidiar con enfermedades crónicas”, advirtió Sepúlveda.

Al llevar esta realidad al ámbito salmonicultor, Sepúlveda describió de manera gráfica la magnitud del desafío. “En actividades como el traslado de bandejas o cajas de salmón, cada una de aproximadamente 25 kilos, un trabajador puede levantar este peso unas 100 veces en un turno, lo que equivale a mover 2.500 kilos en un par de días, el equivalente al peso de un elefante”, ejemplifica. Frente a este escenario, sostiene que “el cuerpo humano no está hecho para eso, por lo que se vuelve imprescindible apoyarlo con tecnología que distribuya la carga y disminuya el deterioro físico a lo largo de los años”.
Productividad
Más allá de la seguridad, la productividad aparece como otro factor determinante. “Nosotros hemos medido en el orden del 12-13% de mejora de productividad”, afirmó el líder de Andes Levers, aclarando que este efecto se nota especialmente en contextos de trabajo adversos como bajas temperaturas, largas jornadas nocturnas o ambientes húmedos y extremos. En el caso de la salmonicultura, donde gran parte de las operaciones se desarrollan en condiciones climáticas complejas y con manipulación constante de cargas, los beneficios de los exoesqueletos se vuelven particularmente atractivos.
Asimismo, la incorporación de estos equipos abre la puerta a la inclusión de mujeres y personas mayores en labores que históricamente han sido percibidas como demasiado exigentes físicamente. “Estos dispositivos ayudan a las mujeres, a las personas mayores o a quienes han sido operados o tienen alguna debilidad, porque permiten que puedan realizar trabajos que implican movimientos repetitivos de carga”, señaló Sepúlveda, recalcando que la tecnología no distingue entre género o edad, sino que entrega igualdad de condiciones en las faenas.

La innovación, además, genera un efecto reputacional positivo en las empresas que la adoptan. “Todas las empresas que cuidan a sus trabajadores con este tipo de herramienta pueden decir que están usando soluciones de clase mundial”, enfatizó el directivo. En su opinión, el valor social de implementar dispositivos de seguridad laboral es tan importante como el beneficio directo en salud o productividad, ya que fortalece la licencia social para operar y otorga prestigio frente a comunidades, clientes y mercados internacionales.
Funcionamiento
En cuanto a su funcionamiento, Sepúlveda explicó que los exoesqueletos modernos han evolucionado hacia una mayor comodidad y simpleza. “Lo que hacen es que cuando tú te agachas juntan energía y cuando te paras te prestan energía justo cuando más la necesitas. Esa orquestación es lo que ha costado tanto perfeccionar, pero hoy los equipos son confortables y casi imperceptibles debajo de la ropa de trabajo”.
Sin embargo, la implementación exitosa no depende sólo de la tecnología. La gestión del cambio es clave. “Gran parte de lo que nosotros hacemos es gestión del cambio. Enseñarle a la gente por qué se debe usar, capacitarlos y acompañarlos en todas las etapas”, afirmó. La compañía trabaja con diagnósticos, pilotos y despliegues masivos hasta que los equipos se integran como protocolos internos, de forma similar a un EPP obligatorio. En Chile, Andes Levers ya colabora con más de 60 empresas y busca expandirse en Latinoamérica con experiencias en Argentina y Perú.
Finalmente, Sepúlveda es categórico en señalar que el liderazgo en esta transformación debe venir de las propias empresas. “Las compañías tienen que tomar acción y que no sean ni los trabajadores ni los sindicatos los que pidan la implementación. Hoy existen soluciones y corresponde a los empleadores dar el paso. En una industria como la salmonicultora, intensiva en mano de obra y altamente expuesta a riesgos físicos, los exoesqueletos se presentan no solo como una innovación tecnológica, sino también como una inversión estratégica en seguridad, productividad e inclusión”, concluyó.